31 de enero de 2011

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 2 DE FEBRERO

Esta semana, la revista ¡Hola! ha coincidido con TheVicBridgeWorld en dos cosas: el análisis de las colecciones crucero y el título de su reportaje de moda: "¡no sin mi bolso!" Oye, que estamos creando tendencia o, por lo menos, nos estamos anticipando a ella (nosotros lo hicimos primero). Vamos bien. Como siempre,  allá va lo que hay que copiar y lo que no:
Nos gusta Ivanka Trump. Y mira que la pobre no ha tenido un buen espejo de estilo en el que mirarse porque su madre siempre va vestida de caja de bombones con lazos y dorados. La hija, en cambio, es sobria, elegante y disimula muy bien su punto débil, los muslos. Los vestidos con drapeados, que disimulan cartucheras, le sientan bien y ella lo sabe (pág 7 y 8).
¡Pero qué desilusión! Vale que acaba de ser padre y que tiene pocas horas de sueño, pero eso no justifica que Orlando Bloom salga a la calle con esas ¿bermudas? de color azulete (pág20). Suerte que se cambió después. Mucho mejor de gris (pág. 21)
Precioso el abrigo de piel vuelta de Beatrice Borromeo (pág 29), ya podría aprender su cuñada Tatiana que, salvo en contadas excepciones, lleva un estilo hippy-chic-caduco que no convence.
La semana pasada, hicimos un ejercicio de contención y no criticamos un bolso lila que se plantó Edurne para ir de tiendas con su novio futbolista. Pero de esta semana no pasa. Con lo mona que es esta chica y necesita asesoramiento urgente. ¿De qué va vestida? (pág.37)  Los puños peludos del chaquetón, la camiseta blanca larga, la bufandita de los cuatro flecos. Ayyyy…
Vale, los topos son tendencia. Nos guste o no. Pero estando embarazadísima, como Samatha Vallejo-Nágera, no hace falta ir embutida en un vestido de licra de topos (pág.38). Y menos aún plantarse un floripondio en la pechera. Ni colocarse una bufanda de abuelillo. Fatal.
Los estampados floreados (especialmente si las flores son grandes) engordan. Es un hecho. Cari Lapique aún aguantaba el tipo con su vestido floreado, pero a Maribel Yébenes el suyo le hacía tipo de Mr Potato (cero cintura) y para rematar, se puso unas sandalias con tira al tobillo, que sólo son aptas para piernas muy, pero que muy estilizadas. Sólo la salvó su perfecta melena y su perfecta piel (pág. 40)
Horroroso es el vestido de Elena Tablada (pág.42). Sí, ella ha leído que el rojo es el color de moda, pero también es el color de los chorizos parrilleros. No se puede ir así de receñida porque lo que sucede es que luego no te puedes sentar en una postura normal y haces extraños y se te ven las lorzas del brazo, como en la foto. ¿Pero podía respirar mientras metía tripa? Una pena, porque creemos que la chica lo intenta pero…con poco éxito.
Estilazo el de la hermana de Kate Middleton(pág. 54) . La futura mujer del futuro príncipe de Gales tiene un estilo sosainas, no sabemos si “obligado”, pero la hermana apunta maneras. El abrigo con vestido y cinturón a juego, botas planas, bufanda estrecha de visón (o pseudo-visón) y maxi-bolso. Perfecta para ir de compras.
¿De dónde ha sacado Mónica Cruz la camiseta blanca con un volante a la altura del pecho que se puso para ir a ver a su hermana Pe y a su recién nacido sobrino? Se le transparentaba el ombligo, el michelín y le hacía una 105 de talla de sujetador. Feísima, pobre.
Argggg…tres errores de tres chicas con potencial en dos páginas (pág.88 y 89). El vestido brilli-brilli de Patricia Conde: ¡Se le transparentaba el culotte negro! Los leggings de leopardo rosa fucsia con cadena choni y sudadera de Pilar Rubio: ¡Ni hecho adrede le sale un estilismo más hortera! Los pantalones camuflaje de Anne Igartiburu: ¿de qué año son? ¿de cuando se llevó el “estilo Marine USA”? No sabemos cuál de los tres conjuntos es peor. Bueno, sí lo sabemos… esos leggings fucsia dan “sustito”.

30 de enero de 2011

LA LEYENDA DE LA CREMA SE DESMONTA: ¡ISABEL HA DICHO QUE ÉSA NO ES SU CREMA!

Una pena. A mí, que soy fan de las leyendas y que me gusta más un cuento con final feliz que a un niño un sadwich de nocilla bien pringoso, me ha deprimido profundamente. Ya no puedo ser como Isabel Preysler porque ya no sé cuál es su crema. En esta semana, he leído en prensa que el representante de nuestro mito patrio de la elegancia ha emitido un comunicado diciendo que la crema (de la que se hablaba hace unos días en un post de este blog) no es la crema que usa ELLA. Y, el representante, no se ha dignado a endulzarnos la noticia aclarándonos cuál es la crema que sí que usa ELLA. Durante unos días hemos vivido la ficción de sentirnos como ELLA por siete euros. Snif, snif...nos queda el recuerdo de la ilusión con la que salíamos de casa tras untarnos los mofletes. Lo siento, lo siento mucho. Pero ¡aún hay esperanza! Unas cuantas mujeres de la resistencia (Fina, la farmacéutica y fan de Isabelita P. incluida) hemos formado una alianza y, a partir de ahora, prometemos no descansar hasta saber cuál es el nombre de la crema que usa ELLA. Y en cuanto lo sepamos os lo cuento, ¡sin falta!

28 de enero de 2011

COMPRA UNA SOLA COSA EN REBAJAS: LITTLE BLACK DRESS (LBD)

(Esta semana he estado un poco inactiva así que, para disculparme, aquí os dejo este post que es un poco largo pero que espero que os compense)

El primero, y fundamental, de toooooodos los básicos de aquélla que quiera salir airosa en cualquier situación es un vestido corto negro (petite robe noir O LBD). Vamos, un clásico vestido de cóctel negro. ¡Sirve desde por la mañana hasta por la noche con sólo cambiarle cuatro detallitos! Que tienes una entrevista de trabajo, le añades un foulard discreto y un maquillaje suave. Que tu suegra te invita a comer, le pones una cinta de raso y unas botas de caña. Que te invita a cenar ése maromo estupendo que pensabas que jamás te invitaría, te sueltas el pelo, te pones unos collares de cadena XXL, unos taconazos, y… ¡a la guerra!
Evidentemente, hay un montón de vestidos negros esperando a que los compres y posiblemente no todos te sienten igual de bien. Con escote redondo, en V, de tirantes, con manga francesa, sin mangas, de manga larga… y de mil y una formas: tubo, recto, acampanado, plisado…Aunque el negro siempre estiliza, hay que tener algunas cosas claras antes de lanzarse al gasto. Además de escoger un vestido acorde con tu personalidad, hay que escoger uno que te favorezca. Es una verdad de Perogrullo, pero hay que recordarla porque a veces acabamos comprando ese vestido que tan fantásticamente le sienta a mi amiga (pero que a mí me hace parecer un botijo, incluso sin serlo). Por ejemplo:
  • Si tienes una cadera ancha, evita los cortes acampanados o parecerás una mesa camilla.  Si tienes mucho pecho, tiende a los escotes en V , lo disimularán.
  • Si lo mejor de tu anatomía no son tus piernas, opta por una falda tubo a la rodilla para no verte un par de columnas jónicas sobre los zapatos.
  • Si tienes unos brazos y unos hombros bonitos, atrévete con el palabra de honor o con un corte helénico.
  • Si eres de constitución muy delgada, olvida los cortes ajustados, tipo funda, para no parecer un insecto palo.
Recuerda que se trata de destacar lo que tienes bonito (que seguro que es mucho) y disimular aquello que no quieres que se note. ¡Ah! Y nunca olvides la consigna básica: “menos es más”. Por mucho que te parezca que el vestido es soso, no te pases con los complementos. No se trata de ir de árbol de navidad. Escoge un complemento en el que quieras que los demás se fijen y coordina todo el resto del conjunto sobre él teniendo como base tu petite robe noir.
Aquí te dejo diez propuestas, que espero que te sirvan. Yo he encontrado todos estos estilos en tiendas como Zara, H&M, Sfera, Blanco, Mango, Stradivarius o Pull&Bear, entre otras. Escoge tu estilo y ¡adáptalo a ti! ¡Y no olvides contarme lo impresionante que estabas! 
 
  • Informal: apto para casi cualquier tipo de mujer, excepto para las más delgadas a quienes no favorece porque no potencia las curvas. Hasta sin complementos resulta perfecto. El escote barco potencia los hombros y el cuello, por lo que es mejor llevar el pelo recogido.
  • Chic: no favorece si tienes el cuello corto o papada. Si tienes los brazos rellenitos, decántate por una versión en manga corta o en manga japonesa. Ponle complementos atrevidos y nunca un moño bajo y zapato plano o parecerás la señorita Rottenmeier.
  • Práctico: es seductor y cómodo. Si le añades unos grandes pendientes y un maquillaje de noche, es perfecto para cualquier fiesta o cena. Si tienes poco pecho, decántate por otro tipo de escote que no sea en V. Si tu cadera es ancha, baja el fajín, no te interesa marcar la cintura.
  • Sofisticado: No apto para las que no presumen de brazos. Si tienes mucho pecho asegúrate de que el vestido tiene incorporadas ballenas (alambres de sujeción) o te pasarás el día y la noche pensando “palabra de honor que… sí que se me cae…”. Si quieres darle más informalidad, compleméntalo con un maxicardigan de punto.
  • Nocturno: El escote asimétrico reduce volumen y da altura. Sienta bien a casi todos los tipos. Si el vestido no es entallado, ojo con parecer un fantasma con la sábana atada al hombro. Si quieres darle más alegría, dale volumen a tu pelo y despéinate.
  • Clásico: Fácil de encontrar en cualquier parte. De punto, de crêpe, o de seda, es el verdadero comodín. Las únicas que no pueden disfrutar de él son las que tienen hombros y brazos anchos y musculados, tipo nadadora, ya que les estrecha la cadera y amplía aún más los hombros.
  • Sobrio: Otro comodín que se puede poner solo o con leggings. No obstante, ¡cuidadito con él! No se trata de parecerse a la abuela del yogur griego…Puede echarte muchos años encima si no lo complementas con algo atrevido. Unas medias de rejilla o de colores, unos pendientes llamativos o unos botines de tacón bastan para modernizarlo.
  • Divertido: Una propuesta para las más delgadas. Los escotes cuadrados y las faldas con volumen hacen aparecer curvas donde no las hay. Complementado con una cazadora de cuero te dará un aspecto más rockero, y con una rebequitq de punto obtendrás una imagen dulce.
  • Sexy: ¡Todas deberíamos ponernos uno de éstos por lo menos una vez en la vida! Con más o menos escote, si le añades unos cuantos collares disimularás tanto si tienes pecho como si no. Para el día ponte una camiseta palabra de honor o de tirantes debajo, le dará seriedad.
  • Helénico: Buena elección para aquellas que no tienen marcada la cintura o para las más delgadas. Cuidado con los plisados porque aumentan el volumen, especialmente si las franjas del plisado son anchas.

24 de enero de 2011

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 26 DE ENERO

Dejando de lado el reportaje de portada, que en cuanto a tendencias no aporta nada  (aunque divierte ver la personalidad y falta de complejos de Carmen Martínez-Bordiu, un ¡hurra! para ella por hacer lo que le da la gana) allá va lo que hay que copiar y lo que no:
¿Qué se ha hecho Simoneta? ¡Está estupenda! Un buen corte de pelo, un maquillaje acertado y unos buenos tacones ayudan a cualquiera (pág.27). Deja claro que seas como seas, siempre puedes mejorar. Nos gusta esta chica que nos reconcilia con el mundo de las royals siendo la mar de normal.
En contra de la opinión de las trendsetters españolas,  sigue sin convencer el estilo de Sara Carbonero. ¿Un vestido de cóctel plisado y blanco, con medias tipo leotardo y botas con tacón gordote de madera? ¡Y rematado con un bolso de tela vaquera con pespuntes cruzados y chaquetilla tejana! (pág. 34) Me lo pongo yo y mis amigas piensan que me he vestido a oscuras.
Un punto positivo para la mujer de Andrés Iniesta (pág.38). Ha cambiado su estilo (el corte de pelo a lo garçon en rubio platino no le iba nada) y la mejoría es digna de aplaudir. Se agradece encontrar a una embarazada que no va marcando tripa y que se ha molestado en arreglarse. Un acierto el sombrero Fedora y las gafas aviador.
La fiesta de la AIE fue un mosaico de gente poco acertada en su vestuario. ¡Si hasta hicieron que Ana Obregón pareciera elegante! Un acierto el color del traje de Obregón, pura tendencia esta primavera y un aprobado para Norma Duval, que sigue fiel a su estilo de señorona. (pág.46)
Un cero patatero para el indescriptible estilismo de Ana Torroja: plumas, lentejuelas y sandalias romanas. (pág 47) Se pasa por la peineta el lema “menos es más”…Argggg… El resto de mujeres que acompañan a Torroja, un desastre. A destacar, por rarita, la del vestido blanco que parecía la hermana de Spiderman. Este grupo necesita un estilista, ¡ya!
A pesar de que normalmente no convence, perfecta Mónica Hoyos para celebrar su cumpleaños: botas mosquetero, leggings efecto cuero, una camiseta blanca y una americana de paillete. Y un bolso chanel. Hubiera sido ya inmejorable si se hubiera recogido el pelo en una sencilla coleta, pero no por eso le quitamos el diez (pág.54).
¿Qué le han hecho a Mónica Martín Luque en el pelo? (pág. 56) Me recuerda a una canción de una peli de Disney: “¡Yo voy a ser el Rey Leeeeeeeón!”. A ver si su cuñada Simoneta la lleva a su peluquería y le quitan ese postizo cardado que es un horror.

Especial globos de oro:
Tal despliegue de vestidos de fiesta sobre una alfombra roja merece un análisis especial. Por si tenéis una fiesta y queréis emular a alguna de las celebrities mundiales, que sepáis lo que no triunfó y lo que se mereció una ola. Allá va el análisis:
Espectacular Catherine Zeta-Jones. Desde los pendientes hasta el vestido pasando por el peinado y el maquillaje. Dejó al resto con muy pocas posibilidades de destacar. (pág 58-59)  Muy correcta Eva Longoria. Esta chica tiene estilazo. Hubiera destacado más si no hubiera ido de negro, pero sin duda estaba elegante (pág. 67).
Observar que el vestido de Versace le hacía tripón a Angelina Jolie anima a todas las mortales que tenemos barriguilla. (pág. 60-61)
Cuando no va embutida en corsés, Pataky gana mucho y lleva cualquier prenda con soltura. Discreto y favorecedor su Armani. No convence el peinado, aunque ella lo intentó (pág. 62-63).
Otra que no acertó con el pelo fue Scarlett Johansson (pág.65). ¡Qué manía con ponerse el tupé despeinado que no le sienta bien! El vestido de Elie Saab, muy bonito y en color empolvado, que ha sido el hit de los colores de fiesta este año pasado.
Y sin comentarios los pelos de Sandra Bullock (pág. 64). ¿Pero tenía ojos? ¿Alguien se los vio? Y ella, ¿veía algo detrás de ese flequillo cortinilla peluda? Para más inri, el vestido le engordaba varios kilos por el drapeado extraño. Pobre.
Halle Berry, completamente inapropiada. Con un body y transparencias, como si fuese vestida con un salto de cama. (pág. 66).
Otra que pinchó fue Jennifer López, y mira que normalmente atina. El vestido era sencillo, y se supone que la capita bordada con strass debía animarlo, pero lo único que conseguía la capita era hacerle los brazos gordos y redondearle los hombros. Suerte que en la fiesta posterior se cambió y acertó con el minivestido acabado en plumas. Impresionante. (pág.68 y 79)
Nicole Kidman en su línea merengue, que no sé si gusta o no, pero no deja de ser su estilo habitual y no chirría. Sobraba el lacito en la cintura, bastaba con la anilla de pedrería en el hombro (pág.69)
De tendencia total para esta primavera-verano, el color rosa flúor del vestido de Julianne Moore. Un Lanvin asimétrico, muy favorecedor, con collares engarzados. El pelo retirado, un acierto. Quizá podría haber escogido otros zapatos y no los nude, pero no desentonaban. De las mejores (pág.70)
Mención aparte para Helena Boham-Carter. Da miedo, da grima, da angustia y da dolor. Y viene de familia, porque la madre también parece sacada de una pesadilla de Halloween (pág 72).
Impresionante el “vestido princesa” de Olivia Wilde.  De tul y cuajado de strass. Es uno de esos que todas deberíamos ponernos una vez en la vida. Los zapatos-joya de Louboutin se merecían destacar más y no acababan de convencer con el vestido.
Y siguiendo con el tema de los pelos…¿Annette Bening tampoco se peina? Parecía cualquiera de nosotras recién levantadas. Y vale que ahora todas quieren ser miopes porque las miradas miopes son muy sensuales, pero ¿hacía falta ponerse las gafas de pasta negras para recoger un premio?

21 de enero de 2011

“COLECCIONES CRUCERO”: AVANCE DE LA PRIMAVERA 2011

Ayer abrí una de las múltiples revistas que compro cada mes y vi un reportaje de moda titulado “colecciones crucero”. Como el saldo de la visa no me llega más que para un crucero de  punta a punta de mi bañera, estuve en un tris de pasar la página y omitir el reportaje. Por suerte, seguí leyendo.

Las colecciones crucero llegan siempre antes del otoño y antes de la primavera. Son anticipos de las tendencias de la temporada siguiente. Normalmente aparecen en época de rebajas. Todo eso que hay al lado de los saldos, que no está rebajado, y que lleva un cartelito en el que pone “nueva colección”, todo eso son las “colecciones crucero”. Por lo visto, antiguamente, los ricachones y ricachonas a los que no les gustaba el frío emigraban cual pajarillos a lugares más cálidos a principios de otoño y a finales de invierno. ¡Y necesitaban ropa más ligera!  De ahí nacen las colecciones crucero.

Hoy en día, los afortunados y afortunadas que pueden emigrar de crucero cuando les de la gana son cuatro gatos, pero las colecciones crucero se han popularizado. ¿Por qué? Porque sirven de barómetro para ver qué propuestas, que los diseñadores eligen para la siguiente temporada, son las más aceptadas y cuáles se desechan.


Después de ojear las colecciones crucero de diferentes diseñadores para este “paso hacia la primavera” de 2011 (Dior, Chanel o Missoni pasando por Mango y Zara), he sacado algunas conclusiones de lo que puede que veamos muy pronto en las nuevas colecciones de la temporada primavera-verano. Como siempre, aquí os dejo mis apuntes y una lista, por si queréis ir de avanzadilla en la caza y captura de los “must” que vienen… ¡O por si sois uno de los cuatros afortunados gatos que pueden irse ya mismo de crucero y no tenéis con qué vestiros!

  • Estampados de flores en colores pastel y aire romántico
  • Tejidos vaporosos (gasa, seda, tul)
  • Cortes con vuelo
  • Reminiscencias años 60 y 70, tipo Jackie Kennedy
  • Tonos flúor, colores ácidos, como gominotas, ¡hasta en sandalias!
  • ¡Vuelven las pulseras de escubidú! (ésas de plástico que muchas hemos trenzado de pequeñas)
  • Rojos, naranjas y rosas, combinados con ocre y negro.
  • Abalorios étnicos (madera, hueso, rafia) de grandes dimensiones
  • Transparencias, pero con moderación.
  • Minimalismo: líneas limpias y siluetas simples


19 de enero de 2011

BUSCANDO LAS GAFAS DE SOL PERFECTAS...


Algún día llegará la primavera y en cuanto deje de llover y de nevar, saldrá el sol. O eso esperamos…¡¡Y necesitaremos unas buenas gafas de sol!!

Las gafas de sol son un aliado estupendo si has pasado mala (o demasiado buena) noche y tienes un careto que da miedo o si te ha salido un orzuelo. Unas buenas gafas de sol, además de proteger tus ojillos de los rayos UVA, pueden complementar tu look.

Ya sé que el objetivo de este blog es estar fantástica gastando poco, pero en este caso haré una excepción: por favor, que nadie, nadie, se compre unas gafas no homologadas por dos eurillos. Te pueden provocar lesiones oculares y en vez de protegerte pueden perjudicarte. Se trata de ahorrar pero no a costa de la salud de una, ¿no?

Dicho esto, y lamentándolo mucho, no todas las gafas de sol sientan igual de bien a todo el mundo y unas gafas poco favorecedoras pueden hacerte cara de acelga (tipo Srta. Rottenmeier) o engordarte un par de kilos (poniéndote cara de bola de billar). Como siempre, la moda dicta tendencias y también las dicta en el caso de las gafas, pero no todas son adaptables a todos los tipos de cara.

En este post quiero que veáis cómo sienta el mismo tipo de gafas a tres tipos de óvalo de cara diferentes. Lo que le sentará bien a una cara alargada, podría no sentarle bien a una cara redondeada o a una cara ovalada.

Evidentemente, hay muchos tipos de gafas en el mercado. He escogido seis tipos, algunos de plena moda y otros no tanto. Son un hit las gafas tipo "wayfarer", las "audrey" y las de "aviador". Son clásicos las "prada", las "oakley" y las "lennon" (aunque estas últimas no me acaban de convencer, por muy de moda que se pongan...). Hazte una idea de cómo sientan los diferentes modelos y tamaños de gafas según la forma de tu cara, ya sea alargada, redonda u ovalada. Flecha verde indica que sienta bien y estarás fantástica, flecha amarilla indica que no destacarás ni para bien ni para mal y flecha roja indica que mejor no escojas esas gafas.

Como norma general, recuerda que las gafas grandes y redondas sientan mejor a las caras redondeadas. Las caras alargadas con gafas grandes y redondas, parece que se han disfrazado de mosca o de abejorro,  porque las gafas son más grandes que ellas. Por el contrario, las gafas cuadradas y más bien pequeñas, favorecen más a las caras alargadas que a las redondeadas. Y las afortunadas que tienen la cara ovalada, se pueden poner prácticamente cualquier tipo de gafa porque la mayoría de gafas les sientan bien. 


Seas cómo seas, elige tus gafas y ¡no olvides contarme lo bien que te sientan!


14 de enero de 2011

DE REBAJAS (III): ¡NO SIN MI BOLSO!

Todas, prácticamente todas, las mujeres que conozco llevan bolso. Se ha convertido en un elemento indispensable. ¡No se sale de casa sin él! (aunque a veces sea un instrumento de tortura, que pesa tres kilos y que va relleno de cosas inútiles…)
Un bolso es una de las cosas que una siempre acaba comprando después de una tarde  de rebajas en la que no has encontrado nada de tu talla. Pasa lo mismo con los zapatos. Da igual que engordes o adelgaces, un par de zapatos o un bolso ¡siempre son de tu  talla! (y siempre podrás ponértelos). Así pues, suele ser habitual acumular bolsos y zapatos comprados por impulso, sin pensar si podrán ser utilizados más allá de esta temporada. Total, que dando por sentado que, como mínimo una vez al año, vamos a acabar comprando un bolso por impulso, resignémonos, más vale que lo que compremos sea un clásico útil.
¿Pero qué es un bolso “clásico”? No se trata de comprar un bolso de abuelilla ni de comprarse un bolso de color negro. Lo que convierte a un bolso en un clásico atemporal es, esencialmente, su forma. Da igual si el bolso elegido es rojo o negro, de tela o de piel, si el elegido es uno de los modelos “con nombre propio” tendrás un clásico en tu armario que jamás pasará de moda. ¡El remordimiento será menor!
Como siempre, nunca olvides la consigna básica: "menos es más". Los estampados llamativos, las texturas de tendencia y los adornos excesivos, no forman parte de un clásico. Un bolso tipo chanel en amarillo pollito, de textura peluche, con triple asa en cadena y un montón de medallitas, charms o lacitos colgando…pues no es un clásico, por mucho que se lleve este año (que no es el caso).
Aquí te dejo doce ejemplos de bolsos "clásicos", aunque hay muchos otros. Haz una ruta por tus tiendas favoritas y verás como encuentras muchos de estos ejemplos. Así, la próxima vez que te compres un bolso, porque lo necesites o por el puro placer de comprar, además de una compra, ¡habrás hecho una inversión!









Tote: Es un estupendo bolso comodín. Con forma de trapecio y dos asas cortas. Con cierre de cremallera o de imán y con una gran capacidad para meter todos los trastos que quieras. Es un bolso sport, no te sirve para una fiesta, generalmente, aunque puede servir para ir a un concierto y meter hasta la cámara dentro. Apto para todos los tipos de mujer.
Shopping Bag: Un bolso rectangular, flexible y con dos asas largas que, como su nombre indica, es perfecto para ir de compras y llevarlo colgado al hombro. Te cabe dentro todo lo que cualquiera lleva de serie: el móvil, las gafas, el pañuelo, el billetero, la agenda… Como el Tote, también es un bolso sport, para por la mañana o por la tarde, pero complicado para por la noche.  
Hobo: Uno de los bolsos más útiles y más estilosos. De tamaño mediano (aunque los hay grandes), con un asa única, para llevar debajo del brazo y tener libres las dos manos. Perfecto para ir a cualquier parte por la mañana, por la tarde y hasta por la noche.
Kelly: Es un bolso trapecio, como el Tote pero invertido, con solapa y dos correas con una pieza metálica de cierre pero, ¡cuidado con él! Es un clásico tan clásico que, depende de cómo te vistas, puedes parecer tu madre o tu abuela… Ellas también adoran este bolso, que lo sepas. Ponte unos jeans y una camiseta larga en color neutro con un foulard al cuello y quítale seriedad a este clásico de clásicos.









Luppo:  Es el miembro más reciente de los clásicos. Se trata de un bolso con asas cortas para llevar bajo el brazo o de mano. Es actual y hay diferentes tamaños y versiones. Todas se distinguen por los característicos pliegues.  Perfecto para aligerar el estilo de las menos atrevidas y que parezcan más modernitas mañana, tarde y noche.
Clutch: Lo que toda la vida hemos llamado cartera o bolso de mano. Alargado, plano y con solapa, o cuadrado y no tan plano, tipo “huevo”, tipo limosnera (un saquito colgado de la muñeca), hay un montón donde escoger. Es un bolso de noche, por una simple cuestión práctica: ¡no te cabe dentro casi nada! Si eres delgada, escoge un clutch de formas redondeadas y pequeño. Si eres más bien rellenita, escoge un clutch de formas rectas y alargado. Admite pedrería, bordados, dorados y hasta plumas.
Chanel: Cuadrado, acolchado, con solapa y cierre metálico y con un asa de cadena que puede hacerse corta o larga. De noche es todo un clásico aunque también se lleva de día a modo de bandolera, con la cadena cruzando el pecho. Su capacidad lo permite: no es muy grande, pero admite llevar dentro muchas más cosas que el clutch.
Speedy: Perfecto para aeropuertos y estaciones de tren, práctico y cómodo. De hecho, existe en formato bolsa de viaje. Con forma cilindro cortado por la mitad, con dos asas cortas y una larga. No es un bolso de noche, demasiado grande, aunque existen versiones mini que son graciosas y se podrían adaptar a un look nocturno e informal.









Amazona: El original es el sueño de muchas en cualquiera de sus versiones. Rectangular, con mucho fondo y de tamaño medio-grande. Con dos asas cortas y otra larga (oculta) unida al bolso con mosquetones. El más solicitado es de ante y con refuerzos en piel. Es tan in que incluso desbancará pronto a la bandolera como el bolso de la temporada. De noche, no convence, demasiado grande.
Bandolera: El número uno de esta temporada (el must, el hit o como quieras llamarlo). Rectangular o con forma de semicírculo, con solapa cerrada con una hebilla y un asa larga para cruzarla sobre el pecho. En color cuero para el día y en negro para la noche. Este año, es el bolso rey.
Drawstring: Lo que siempre hemos llamado “bolso saco”. Con un asa similar a la del bolso bandolera, es un cilindro cuya abertura se arruga por medio de una correa y se cierra anudando la correa. Esta temporada no es uno de los favoritos, pero en su versión maxi se lleva siempre y nunca defrauda. Ojo con las versiones mini, resultan cursis.
Muse:  Como el Kelly o el Amazona, es un bolso que hay que combinar con un look moderno para no añadirse años encima. Es otro bolso que podrás encontrar en el armario de tu madre o de tu abuela. ¡Rescátalo! Para la mañana y para la tarde, este bolso de dos asas cortas y forma de abanico abierto es una gran adquisición.

13 de enero de 2011

LA LEYENDA DE LA CREMA DE ISABEL PREYSLER

Cuenta la leyenda, que en un aeropuerto de cuyo nombre no podemos acordarnos, había una señora esperando para embarcar en un vuelo transoceánico. Como el viaje le había tocado en un sorteo, estaba emocionada porque por primera vez pisaba una sala VIP. Iba a la caza y captura de algún famoso para podérselo contar a sus amigas a la vuelta. Allí estaba ella, más aburrida que una mona y también hasta el gorro de las trifulcas entre el gobierno y los controladores aéreos, cuando, de repente, le dio un codazo a su marido (que la ignoró ostensiblemente, los hombres son así) y farfulló: “¡Oh!, ¡no puede ser…!”.

Pues sí, sí era. La señora había distinguido, debajo de unas gafas de sol y de un precioso abrigo, la inconfundible figura de la inimitable Isabel Preysler. La señora, nerviosa, miraba de reojillo, con curiosidad totalmente comprensible, cómo Isabelita P. se untaba con precisión una crema que había sacado de su bolso de Loewe.

El vuelo a Miami ya tenía puerta de embarque e Isabelita P. se levantó y se marchó, no sin antes dejar caer en la papelera el tubito de la crema que se había untado en la cara a conciencia. Cuando desapareció por el finger, la señora, ni corta ni perezosa y como si en ello le fuera la vida, se levantó de su asiento y corrió, sorteando obstáculos, hasta la papelera. Hizo de tripas corazón, metió la mano entre la basura y rescató el tubito de crema pensando que estaba a punto de conocer el secreto mejor guardado de Isabelita P. y que eso bien valía un sacrificio.

Se guardó el tubito vacío y a su vuelta a España, sus amigas y ella (encantadas con el descubrimiento) peregrinaron por las perfumerías más exclusivas preguntando si tenían la crema en cuestión, pero no había manera de encontrarla. Cuando ya habían perdido toda esperanza, preguntaron en la farmacia y cuál fue su sorpresa cuando la farmacéutica la sacó de un cajón y dijo “sí, cuesta 7 €”. Evidentemente, todas se la compraron. Y fueron muy felices y comieron perdices con un cutis la mar de terso, no se sabe si por efecto de la crema o por la ilusión de compartir algo con Isabelita P.

Hasta nuestros días (por cortesía de Fina, farmacéutica y fan de Isabelita P.) ha llegado el nombre de la crema de la leyenda: XHEKPON. No se sabe si la señora existió ni si la historia es cierta ni tampoco se sabe si el cuento es uno de los mejores ardides publicitarios de los últimos años, o sea, que todo es “presuntamente”, pero… ¡así son las leyendas!

¡Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!