La noticia de la semana en la portada de ¡Hola! Se nos casa la Duquesa de Alba. Un triunfo del amor a cualquier edad. Nos cae muy simpática la Duquesa. Aunque no entendemos su estilo vistiendo y a veces sus modelitos nos dan dolor de cabeza, admiramos su arrolladora personalidad y que se ponga el mundo por montera (y pase de la moda, se vaya de boda y le traiga sin cuidado lo que piensen todos los demás). En el ¡Hola! también encontramos un reportaje de la incombustible Ana Obregón y de parte de su familia y muchas otras imágenes que comentar. Así que, allá va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:
Serán los milagros del Photoshop, será la luz de las fotografías, será que ella sabe posar o será que está maquillada y peinada por estupendos profesionales, pero hay que reconocer que Ana Obregón está espectacular en todas las fotografías del reportaje (pág. 6-21) que inicia la revista. Seamos sinceras, que a la mayoría nos colocan ese bañador de Dolce & Gabbana (pág. 21), de animal print leopardo, cinturón y escote corazón con tirantes con forma final de culotte, como de pin-up, y estaríamos terroríficas (que si no lo lleno de pecho, que si me sale una lorza, que si parezco un espárrago…). No será la mujer con más clase del mundo, tendrá un estilo excesivo, o nos recordará a una Barbie, y por eso no seguiremos su estela estilística, pero, admitámoslo, está guapa, y rezamos para poder conservarnos como ella y pactar con el diablo.
Los estilismos del reportaje de “las mujeres Obregón” son llamativos, ceñidos y o muy largos o muy cortos. Los outfits están muy logrados y no se ha abusado de los complementos para no recargar. Los peinados también son sencillos (en general melenas bastante naturales y alguna trenza para las más jóvenes). Un acierto. Destaca el vestido rojo mitad encaje y mitad crêpe, drapeado, que luce Carol Aresu y que firma Pucci (pág. 7), aunque en el outfit sobran los zapatos nude y faltan unas sandalias. El vestido, además, no es para alguien tan joven como ella, aunque es precioso. Otro que destaca es el vestido de encaje largo, color verde botella, de escote corazón y drapeado a la cintura que luce Amalia G. Obregón (pág. 10), creación de Dolce & Gabbana.
Si a Ana Obregón le ponemos un diez, a su hermana Amalia hay que ponerle un once (por lo menos). La elegancia que le falta a Ana le sobra a Amalia. Quizá Ana tiene más frescura, pero Amalia representa la perfecta madurez. En la foto de la piscina, Amalia es la única que no está en ropa de baño y, pese a no enseñar nada, es la que más destaca por su porte (pág. 15). Otro ejemplo, vestida con falda de estrellitas blancas sobre fondo negr y con una sencilla camiseta de tirantes blanca de Intimissimi (pág. 19), no se puede estar más elegante. Flecha verde.
Kate Middelton se está metiendo en la lista de las más elegantes, pero aún le queda mucho por aprender de grandes estilistas… Normalmente falla siempre en los zapatos. Suelen ser salones anticuados de taconcillo intermedio que no favorecen nada (aunque suponemos que serán muy cómodos). Y a veces también falla en el conjunto. Ese dos piezas blanco y azul con botonadura militar…La falda navy aún tenía un pase, pero la blusa de gasa, que hasta llevaba una imitación de galones en los hombros, no tenía solución (pág. 25). Cero favorecedora.
A veces estamos de acuerdo con las redactoras de ¡Hola! y otras no, cosas de la libertad de opinión. Estamos de acuerdo en que Eva González tiene un tipazo, es guapísima y con cualquier cosa está resultona, pero no estamos de acuerdo en que su estilismo sea espectacular. Que se te vea el tirante blanco del sujetador bajo una camiseta gris oscura de tirantes y bajo otra camiseta gris claro con un extraño escote que deja una manga caída y un hombro al aire, con unos mini-shorts denim desteñidos y unas romanas, no es espectacular, es informal y en algunos casos un poco cutre (pág. 30). Y no suspendemos a Eva porque parecería que le tenemos envidia, pero su estilismo es mejorable.
Somos fans del estilo de Paula Echevarría. Muy fans. A esta chica hay que vigilarla porque lo que ella se pone crea moda. Atención a sus dos estilismos de día: el primero, shorts nude troquelados, camiseta negra sin mangas escote en uve y maxi collar tipo indio (pág. 98); el segundo, vaporoso vestido de gasa en florecitas marrones y blancas, de tirantes y a media pierna, con cinturón de cuerda marrón anudado a la cintura y bailarinas color chocolate (pág.99 ). Si a este segundo estilismo le añadiéramos un amoroso cárdigan marrón, estaríamos ya siguiendo el avance de tendencias para otoño 2011. Espléndida esta chica, espléndida.
En la playa, una no debe descuidar su estilo. Se nota que no estaba nuestra Naty (que debe estar disfrutando de sus merecidas vacaciones) para aconsejarla, porque Carla Goyanes se fue a la playa con una pinta un poco raruna: bikini fucsia y marrón de estampado psicodélico, pareo de rayas azules y violetas y gafas wayfarer blancas (pág. 100). ¿Pensó lo que se ponía antes de salir a la arena? Creemos que no…
Debería copiar a Patricia Rato, que sí pensó lo que se iba a poner y encima acertó: camisola color arena, chanclas marrones de cuña, sombrero borsalino de paja y capazo de paja de los de toda la vida (pág. 101). ¡Hasta el perrito cocker marrón chocolate iba a conjunto! Una flecha verde con todas las de la ley.
Mª José Suárez nos da envidia por su tipazo y porque tres maromos le tienden la mano para bajar de un yate (nosotras tenemos que bajar del yate solas, si es que llegamos a subir a uno, una pena), pero que sepáis que la vamos a criticar por su estilismo, no por esta envidia. Vale que se llevan los bikinis combinados, parte de arriba de un color y parte de abajo de otro, pero lo que no se hace es coger la parte de arriba de un bikini y la de abajo del otro y hacer ver que van juntos. No cuelan como conjunto el sujetador negro con argolla negra y la braguita de lacitos blanca y roja estampada (pág. 102).
No es un dechado de estilo, precisamente, pero al César lo que es del César. El bikini blanco bandeau de Belén Esteban es bonito y favorecedor, más aún si estás ya morena. Jamás pensamos que se la pondríamos por su estilo, que no va con el nuestro, pero es flecha verde (pág. 105).
Para que luego digan que unas gafas de sol inapropiadas no pueden destrozar una imagen. Que se lo digan a Isabel Gemio (pág. 106). Ella tiene una cara afinada y más bien angulosa, y las gafas Audrey, en la versión de pasta blanca, a pesar de ser pura tendencia este verano, la hacen parecer un moscardón. Demasiado grandes para su óvalo de cara. La idea era buena, el resultado no.
Muy bonito el vestido de novia de Ana Milán, firmado por Beba’s Closet. De tul de seda natural, escote asimétrico y drapeado con un cierto aire griego, le sentaba fenomenal y seguía una gran máxima: menos es más. Sin lazos, ni encajes, ni volates tipo merengue… sencillo y atractivo (pág. 109). El detalle del broche de libélula en el hombro, otro acierto. Lo que no nos convence es el peinado, pelín despeluchado y un poco lioso, con trenzas, recogido trasero, flequillo suelto… Aún así, una flecha verde como una casa de grande. De las mejores novias de esta primavera-verano.
En el último reportaje de la revista, Judit Mascó nos muestra diseños de Carolina Herrera para este otoño. A destacar, el outfit del cárdigan de manga corta en camel con cuello de pelo, pitillos pirata y botines peep toe atados (pág. 115). Y para hacerle la ola, el vestido de cóctel negro (LBD), cruzado y con hebilla y lazada lateral y escote en uve con manga francesa. Todas deberíamos poder tener uno como ése en el armario. Tiene que sentar de fábula…