La resaca de la boda de William y Kate aún dura. El ¡Hola! de esta semana recoge las fotos oficiales y las listas y comparativas de las más elegantes y de las que llevaron los mejores tocados. Como ya hicimos un exhaustivo análisis del tema, no vamos a repetirnos. También encontramos en la revista, un reportaje sobre la gala del Costume Institute (algo así como el instituto de la moda) de NY, en la que se vieron un montón de celebrities vestidas de “tiros largos”. Por eso hacemos un apartado especial de esta “reunión” de mujeres superestupendas. Además, el resto del ¡Hola! no tiene desperdicio y hay muchas cosas que analizar. Allá va, como siempre, lo que hay que copiar y lo que no:
Hasta las trendsetters se equivocan. Vale que ya no sepa qué ponerse, pero que Sara Carbonero, para ser moderna se plante una pulsera con forma de tenedor no es de recibo. No nos ha gustado nada. Y el vestido babydoll rosa empolvado tampoco nos ha gustado. Pues eso, que ella también se equivoca y que creemos que el tenedor no va a crear tendencia… (pág. 26)
Se casó Olfo Bosé con su novia Ekaterina y los invitados a la boda no destacaron por su estilazo… Menos la novia, que estaba muy guapa con un vestido de Rosa Clará en seda natural con escote palabra de honor y cintura alta con fajín plisado, una gran falda con cola corta y una chaqueta de encaje con cuello mao. Recordó un poco al de Kate Middelton pero más bonito (pág. 75)
La madre del novio no sabemos de qué se visió… Creemos que tuvo dudas entre varios estilismos y al final se los puso todos juntos: caftán, chaleco de cuadros, pantalones, abrigo de cuadros, bolso de asas de lo más sport y sandalias Jesucristo Superstar. La antimoda (pág. 76).
Las damitas de honor iban vestidas cada una a su bola (aunque todas de blanco). Con un tocado de tul a topos tapándoles la frente, una con un traje exacto al de Bella ( de La Bella y la Bestia) y la otra con unos lazos y unas flores color vino (pág. 77). Pasamos por lo feos que son los trajes, pero a las niñas pequeñas no se les pone tocado con tul, por favor… También terribles las hermanas del novio: sólo decir que una de ellas iba en sujetador. Sin más comentarios (pág. 78)
Las únicas atinadas de la boda fueron Carmen Lomana, con un vestido estampado en flores verdes y fondo blanco, Yvonne Reyes y Paola Dominguín con un vestido color vino que no nos gusta pero que, visto lo visto es de lo mejorcito (pág.79)
El despropósito del año es el estilismo de una tal Asela que es novia de un nieto de la duquesa de Alba (pág. 100). Por favor, miradlo bien y no lo copiéis jamás, repetimos, no lo copiéis jamás. Jamás. Medias azules, falda de volantes de cuadros verdes y negros, camiseta de rayas horizontales blancas y negras con hombreras de volantes, echarpe amarillo mostaza bordado en flores de colores y diadema-trenza amarilla y roja. ¡Y riñonera roja! Nuestras retinas se han dañado para siempre con este cruce de Frida Khalo, Cowgirl, Isadora Duncan y un arlequín. Impresionante… Impresionantemente doloroso…
Un remanso de paz para nuestros ojillos el estilo de Michelle Jenner en la presentación de su peli. LBD asimétrico con peep toes negros y moño alto y con mucho volumen. Gracias guapa, nos has devuelto la paz después del horror de la tal Asela…(pág. 100)
Otro despropósito es el de Pilar Rubio. Y también es un despropósito el titular: “Pilar Rubio se apunta a la moda de los vaqueros rasgados”. Los vaqueros rasgados (con cortes desde la ingle hasta el tobillo) no son moda. No os los pongáis. Sólo los lleva ella. Es su moda, no la moda imperante, dejemos las cosas claras (pág. 103).
Vale que te vayas a Marruecos y haga mucho calor, pero ir por ahí con un vestido-combinación que se transparenta y que está arrugado como un higo chumbo y con unas cutres flip-flop de plástico, como Amanda Hearst, no es aceptable. Y menos si tu chico va hecho un pincel, con camisa azul, bermudas azul marino y unos mocasines de ante a tono. Queda cutre y desentona (pág. 116-118) ¿Qué dirá nuestra Naty del estilismo de su nuera? Ayyyyy…
La gala del Costume Institute:
Nuestra Pe ha recuperado el tipazo. Damos fe de ello. Se vistió de Óscar de la Renta, con un vestido a capas en negro que reducía considerablemente sus curvas. Ultimamente, también hay que decir, no acierta con el peinado. Está mucho mejor cuando se recoge el pelo o cuando lo lleva liso. Esos bucles marcados casi desde la raíz del pelo no se llevan. Aún así, aprueba (pág. 6-7)
Espectacular el vestido rojo de Giselle Bundechen, firmado por Alexander McQueen, un palabra de honor de seda, con una voluminosa falda plisada que no puede, ni sabe, llevar cualquiera y un clutch negro y oro. Por eso es una top (pág. 8).
Isabel Lucas, que a día de hoy desconocemos quién es aunque posiblemente sea una modelo, estaba invitada a la gala y consiguió llamar la atención vistiéndose de marajaní. El color de su vestido plisado sin mangas (color coral) es el must de la temporada, pero lo que epató al personal fue el aderezo de perlas que se colocó en el pelo y en la frente, con pendientes a juego. Los focos se fijaron en ella, pero debió acabar con un dolor de cuello considerable (pág. 8)
Muy poco agraciada estaba Miranda Kerr, y mira que es mona, pero su vestido blanco de Marchesa, con tules y flores hechas de tela, era cursi hasta decir basta. Corto y asimétrico en la falda y con escote corazón, parecía diseñado por el enemigo. Combinarlo con un híbrido de sandalia-botín peep toe con cordones y peinarse con tanta agua de peinado que parecía que le había lamido el pelo una vaca, tampoco fue un acierto (pág.9)
De aplauso y ola, Bar Rafaeli, con un maravillosos vestido de Reem Acra strapless, bordado en lentejuelas y abalorios en dorado, amarillo y turquesa, sobre fondo negro. Pendientes de turquesas a tono, como el clutch. Moño informal y maquillaje suave. Todavía seguimos aplaudiendo. Nos encanta. (pág.10)
No acertó, sin embargo, Carolina Kurkova. Vale que el vestido era de alta costura de Gaultier, pero era lo menos favorecedor que hay. Con tirantes de encaje de guipur blanco que asomaban bajo un cuerpo de seda de cuello halter que acababa en la cadera con una falda bajo la que se volvía a asomar el guipur blanco. Porque lo llevaba ella, que nos lo ponemos cualquiera de nosotras y parecemos una mesa camilla…Feo (pág. 11)
Gwynet Paltrow decidió sacar su lado sexy, y no le pega. Con un fourreau nude de manga larga bordado de strass y un corte lateral en la pierna, y completado con un gran escote en la espalda. Excesivo, aunque fuera de Stella McCartney, aunque hay que decir que como ella es elegante, no resultó ordinario (pág. 12).
Sí acertaron con sus vestidos nude, Salma Hayek y Renée Zellweger. La primera con un McQueen de gasa que era una delicia: elegante y delicado. La segunda con un Carolina Herrera también con abertura lateral y espalda al aire todo bordado en pedreríay strass. Elegantísimo, sexy y favorecedor (pág. 12-13)
Se equivocó Jennifer López. La idea era buena. El rojo es favorecedor para las pieles más morenas y los recogidos tirantes a ella le sientan bien. Pero…¿Cómo se aguantaba ese escote imposible al que denominan “vendaje”? Una tira central y dos tiras laterales y unas manguitas tipo geranio de lo más extrañas… No convenció (pág. 14).
También se equivocaron las embarazadas de la gala. Jessica Alba parecía envuelta en papel de regalo, eso sí, de Ralph Lauren. Con tornasolados, gasas flotantes, y brilli-brilli. Y coronita de adorno…Un horror. La otra embarazada, Kate Hudson fue peor aún: vestido de seda color champagne, con escote corazón bordado en pedrería y falda con capa delantera que pretendía tapar su estado y conseguía hacerla más oronda. Sin comentarios el peinado despeluchado con broche de diamantes añadido. No es excusa estar embarazada. Thalía también lo está e iba vestida la mar de bien. (pág. 14-15)
Melania Trump, mujer de Donald Trump, siguió el estilo de Gwyneth, con un fourreau nude bordado en strass, pero con mucho más acierto, también de Reem Acra. (Nota: habrá que fijarse más en las colecciones de Reem Acra, nos gustan sus diseños) Ideal la colita del vestido y el peinado: una sencilla cola de caballo baja. Un diez (pág. 16).
Terrorífica Demi Moore con un tocado de plumas… ¡de noche! ¿Es que hacía sol cuando se lo puso al salir de casa? (pág. 16) Y el caso es que el vestido de plumas de Bagdley Mischka era bonito, pero es que el tocado nos obliga a suspenderla sin remedio (con lo bien que nos cae).
¡Guau! ¡Queremos ser como Imán! ¡Y tener ese mono de lentejuelas de Stella McCartney en el armario! Color cobre con escote en pico de vértigo y pantalones anchos, cuajado de paillette, como una moderna burbuja Freixenet. Cierto es que es un poco verbenero y de vedette, pero es que siempre nos ha gustado más una lentejuela que un bordadillo soso. Le ponemos la flecha verde aunque aceptamos que tiene un punto hortera (pág. 19)
Tanto desfilar y llega un momento en el que una ya no sabe qué ponerse. Suponemos que eso es lo que le pasó a Naomi Campbell cuando escogió el vestido blanco raruno con falda de ¡crines! Y todo el cuerpo de bordados calados. Cero favorecedor. Y el moñete de los bucles, recordaba a la casa de la pradera (pág. 19)
Muy guapa Natalia Vodianova con un vestido de Valentino en negro, con cuerpo de plumas y bordado en pedrería y falda plisada con dos capas globo y acabado en recto. Quizá el clutch debería haber sido en plata y no en oro, pero se lo perdonamos (pág. 20)
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