El ¡Hola! de esta semana
no es de los que tienen más páginas. ¡Pero que eso no es engañe! Está repletito
de tendencias y de estilismos que observar. Una embarazada Elsa Pataki
demostrando que estar embarazada no está reñido con ir bien vestida, unos
cuántos estilismos que comentar de los royals monegascos y ¡los Globos de Oro!,
en los que las actrices compiten por ser la más elegante de todas (y algunas
más vale que no hubieran intentado competir). En fin, sin más dilación, allá va
lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana, con un especial
análisis de los looks de las asistentes a los Globos de Oro:
Empezamos con Maite
Bulgari. Una mujer discreta en la que no nos fijaríamos si nos la cruzáramos
por la calle. Maite nos muestra su casa en Roma (preciosa) y posa con diseños
de Armani y joyas, ¡cómo no! de Bulgari. La verdad es que una mujer con el
dinero y el poder de Maite podría perfectamente haber sucumbido al barroco. Y,
en cambio, los diseños escogidos para el posado son de líneas limpias y
depuradas, sin estridencias pero elegantísimas. Como las joyas elegidas. ¿Quién
no ha visto inmensos y ostentosos joyones made in Bulgari? Pues las joyas que luce la
Sra. Bulgari son piezas clásicas, pequeñas y sobrias (pág. 4-14). A destacar en
cuanto a estilismos: el vestido rojo en crêpe de seda, drapeado, con escote
barco, manga larga, puños vueltos, y largo
por la rodilla (pág. 10). Puro Armani. Un diez para el vestido, para
Bulgari y para Maite.
Carlota Casiraghi parece
ser que tiene novio nuevo. Aunque la verdad es que eso nos importa poco. Lo que
realmente nos alucina es que hasta sin maquillar y en plan casual, está
estupenda. En la foto que nos muestra la revista luce un total look negro
street girly boy que es para copiarlo: abrigo corto clásico de líneas rectas
con hombreras, pantalón tobillero negro también recto, zapatos Oxford negros
(de cordones), bufanda negra y shopping bag negro. Increíble (pág. 17).
En cambio, su hermano
Andrea y su cuñada Tatiana, tienen un estilo tan particular que rayan en el
histrionismo (pág. 21). El estilismo de ella es definido por la revista, con
mucha benevolencia, como el de “una reina de las nieves colombiana”. Desde
nuestro punto de vista, con un enorme chaquetón y un enorme gorro de piel de
zorro plateado, Tatiana lo que parece es un inmenso oso sin nacionalidad definida. ¿Y
él? Pues muy poco favorecido, vistiendo un híbrido chaquetón tres cuartos recto
cuyas mangas le quedan estrechas y cortas, jeans desteñidos y unas gigantescas
zapatillas naranjas casi más grandes que su cabeza. Un desastre.
¡Qué bien! Paloma Cuevas
ha sido mamá y ha recuperado el estilo. Toda una alegría. Con un abrigo corto
rosa palo, un color que será tendencia esta primavera-verano, con las mangas y
el dorso de punto sobre un total look negro (vestido, botas mosqueteras y
foulard negros) lucía espléndida (pág. 25).
Muchos amigos y amigas
visitaron a Paloma y a la recién nacida y hubo una que eclipsó a Paloma y a su
abrigo rosa. Sorprendentemente, la que estaba impresionante era…¡Genoveva
Casanova! Arriesgada, moderna y muy, muy chic. Con un outfit dandy, en
marrones, compuesto por un sombrero fedora, un abrigo muy masculino de amplias
solapas, una estola de piel y unos pantalones extra anchos de tweed de espiga
combinados con botas camel, creemos que éste es de los mejores outfits de
Genoveva y, jamás creímos que lo diríamos, lo vamos a copiar. Genial, Genoveva
(pág. 24)
Soraya Arnelas tiene un
estilo ecléctico que intenta ser muy moderno y que no siempre convence. La
verdad es que la combinación escogida por Soraya para regresar al trabajo
estaba muy pensada: trench gris, shopping bag camel de Prada, botines cortos de
cordones con el tacón cuadrado más in de
la temporada, unos pantalones capri color fucsia y un foulard granate (pág.
45). No nos disgusta, pero tampoco nos ha emocionado. Las piezas por separado
está muy bien pero el conjunto es raruno. Quizá con otro foulard con un
estampado que “aglutinara” los colores de las demás prendas…Flecha amarilla
casi verde por audaz.
Ay, es que lo de Ana Rosa
Quintana estamos seguras de que ha sido por ganas de estrenar. A todas nos pasa
que en cuanto nos compramos algo, nos entran ganas de ponérnoslo y por eso la
perdonamos. Pero no la podemos aprobar. Ponerse prendas primaverales y aparecer
por Madrid (a cuatro grados centígrados, o sea, con frío) con una camisilla de
manga corta y sandalias, pues queda raro. Debía estar helándose, la pobre. Y
todo por estrenar (pág. 50).
Con lo guapo que es (lo
podemos decir con conocimiento de causa porque lo hemos visto en persona y, en
serio, impresiona) y encima siendo imagen de Armani, a Cayetano Rivera no le
perdonamos ni un desliz estético. El chico salió a celebrar su cumpleaños con
look de “niño malo ochentero” compuesto por jeans desteñidos, zapatillas grises
guarrindongas, cazadora negra estrecha y camisa de cuadritos Vichy blancos y
negros estilo mod (pág. 51). Y semejante outfit no le favorecía naaaaaaaada.
¡Pero qué desilusión! Otro
guapo, guapísimo, con un estilismo que lo echa a perder. ¿Dónde se ha visto que
Miguel Bosé vaya vestido de abuelete? ¡Ay! Que mitos estéticos como él nos den
semejantes disgustos no es de recibo. En la presentación del
documental-exposición “Danse la danse” Miguel acudió con un polar marrón sobre
un polo mostaza, un chaquetón de abuelete y unas botas viejas. No nos lo
podemos creer aún… tristísimo… (pág. 52)
La semana pasada
criticamos a J-Lo porque se había mimetizado con su nuevo novio e iba vestida
raruna. Parece que nos oyó, porque esta semana la hemos visto presentando un
nuevo espectáculo con un impecable vestido de cuero, ceñidísimo, con
espectacular escote en uve, sin mangas, con largo por la rodilla y de un
llamativo color azul eléctrico. Así sí, Jennifer (pág. 58).
Debe ser porque es muy
joven y aún no ha encontrado su estilo. Por eso a veces se equivoca. Miley
Cyrus acudió a los premios People’s Choice con un vestido horrible de David
Koma, blanco y rosa, con transparencias, capa delantera y diferentes largos
(pág. 61). Debería haber hablado con su estilista antes de ponerse eso.
¡Uy! ¡Qué bien! Nos
congratula saber que mujeres impresionantes, como Adriana Abascal, empeoran
considerablemente sin un buen maquillaje, sin un buen asesoramiento estético y
sin una buena luz cuando la fotografían. No debió tener tiempo de arreglarse:
color de tez paliducho, terrible vestido- malla con un escote como desgarrado y
unos salones animal print de leopardo que no pegaban ni con cola, y una
delgadez asombrosa que se mostraba especialmente en los tendones del cuello.
¡Qué grima! (pág. 72).
La princesa Mary de
Dinamarca salió de compras con su estilista antes de la celebración de los
cuarenta años de reinado de su suegra. Y la estilista cumplió con su
obligación, con creces. Mary estuvo fantásticamente vestida en todos los
eventos a los que tuvo que acudir. Especialmente destacable el outfit que lució
en el oficio religioso: trench de tweed en blanco y negro, medias muy tupidas
negras, zapatos bicolores en negro y gris y un favorecedor sombrero de copa
alta y ala ancha en color violeta. Perfecta (pág. 86).
Esta semana no hay
reportaje de nuestra Naty Abascal. Pero nos hemos llevado una grata sorpresa.
El reportaje final de moda no ha desmerecido a los que habitualmente nos enseña
nuestra Naty. Un reportaje con la modelo Cristina Tosio, lleno de elementos
barrocos y excesivos, elegantes y provocadores pero sin extravagancias. Un
lujo. Seguiremos a Abraham Gutiérrez, el estilista, porque nos ha conquistado
(pág. 109-112).
ESPECIAL GLOBOS DE ORO:
Los Globos de Oro son la
antesala de los Óscar. La moda “de fiesta” se muestra en pleno esplendor en
estos dos eventos: las mejores marcas prestan sus últimas creaciones a las celebrities para que las
publiciten y nos muestren las tendencias a seguir. Todo lo que se muestra es
espectacular, pero no siempre favorecedor ni acertado. Aquí os dejamos un
análisis de lo más destacado:
Como últimamente, Angelina
Jolie fue de las más elegantes. Eligió un precioso vestido asimétrico blanco
con un detalle en rojo en el escote, en forma de solapa. El vestido, firmado
por Atelier Versace era un fourreau de raso que se pegaba completamente a la silueta,
con un leve efecto sirena en la falda, con una pequeña cola, y ligero drapeado
en la cintura (pág. 96-97). Angelina también acertó con los complementos: unos
espectaculares pendientes de brillantes y un clutch rojo también en raso.
Perfecta.
Salma Hayek se decantó por
un vestido de Gucci, con falda de lentejuelas negra con cola y cuerpo strapless
con bordado de pedrería art-decó en plata y oro (pág. 97). El vestido era
espectacular, el clutch negro, los pendientes largos en oro y la melena
ondulada con mechas cobre también eran acertadas. El único problema es que, de
pecho, el vestido resultaba estrecho. Aún así no suspende.
Las gamas de blanco, nude
y rosa empolvado, junto con el rojo, fueron los colores más repetidos de la
gala. Pero hubo quien a pesar de acertar con el color, no acertó con el diseño.
Fue el caso de Charlize Theron, que se enfundó un Dior Alta Costura que
defendió con dignidad pero que no nos llegó a convencer (pág. 100). De gasa,
con un inmenso y poco cómodo escote en uve, con un corte lateral en una falda
vaporosa y con cola que dejaba ver su pierna derecha, y con un fajín a la
cintura que acababa con un gigantesco (y un poco grotesco) lazo a la cadera
rematado con un broche de strass. Era un lazo pegado a Charlize, no se veía nada
más que el lazo…
Otra que tampoco acertó
fue Elle McPherson. Optó por un strapless blanco de Zac Posen, de
crêpe de seda superpuesto el cuerpo hasta la cadera y falda de tul de corte
sirena. El escote llevaba volantes por delante y por detrás, el cuerpo se
remataba con un volante y la falda estaba llena de capas haciendo volantes de
tul. Y encima ella va y se suelta el pelo ondulado (parecía que en la cabeza
también llevaba volantes). Un desatino completo, la pobre parecía un merengue gigante (pág. 100).
En cambio, sí acertó
Jessica Biel con un vestido de encaje blanco, cuajado de perlas, con delicadas
transparencias en cuerpo y falda, cuello caja (que compensaba las
transparencias), y una pequeña cola. De estilo romántico y de líneas lánguidas,
tenía un aspecto delicado que incluso permitía que el corte en la falda
resultara elegante (pág. 101). Lo firmaba Elie Saab Alta Costura. De las mejor
vestidas de la gala y un alivio ver que hay algo más allá del escote strapless.
Jessica Alba fue también
de las más acertadas. Eligió uno de los colores que triunfarán esta
primavera-verano: el malva. Siguiendo la corriente, también se trataba de un
modelo de escote strapless, borado en pedrería malva y plata, con un pequeño
polisón en la parte trasera de la falda formado por dos amplias vagas de tela
que surgían del escote y se juntaban en el derrière (pág. 101). Quizá el clutch
de Roger Vivier, en un malva muy claro, demasiado cuadrado y ribeteado en metal
plateado, era excesivamente clásico, pero aún así, el outfit era impecable.
Se equivocó, y mucho,
Nicole Kidman. Se empeña en vestir colores empolvados que no siempre le
favorecen en contraste con su piel tan clara y sonrosada. Eligió un fourreau
Versace de un color gris empolvado, con escote halter, drapeados a los lados
del pecho, drapeados en la cintura y drapeados en la cadera. Todo el vestido
estaba cuajado de tachuelas en oro mate formando cenefas verticales y
diagonales. El resultado es que ella parecía rígida, el pecho sufría un efecto
“aplastado”, y el torso parecía demasiado pequeño con relación a las piernas.
Muy poco acertado (pág. 103).
También con solapa en el
escote strapless, nos encontramos a otra de las más acertadas de la gala,
Natalie Portman. Escogió un Lanvin color madreselva (la solapa era color
burdeos, a juego con el clutch). A los lados, desde la cadera y hacía atrás, la
falda tenía unos pliegues que formaban un polisón (pág. 103). Un corte sencillo
y sobrio que sólo alguien tan delgado como Natalie podía llevar con clase.
Una de las más denostadas
fue Madonna, con un vestido verde botella de Reem Acra (pág. 104). La verdad es
que a nosotros no nos ha parecido tan mal. Un cuerpo de escote corazón, con
pequeñas mangas transparentes, con pequeños apliques de cristal que finalizaba
en una falda acampanada formada por tiras de raso verdes entretejidas y
cruzadas entre sí. Lo combinó con cuatro impresionantes pulseras de brillantes.
Por lo menos era original. Eso sí, sobraba el colgante con la cruz de
brillantes, pero como es Madonna, pues no sorprendió a nadie tanto despliegue de brilli-brilli.
Horrible, por mucho que
fuera la triunfadora de la noche, Meryl Streep. No se puede ir a una gala con
un vestido camisero ¡abrochado de arriba a abajo con botones sin forrar! El
diseñador del camisero, que preferimos no nombrar, decidió hacer la prenda más
festiva cosiendo unos apliques de encaje en el escote. Feo, feo, feo (pág.
105).
Y finalizamos con otra
mujer no especialmente acertada. Kate Winslet se decantó por una falda lápiz de
raso blanca combinada con un cuerpo en negro de escote caja sin mangas. Lo de combinar blanco y negro es pura tendencia. Lo que pasa es que la
teoría del equilibrio de volúmenes dice que las mujeres con curvas mejoran con
cuerpos blancos y faldas negras y no al revés. Resultado: que con la teoría sin
aprender, Kate parecía tener más volumen del que realmente tiene (pág. 105).