El ¡Hola! de esta semana
viene requetecargadito de información que nos interesa. Desde los estilismos
hollywodienses de Adriana Abascal, pasando por estilismos street style de las
casi siempre perfectas Paula Echevarría o Sara Carbonero y rematando con los
estilismos de las invitadas a la boda de Álvaro Fuster y Beatriz Mira. Hay
semanas en las que el ¡Hola! nos permite aprender poco de las celebrities. Pero
no es el caso de esta semana: ¡hay un montón de cosas que imitar! Así pues, sin
más dilación, aquí os dejamos lo que hay que copiar y lo que no del lo que
hemos visto en el ¡Hola! de esta semana:
Adriana Abascal nos
muestra en el primer reportaje su casoplón-mansión de Hollywood. El casoplón es
bonito y la decoración es correcta aunque no emociona. Lo mismo pasa con los
estilismos que luce Adriana, que son bonitos (y ella es guapísima y un tipazo y
los luce con gracia) pero no emocionan. ¿Qué es lo que más nos ha gustado? Pues
que Adriana mezcle unacamiseta de Dsquared2 con unos pantalones de Bershka que todas
nos podemos permitir (pág. 9) y el look de chaleco y falda de tul made in
Betriz de la Cámara (pág. 15) Habrá que seguir a esta diseñadora.. También nos
gusta mucho el mono de Calvin Klein sin mangas y en color marrón chocolate
(pág. 12). ¿Lo que menos nos gusta? Unos zapatos nude de Prada de inmensa
plataforma que repite en varias fotos del reportaje y que no favorecen nada
(pág. 12-13). También nos parece horrible el pelucón cardado que luce Adriana
en la mayoría de las fotos. Se supone que le debería dar una aire salvaje pero
sofisticado y lo que le da es un aire de loca…Y tampoco nos gusta el vestido de
cóctel morado de Hotel Particulier que le hace arrugas por todas partes. Porque
el reportaje no nos disgusta pero nos ha dejado un poco frías, le ponemos
flecha amarilla.
La semana pasada no
aprobó, pero sabíamos que Lourdes Montes no nos iba a defraudar. Esta chica
tiene un estilo fresco y muy normal con el que nos identificamos muchas. Su
estilo natural y desenfadado en el Rocío chico, pantalones de montar blancos,
botas de montar negras, camisa azul claro y jersey azul con coderas en camel,
podríamos hacerlo nuestro cualquier día yendo a Zara o a Sfera. Un diez (pág.
30).
Otra mujer de torero que nos ha conquistado,
Rocío Escalona. Ésta con un street style de tendencia para esta primavera:
falda larga color malva empolvado, camisa malva a tono, foulard rosa palo,
camisola denim y botines camel. Lo único
que no nos ha gustado es el cinturón de Hermès de hebilla gigante, un poco out.
Por lo demás, el estilismo es perfecto para esta primavera (pág. 32).
En cambio, Patricia Rato
pierde mucho en su look de calle. Acostumbradas a verla perfecta en los
eventos, no nos convence tanto con su estilo casual: camisola blanca demasiado
larga, jeans demasiados cortos y botines negros de punta cuadrada que deben
tener varias temporadas (pág. 36). Con lo estilosa que es, no le podemos
permitir ni un fallo.
Marina Danko no nos lee.
Una pena. Porque si nos leyera, no se habría vuelto a poner esos horribles
botines peep toe negros de cuña animal print de leopardo que dejan ver los
dedos gordos de sus pies cubiertos con calcetines de media (pág. 48). Ya la
suspendimos una vez por culpa de esos botines y seguiremos suspendiéndola
mientras no los entierre en el armario de los zapatos.
La verdad es que no suele
ser una de nuestras habituales trendsetters. Su estilo demasiado corto y
demasiado ceñido no es copiable (sólo es apto para tipazos como el de ella).
Pero tenemos que reconocer que el estilismo de Romina Belluscio para la boda de
su amigo Moncho Moreno fue acertadísimo: vestido gris pálido bordado en
paillette plata con bolso de Swarosky y sandalias de plata, y un precioso
bolero de pelo de manga tres cuartos (pág. 52)
Una de cal y otra de arena
nos ha dado Sara Carbonero esta semana. La revista nos muestra dos estilismos
de la periodista y creadora de tendencias. Uno no lo acabamos de ver claro y el
otro nos ha encantado. El que no nos convence es un outfit con jeans negros,
botas negras de ante con flecos a lo indio y una camiseta oversize azul
turquesa con un corazón bordado en la espalda. La manga corta con las botas de
ante tan oscuras resulta rara (pág. 54). El outfit que nos encanta combina una
camisa ceñida denim de manga larga, unos jeans color calabaza, shopping bag
negro y unos preciosos botines de stilettos dorados muy parecidos a unos que
hemos visto en Zara (pág. 55). Como no sabemos con cuál quedarnos, le ponemos
flecha amarilla, aunque es casi verde.
¿Qué se ha hecho Paz Vega
en el pelo? Uno de los mayores atractivos de esta actriz es su negra y racial
melena que contrasta con su clara piel. ¡Y va y se tiñe el pelo de un naranja
pajizo que no hay por dónde cogerlo! (pág. 56) La suspendemos para que vuelva a
la peluquería y regrese a sus orígenes de morena.
Hay estilismos que debemos
recortar porque nos sirven de inspiración. Como el de Paula Echevarría de esta
semana (pág. 58). Es una lección magistral de combinación de tendencias de esta
primavera verano: colores sorbete y flores. Es que es un outfit perfecto:
camisola vaporosa de color verde sorbete de menta, bolso chanel rosa empolvado,
pantalón de flores en negro, rosa y verde empolvado y zapatos de salón de ante
verde sorbete de menta. No nos puede gustar más. La mejor de la semana con
diferencia.
Hay veces que la
modernidad se confunde con el absurdo. Las cosas sirven para lo que sirven. En
concreto, un cinturón sirven para sujetar (y más si lo llevas puesto por dentro
de las presillas de unos jeans). Así que si Kate Moss quiere imponer una nueva
tendencia que consista en llevar el cinturón puesto pero desabrochado, pues lo
único que podemos decirle es que la idea es una ridiculez (pág. 62).
La segunda mejor valorada
esta semana gracias a su street style fácil de copiar es Katie Holmes: camisa
denim clara, pantalón denim oscuro muy, muy ancho, sanadalias planas y cardigan
camel. Cierto es que este look, especialmente los pantalones, sólo es apto para
las más altas, pero la verdad es que es muy chic (pág. 62).
Carlota Casiraghi es una
de esas mujeres que se mimetizan con su novio hasta a la hora de vestir. El
problema es que el nuevo novio de Carlota no tiene estilo ninguno y a ella eso
la ha descolocado. Carlota paseaba por NY con un estilo grunge de camiseta
parduzca y jeggings que no le pegaba nada (pág. 84). Y cuando volvió a Mónaco,
apareció en el baile de la Rosa con el vestido Chanel més feo que encontró, un
strapless azul pastel entallado a la cadera y con falda de vuelo que cubrió con
una sobrecamisa sin mangas de gasa fruncida del mismo tono. La pobre parecía un
saco de patatas (pág. 88). Suspendida.
La princesa Charlene,
también acudió al baile de la Rosa. Y tampoco es que triunfara con su
estilismo… Ella se empeña en ponerse vestidos palabra de honor y con su espalda
de nadadora no le sientan nada bien. El vestido era correcto, pero sin más:
negro y completamente entallado con un detalle de raso rosa cruzado en el
pecho. Como tampoco es que ella tenga un pecho generoso, pues el escote tampoco
le sentaba bien. Una pena (pág. 89).
Las princesas de Noruega
están atentas a las modas. Marta Luisa y Mette Marit se apuntan a la moda de
los colores sorbete, y en concreto al rey de los colores sorbete, el verde
menta. Ambas lucieron vestidos de gala de este tono en la visita del Príncipe
Carlos y de Camilla Parker-Bowles. Marta Luisa incluso se atrevió a combinar el
vestido con un chal rosa pálido. Enhorabuena por ellas (pág. 94).
Patrica Cerezo celebró su
cumpleaños y allá que fueron sus amigas para acompañarlas. Dos de ellas
coincidieron llevando la misma prenda: leggings efecto cuero. Lydia Bosch los
combinó con botines y María García de la Rasilla con salones negros. Nos gustó
más la idea de María porque los leggings con zapatos salón son difíciles de
llevar y a ella le quedaban bien (pág. 101).
A ver. Loewe es una de las
marcas españolas más lujosas y más elegantes que existen. Si Loewe te invita a
un evento, debes ir vestida en condiciones. Y no como Vanessa Lorenzo, que se
vistió como Ugly Betty (Betty la fea) : falda de seda verde tornasolada a media
pierna, camisa de cuello cerrado color naranja coral, medias negras tupidas con
zapatos negros abotinados, una pajarita negra y unas gafas de montura dorada
(pág. 113) Terrorífica.
Gracias a Dios, hubo
invitadas que hicieron honor a la invitación de Loewe y se vistieron de la
marca y le añadieron clase por arrobas. Es el caso de Ana de Armas, con un
precioso vestido pañuelo naranja coral de cuero con mini cinturón y peep toes
rosa palo. O Pastora Vega, con un ceñido vestido de cuero negro de manga tres
cuartos y escote barco que dejaba ver su tipazo (pág. 114). Un aplauso para
ellas.
ESPECIAL BODA DE ÁLVARO
FUSTER Y BEATRIZ MIRA
Esta boda ha mezclado
aristócratas y alta sociedad y nos ha permitido ver algunos estilismos buenos y
otros regulares tirando a malos. Hubo outfits de todo tipo, desde grandes
ideas hasta pifias en toda regla. Como de estos reportajes podemos aprender mucho, y para comentarlo con calma, le hemos dedicado
un apartado especial a esta boda como hemos hecho con otras bodas:
Cuando una señora tiene
clase, se nota. Impecable e impresionante la madre del novio, Carmen Garaizábal
Verasategui. Un vestido cuello caja, largo y color madreselva con un ligerísimo evasé en el
bajo y mangas plisadas, zapatos y guantes del mismo tono y clutch joya. También
preciosa, y llevada con enorme clase, la mantilla negra (pág. 66).
Muy poco favorecida estaba
Isabel Sartorius. Llevaba un vestido largo de raso color marrón chocolate de
cuello pico y manga abullonada, un bolsito lentejuelas de asa corta, un chal
excesivamente transparente color rosa fucsia y unas sandalias de plataforma con
purpurina dorada y tacón de bote de tomate. El problema del raso es que se pega
al cuerpo y muestra todos los defectillos. Debería haberse un forro más
consistente (pág. 67).
El vestido de la novia, Beatriz Mira, de
Alma Aguilar, era muy bonito: cuerpo de pequeños plieques horizontales hasta la
cadera y tirante fino y plumetti cubriendo los brazos, parte de la espalda y el
escote, falda casi recta. Sabemos que a la novia le gustan las mariposas y el
adorno de mariposa del pelo era precioso, pero las mariposas bordadas en las
mangas sobre el plumetti no favorecían nada y sobraban. Aún así la aprobamos
(pág. 68-71).
No nos lo esperábamos. Ha
acudido a otras bodas y eventos y nunca destaca por su elegancia, pero esta vez
se ha superado. Hablamos de Amaia Salamanca, que lució un dificilísimo e impresionante
vestido verde esmeralda con escote halter, manga larga y vaporosa falda, lleno
de aberturas estratégicas (en escote, magas, espalda y falda). El vestido
llevaba dos flores de metal dorado a ambos lados de la cadera. Amaia combino el
vestido con unas sandalias peep toe muy estructuradas y en oro y negro y con un
clutch sobre en negro (pág. 74). Una de las mejor vestidas de la boda.
Una mujer poco conocida
para el gran público pero que fue una de las más elegantes, es la periodista
María Pelayo. Lució un vestido de volantes lánguidos en rosa palo con fajín de
raso morado y un precioso bolero de piel. Clutch dorado y sandalias romanas
rosa palo. El efecto del outfit era suave y delicado y resultaba muy estiloso
(pág. 75).
Terrorífica estaba la
pobre Andrea Pascual, socia de Fiona Ferrer. Se colocó un vestido minifaldero
en raso verde esmeralda, asimétrico y con un volante gigantesco que le cruzaba
el pecho (pág. 76). Sin medias pero con una estola de piel color camel (¿?),
sandalias doradas de inmensa plataforma y un mini clutc de carey animal print
que no pegaba ni con cola. Un despropósito.
Mucho más acertadas que
Andrea estuvieron María León y Victoria de Borbón. La primera con un arriesgado
vestido color block de Jorge Vázquez con cuerpo blanco, cintura en volante gris
topo y falda coral con medias muy tupidas negras y zapatos negros de tacón
dorado a juego con el clutch animal print dorado, estaba espléndida (pág. 78).
Victoria, la segunda, con un look más clásico de Lorenzo Caprile compuesto de vestido
de encaje azul tiza con chaquetita a juego y salones nude estaba muy elegante
(pág. 79). Dos sobresalientes para dos estilos muy diferentes.