27 de febrero de 2011
MINI-POST: EL COLLAR DE ELENA OCHOA EN LOS GOYA
Sólo un mini-post (sin imagen ni nada) para dar respuesta a una pregunta que hemos recibido a lo largo de esta semana: ¿de qué firma es el collar que llevó Elena Ochoa (Sra. de Sir Norman Foster) a la gala de los Goya? Se trata de un collar-escultura, que sigue las tendencias de las "joyas orgánicas" (con pinta de organismo, vamos). La respuesta no es definitiva, la búsqueda en la red no ha dado muchos resultados, pero creemos que se trata de una pieza de Yves Saint Laurent. Esta semana la revista Yo Dona incluye en su apartado de tendencias una imagen de un collar que si no es el mismo se le parece muchísimo y que es de YSL. Hemos entrado en la web de YSL pero no hemos conseguido confirmarlo. ¡Seguiremos intentándolo!
26 de febrero de 2011
LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 2 DE MARZO
Un poco “pocho” de tendencias está el ¡Hola de esta semana, Pasarela Cibeles a parte. Mientras esperamos a que llegue la noche de los Óscar para poder ponernos las botas analizando todos los estilismos (prometemos un análisis pormenorizado con un resumen de tendencias), veamos las cuatro cosas que hay que copiar y las que no de lo que hemos leído en el ¡Hola! de esta semana:
- Colores claros
- Estampados de flores
- Rojo y negro
- Sobriedad y femineidad
- Blusas de gasa y corsés
- Pieles
Como veis, las tendencias del invierno 2011-2012 son continuistas con las que se verán esta primavera verano (ver el post de las colecciones crucero etiquetado en Tendencias)
24 de febrero de 2011
COLORES EMPOLVADOS: LOS COLORES PASTEL RENOVADOS
Cada temporada la moda dicta sus colores preferidos. Si el año pasado los colores tendencia eran el gris y el morado, este año han triunfado los colores “empolvados”. Se trata de tonos cálidos (a excepción del gris) en gamas pastel, muy suaves y sin estridencias. Como si hubiera caído un bote de talco sobre algo naranja o rosa, el resultado es algo naranja o rosa “empolvado”. ¡Hasta el blanco se empolva! El blanco hielo no se lleva y en su lugar nos encontramos con un blanco “roto”, que parece ensuciado con tiza. El beige maquillaje, el rosa palo o el gris topo suave, han sido los must del otoño invierno 2010-2011 y aguantarán el inicio de la primavera 2011. Son colores elegantes, de eso no hay duda, pero poco favorecedores. A las más morenas de piel les vuelve la tez amarillenta, y a las más blanquitas les da un aspecto un poco fantasmagórico y ojeroso.
¿Cómo salir triunfante, y con buen aspecto, si te agencias algo de color empolvado? Para empezar, no salgas de casa sin maquillar o parecerás enfermiza. Como mínimo, pégate un buen brochazo de colorete y ponte un gloss en los labios que te dé un aspecto saludable. Abusa de los complementos para darle alegría al conjunto. E intenta combinar estos colores empolvados con otros colores de las mismas gamas pero con más fuerza. Pongamos un par de ejemplos:
Ejemplo 1: Te compras una camiseta color rosa palo. ¡Ni hablar de combinarla con unos leggins del mismo color! No creas que parecerás un pastelito de fresa, parecerás una pechuga de pollo cruda. Y triplicarás tu volumen, a lo ancho. Escoge leggings grises, o pitillos denim azul oscuro, que rompan el monocolor y que te estilicen, maquíllate y ponte unos collares con algo de brilli-brilli.
Ejemplo 2: Decides comprarte un vestido para una boda, color beige maquillaje. Será elegantísimo, pero muy, muy difícil de llevar. Hazte una sesión de rayos UVA o ponte una crema autobronceadora o no se distinguirá dónde acaba tu cuello y dónde empieza tu vestido. Los complementos, o del mismo color o en dorado mate o en negro. Nada de innovaciones coloristas en los complementos, tipo verde esmeralda o rosa fucsia, salvo que te sientas segura de ti misma hasta vestida con un saco.
Vistos los ejemplos y dada la dificultad de la mayoría (entre las que me incluyo) para vernos estupendas con estos colores empolvados, mi propuesta es conjugar esta tendencia de colores con otras tendencias de forma: el maxicardigan y el minivestido. Mejor gastar en una sola cosa que en dos. Se trata de aunar tendencias y tranquilizar al bolsillo.
El minivestido ha saltado desde el verano pasado hasta este invierno. Se lleva con camisas o camisetas debajo, o solo, con leggins, pitillos o medias tupidas. Con botines, botas y tacones, de estampados suaves, como florecitas, y… ¡en colores empolvados!
El maxicardigan también es todo un acierto este año. Se trata de una chaqueta de punto larga, normalmente con pinta de amorosa y con bolsillos de plastón, con escote en pico y con o sin cinturón. Las más demandadas son… ¡en colores empolvados!
Aquí te dejo tres combinaciones de las mismas prendas pero en distintos colores, que espero que te sirvan. Una para la mañana, más sport, otra para la tarde, más chic, y otra para la noche, con un look más elaborado. Por si no puedes rescatar nada de tu armario de años pasados, yo he encontrado minivestidos y maxicardigans de estos colores en tiendas de precios asequibles y mercadillos que encontrarás en el lugar en el que vivas. Y, como siempre, si se te ocurre alguna idea más, ¡no dudes en compartirla!
Beige maquillaje: Un maxicardigan con un minivestido al que debajo se le pone una camiseta de escote recto. Si le añadimos unos leggings más oscuros y unos botines de borreguito, además de estar cómoda, irás a la última. Si el frío aprieta, añádele al look una pañoleta con borlas o un foulard.
Rosa palo: Combinado con gris, este color es un acierto. La propuesta que te hago es un maxicardigan rosa (también podría ser gris) con un minivestido rosa palo, al que le ponemos debajo una camiseta de cuello alto gris y medias muy tupidas (60 deniers) también en gris y bailarinas negras o grises. Añádele al conjunto un sombrerito en rosa y tendrás un look de lo más romántico. Una apuesta segura para la tarde y hasta para una cena informal con tus amigas.
Gris topo: Esta propuesta es un look nocturno compuesto de mini-vestido, medias tupidas (pero que no parezcan leotardos), un maxicárdigan negro o gris y unos zapatos salón con plataforma y un buen tacón. Se completa con un bolsito tipo chanel, acolchado y con asa de cadenas. Si no te gusta ir tan corta, cambia las medias por unos leggings negros y unos botines de tacón.
22 de febrero de 2011
VOY DE BODA (PARA HOMBRES): NORMAS BÁSICAS PARA NO METER LA PATA
En un post de hace unos días, dimos unas cuantas normas para ir de boda sin meter la pata con el estilismo. Eso sí, eran normas para estilismos femeninos. Dado que hemos recibido unas cuantas peticiones al respecto, aquí os adjuntamos un conjunto de normas para los hombres, para que no metan la pata con su vestuario cuando vayan de boda. Algunos ya las sabrán, pero no está de más recordarlas. Como siempre, cualquier aportación al respecto será bien recibida (y añadida a la lista, of course).
No a las camisas con botones en el cuello y a las camisas de manga corta: las camisas con botones en el cuello y las de manga corta son de sport. No se ponen, nunca, nunca, para ir de boda. Igual que las camisas estampadas: ni cuadros de mantel, ni paramecios, ni flores ni colores estridentes. Hay que escoger camisas lisas, preferiblemente de color blanco o azul claro.
No a los accesorios de Bob Esponja o similar: las corbatas, los gemelos y las agujas de corbata han de ser sobrias. Nada de gemelos de Batman, corbatas de SonGoku o agujas de corbata de Mickey. Tu chica te agradecerá que escondas al niño que hay en ti por un rato. En casa hace gracia, pero en público no mucha...
Trajes oscuros, nada de innovar: da igual que la boda sea en el Caribe y que haga un calor de espanto, los trajes claros no son de vestir y protocolariamente son un horror. Ni beige, ni blanco, ni verde, ni azuletes pastel ni similares. Sólo negro, gris o azul marino. Y oscuro. Lo que cambia es el tejido, no los colorines. Aún así, nada de trajes de hilo, que además de arrugarse mucho y hacer que vayas hecho un trapo nada más salir del coche, son de sport.
La chaqueta no se quita: si creías que lo normal era llegar a la silla del convite y colgar ostensiblemente tu chaqueta allí, que sepas que el resto del mundo estará pensando que eres un paleto. La chaqueta del traje no se quita hasta que el novio se quite la suya, que suele ser cuando ha acabado el convite, ya lleva dos copas de más y está bailando Saturday Night, pero no antes. Las chaquetas cruzadas no se desabrochan nunca. En las chaquetas de dos o tres botones sólo se abrocha el botón superior y el botón central, respectivamente. Y sólo se desabrochan para sentarse (y en cuanto te levantas te vuelves a abrochar)
Corbatas a la altura del cinturón: No hay nada peor que ver a un hombre literalmente “colgado de su corbata”. Da igual el tipo de nudo que se haga, procura que la punta de la parte ancha de la corbata coincida con la altura a la que te pondrías el cinturón. Si es más larga, la gente se fijará en tu bragueta. Si es más corta, parecerá que te la ha prestado tu hermano pequeño.
Que se te vea un dedo de la manga de la camisa al ponerte la chaqueta porque si la chaqueta te llega a media mano y no se te ve la camisa (a lo Enrique Iglesias), lamentamos comunicarte que te has comprado un traje que te viene grande. Si se te ve todo el puño de la camisa, es que te queda pequeño.
21 de febrero de 2011
LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 23 DE FEBRERO
Esta semana, entre los modelitos de los Goya y los modelitos de la boda de Toñi Salazar, no damos abasto. El post será un poco largo porque hay mucho que comentar (aunque poco que imitar). Allá va lo que hay que copiar y lo que no:
No sabemos si es peor el estilismo de Campanario con pseudo-peep toe que parecen zapatillas de ir por casa de verano o el “conjuntito” tejano de la Esteban (pág. 34). Terribles ambas.
¡Esta vez sí! Sara Carbonero acierta con el estilismo. Total look negro con vueltas en blanco, medias tupidas y botines cortos. Aunque le hace falta engordar un par de kilos para que los botines no le bailen (pág. 40).
Especial premios Goya
Espectacular Lydia Bosch de arriba a abajo (pág. 45). En color champagne, un vestido vaporoso con cintura en pedrería. Y la chaqueta con vueltas de piel en las mangas. Un maquillaje suave pero espectacular y un peinado informal para quitarle seriedad al conjunto. Un diez.
Terrible María Valverde, a pesar del collarón de valor incalculable que le había cedido una joyería (pág. 45). El vestido nude era una sucesión de colgajos. Que si por delante me sale un pico, que si por detrás tengo tres colas, que si el drapeado hace un agujero aquí que si se me ve un omóplato pero el otro no. Por favor, era una obra de ingeniería inconclusa y a la pobre le iban pisando la tela del vestido todo el rato.
Mabel Lozano se plantó el mismo vestido que llevó Núria Fernández-Tapias a la gala de Porcelanosa de la semana pasada (pág. 51). Un palabra de honor lila con un pompón en el escote. Si la semana pasada nos pareció que el color estaba out, que sobraba el pompón y que era de señorona, pues esta semana repetimos lo mismo.
Nada favorecedor era el escote de Aitana por muy Carolina Herrera que fuera el vestido (pág. 56). También horroroso, y de la misma CH, era el vestido de Ana Álvarez. El estampado del cuerpo era rarísimo y parecía que se había puesto el cinturón del albornoz (pág. 61). Escogieron lo más feíto de la tienda…
Nunca, nunca, se lleva bufanda colgando del cuello o del hombro cuando se va de gala. Incorrectas Aruca, mujer de Emilio Aragón (aunque es su estilo habitual) y la novia de Imanol Arias, Irene Meritxell, que, para más inri, llevaba una cara gigante de Goya pintada por ella misma. Creería que era un guiño de buen gusto, pero se confundió… (pág. 63).
Muy acertada y muy favorecida, Silvia Abril (pág. 65). Moderada en joyas y con un sencillo clásico palabra de honor con falda trapecio en azul pavo de seda salvaje. Un notable alto con el que se gana la flecha verde.
Fue la noche del negro y del rojo, los colores tendencia para ir de fiesta o de ceremonia esta primavera-verano. Las que se decantaron por el rojo destacaron menos porque se confundían con la alfombra, pero en el escenario estaban muy favorecidas. Aquí va la lista del negro y el rojo.
Belén Rueda, con un asimétrico y un clutch animal print muy acertado; Maribel Verdú, la más estilosa en negro, también asimétrica; Nawja Nimri, de tendencia total con un vestido entallado de encaje muy arriesgado (la chica estuvo atinada poniéndose un forro nude para no llamar la atención); y, la mejor, Silvia Abascal, con un palabra de honor de Caprile en paillette nude con lazada trasera y cola de gasa en negro. Esta chica tiene clase, y eso se nota. También perfecta, aunque en otro estilo, Elena Ochoa: cómo ser una señora y darle un toque juvenil con un collar de hojas de oro a un conjunto muy sobrio. Trendy.
Carolina Bang, con un modelo drapeado vintage que le hacía mucha más cadera de la que tiene y que le ponía años encima; Pilar López de Ayala, de las pocas que iban de corto, con un vestido raruno y un pelo más raruno aún pero que ella llevaba con dignidad; y Cayetana Guillén Cuervo, que intento ser la prota de “La Dolce Vita ” con un vestido palabra de honor negro y un peinado de ondas, pero no lo consiguió porque le faltan curvas y altura.
Dafne Fernández, con un vestido corto de encaje con falda de vuelo tipo tul muy poco acertado; Laura Pamplona, con otro desatino; Olivia Molina, con un “fourreau” de paillette que le hacía el trasero bajo y un tipo muy extraño; y Carmen Machi, que sabemos que lo intentó, pero no lo consiguió y se echó años encima.
Marisa Paredes, que vaya o no de Sybilla (este año no confió en ella), tiene verdadera clase y sabe que a determinadas edades no se puede ir enseñando la piel sobrante de los antebrazos. Un vestido rojo con mangas y volante en un hombro que le sentaba como anillo al dedo.
Lucía Jiménez, con un palabra de honor con drapeado en el escote, hubiera sido flecha verde si su vestido no hubiera estado arrugado como un higo; Sílvia Marsó, con un vestido demasiado sencillito, correcta pero poco llamativa de no ser por el color.
Verónica Forqué, sin sujetador y con un vestido que aún acentuaba más la escasez de turgencia; Ana Belén, que no podía negar que su vestido era de Felipe Varela, porque tenía ese punto cursilón de tules con cristalitos a la cintura; y Nora Navas, que parecía que llevaba un pareo rojo que se había anudado a la cadera para que no se le cayera.
Especial boda de Toñi Salazar
Nos hemos contenido y no hemos querido echar mucha leña al fuego porque, al fin y al cabo, todas las bodas son acontecimientos felices y no hay que aguar la fiesta a nadie, pero es que viendo los modelitos de la boda de Toñi hemos comprendido que ¡Aún queda tanto por hacer en nuestra tarea conjunta de concienciación estética! Sólo algunos comentarios, sin hacer mala sangre, pero es que es necesario…
Al vestido principal de la novia no le faltaba detalle: brocados, encajes, tornasolados, volantes, y brillantes de cristal colgando del ramo de rosas rojas. ¿Dónde ha quedado lo de “menos es más”? Muy sencillo y discreto todo… arrrrgggg…daba grima lo recargado del conjunto.
¿Y el traje del novio? Nos demuestra que nuestra idea de hacer un post con lo que los hombres no deben ponerse en las bodas es necesario. Ese gris tornasolado, tipo plata brillante, con el pelo engominado igual de brillante es una oda al estilo ochenteno de “Corrupción en Miami”. Un desastre.
Viendo cómo fue vestida a la boda Aurora Gaviño, diseñadora de los vestidos que lució la novia, ahora lo entendemos todo. La diseñadora de verde esmeralda con ¿chal? negro y pelos de espanto llamaba la atención, por mal vestida.
Ana Obregón con un tocado tipo merengue blanco en la cabeza y guantes blancos. Con un total look (zapatos incluídos) de topos blancos sobre fondo negro. Vale, los topos son tendencia, pero no para una boda, por favor. De todas formas, tal y como estaba el look general, alguna flecha amarilla había que poner y se la ponemos a Obregón por ser siempre fiel a su estilo.
¿Quién vistió a Chayo Mohedano? Si nos dicen que tenemos que ir a comprar ese vestido y esas sandalias, no sabríamos dónde acudir. Creemos que es la cosa más fea que hemos visto en años. Con rayas negras verticales sobre fondo color grosella y con unos trozos de tela color champagne cosidos a la altura del pecho. Torerilla de punto negra y unas sandalias plastificadas tipo playeras con tacón que también son de lo peor. Que no nos tiemble el pulso: un cero patatero.
18 de febrero de 2011
ENLACES INTERESANTES...HUMMM...
Una nueva sección de posts, muy cortita, en la que os resumiremos cosas interesantes que hemos visto por la red, hechas por gente que empieza, porque en época de crisis hay que dar empujoncitos a los nuevos talentos. Aquí van los primeros enlaces que hemos encontrado y nos han gustado:
Para expertas reposteras: Una web en la que te explican, en inglés, como hacer todo tipo de cookies, muffins, brownies y piruletas con glaseados de todos los colores y un montón de ideas más. Sólo viendo las imágenes, posiblemente engordes, porque son una delicia.
Para las que aman los pequeños detalles: En este blog venden agujas, broches y llaveros hechos de fieltro y rellenos de guata. Mariposas y gatitos hechos a mano y prestando atención a los pequeños detalles. Todo muy naïf, desprende alegría e ilusión, para ayudarte a encontrar a la niña que llevas dentro.
Para... ¡enjoyadas!: porque para comprarse una joya no hace falta dejarse el sueldo. En este blog encontraras joyas llenas de imaginación y de estilo. Desde los anillos con “minimundos” hasta los clásicos renovados de líneas puras como el anillo de una sola perla. De vez en cuando hay que darse un capricho.
17 de febrero de 2011
VOY DE BODA: NORMAS BÁSICAS PARA NO METER LA PATA CON EL ESTILISMO
Como la mayoría de las mortales no solemos pisar la alfombra roja de los Óscar, ni hacemos photocalls, es habitual que nuestros momentos de necesidad glamourosa se limiten prácticamente a los BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones). Los bautizos y comuniones pasan más desapercibidos. Normalmente son eventos familiares y tu familia te quiere igual vayas de Armani o vayas en chándal. Pero las bodas son otra cosa. Son eventos más sociales, en los que se juntan, familia, amigos, conocidos y desconocidos y en los que siempre hay alguna lengua viperina que va a ponerte a bajar de un burro como no vayas perfecta. Y ser la invitada más estupenda de una boda se convierte en un handicap a veces difícil de superar si no conoces ciertas normas básicas para no meter la pata.
El tema de los estilismos en bodas da para unos cuantos post. ¡La de veces que hemos ido a una boda y nos hemos quedado literalmente muertas viendo cómo hay quien descubre su punto cateto sin complejos! ¡No tiene que ser este nuestro caso! En este primer post de bodas, vamos a dar unas normas básicas que nadie puede saltarse para no meter la pata. En próximos posts entraremos en temáticas más concretas: zapatos de fiesta, clutchs y otros bolsitos, o qué vestido favorece más en función de tu tipo. También haremos en el futuro un post de atuendos masculinos de boda, que tú puedes ir muy mona, pero como tu acompañante sea un cromañón no hay quién te salve de la crítica.
Pues eso, que aquí van las normas básicas que probablemente ya sabéis pero que no hay que olvidar (si tenéis alguna norma más que añadir, no dudéis e hacerlo, será bienvenida):
Día y noche: A las bodas de día se va de corto y a las de noche de largo, excepto que la invitación indique un “dress code” (código de vestuario) diferente. Hoy en día los pantalones son aceptados tanto de día como de noche, siempre y cuando sean “de vestir” (por ejemplo de esmoquin, de crêpe, etc…)
¡Ojo con los tocados!: Los tocados son sólo para bodas de mañana. Nunca se cubre una la cabeza por la noche (más que nada porque no hace sol por la noche, una obviedad…). Y además el protocolo dice que no puedes quitarte el tocado o el sombrero para comer. Conclusión: que si te plantas un pamelón de plumas con el que sólo ves de reojillo, tendrás que comer casi a tientas.
Colores: Parece evidente, pero lo hemos visto varias veces y hay que dejarlo claro. A las bodas no se puede ir de blanco para no quitarle protagonismo a la novia. Protocolariamente hablando, ir de negro tampoco es correcto (se supone que da mal agüero, de negro se va a los funerales), pero como el uso del negro se ha estandarizado en los últimos tiempos, se tolera el negro siempre que no sea total look y le des alegría con color en los complementos.
Medias: salvo que lleves sandalias de tiras, romanas o similar, siempre hay que llevar medias. Da igual que sea agosto y que haga mucho calor, ponte unas medias de verano. Ir sin medias es una catetada. Además las medias son el aliado perfecto para disimular esa celulitis que tenemos todas, lleves la talla 36 o la 46, las venitas, rojeces y varices.
¡Cuidado con el largo de la falda y la amplitud del escote!: Por mucho que la boda sea de tarde y que te vayas a ir luego de fiesta con los novios a mover el esqueleto, es una horterada ir de boda con una “falda-cinturón” o un escote con el que se te ve hasta el ombligo (y las dos cosas juntas es un atentado al buen gusto…). Si la boda es por la Iglesia , además de ser una horterada es una falta de respeto, seas o no católica. Igual que llevar la cabeza sin cubrir en una boda musulmana.
está feo llevar reloj en una boda. Parece que necesites llevarlo para saber cuándo se acabará y cuándo podrás irte. Y ya ni te cuento si es un reloj de plástico con variedad de colorines. En los hombres queda más disimulado, normalmente las mangas del traje tapan el reloj, pero a las mujeres (que no solemos ir con manga larga) se nos ve una barbaridad. Además, ya llevas el móvil si quieres consultar la hora. Y si no, se la preguntas a un amigo guapetón del novio, ¡que nunca está de más hacer amigos!
¿Qué hora es?:
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