Está el ¡Hola! de esta semana que echa humo. Muy, pero que muy aprovechable todo. Desde los estilismos de gala de la nueva incorporación a la familia real monegasca, a los estilismos de todas las famosas invitadas al desfile de Mango en Paris, pasando por los estilismos callejeros de un montón de celebrities. Un montón de cosas para copiar y otras para desterrar que aquí os dejamos:
Que Carlota de Mónaco es guapa a rabiar, es obvio. Son los genes. Pero la elegancia se aprende y ella tiene dos buenos maestros: su madre y Karl Lagerfeld. Suponemos que siguió las indicaciones del segundo en Cannes y el resultado fue fantástico: un vestido strapless de gasa en nude, drapeado y con una mini de vuelo en dos capas. Peep toes de tacón imposible, clutch, pendientes de aro, anillo, pulsera ¡y hasta laca de uñas! todo en negro. El moño chignon un poco despeinado, para darle un aire más juvenil y desenfadado, fue el gran acierto (pág. 8-9). Un diez.
Frente a la elegancia de Carlota y de su tía política, Charlene, muy sobria con un vestido gris perla, nos encontramos con un conjunto de famosas que iban vestidas con camisones. ¿Es que no aprenden que es mucho mejor insinuar que enseñar? Terribles: Bar Rafaeli con un fourreau de Cavalli al que no le cabía nada más: paillette, plumas, escotazo, mega corte para enseñar pierna… una hoterada; Naomi Campbell, con un nada favorecedor vestido de Givenchy con transparencias, flecos a diferentes alturas y bordados, y un pelo alisado con plancha que parecía electrizado; e Irina Shayk, también mezclando transparencias con paillette, con escote asimétrico y abertura lateral desde la cadera, muy poco estiloso (pág. 10-11)
¿Y qué decir de las dos que se pusieron escotes que estaban fuera de sus posibilidades? Sarah Ferguson (pág. 12), exduquesa de York, a su edad y tras el paso de la ley de la gravedad que sufrimos todas las mortales, debería saber que no puede ponerse escotes en pico que llegan casi al ombligo. Resulta antiestético. Y el caso contrario, el de Elisabetta Canalis (pág. 13), que se equivocó espachurrando su pecho, que aún no ha sufrido los rigores de la gravedad, en un vestido de Cavalli que hubiera estado bien si hubiera tenido menos escote. Ayyyy…
Para cerrar el capítulo “horrores en Cannes”, Kristen Dunst (pág. 64) con un Chanel cuyo cuerpo parecía hecho en papel de plata y la falda en papel de cocina arrugado, y la hija de Bono de U2, con una falda de gasa rosa frigopie con un feísimo largo tobillero y un cuerpo de tirantes que, como era muy escotado, intentó tapar con una gasa. Un despropósito.
Sólo con verlo, sabes que el reportaje de Lolita es un trabajo de Naty Abascal. Imponente Lolita, especialmente cuando viste de colores cálidos que favorecen su tono de piel. Destacables el vestido rojo sangre de Mango (pág. 26) con escote en V y falda con recogido (disimula muy bien la tripilla); la camisola negra de flores rojas de Blanco (pág. 27); y el espectacular vestido color madreselva de Escada con un nudo central y manga francesa (pág. 29). Y lo mejor es que, dos de los tres estilismos nos los podemos comprar porque son de marcas asequibles. Naty, te queremos.
Hummm… miedo nos da que Margarita Vargas vuelva por sus fueros y deje la línea de franca mejoría estilística que estaba consiguiendo. El outfit que se plantó para ir de paseo por Madrid (pág. 34) no estaba mal del todo, pero tenía un tufillo clasicón que asusta: pitillos color vainilla, bailarinas, bolso y camiseta blanca y una chaquetita azul bebé. Los colores pastel no son tendencia… no la suspendemos porque un fallo lo tiene cualquiera, pero hemos estado a punto.
Una de cal y una de arena nos ha dado nuestra trendsetter Sara Carbonero. Muy acertada para ir de cena con un vestido mini de encaje negro, peep toe nude y cazadora de cuero también en nude. Muy desacertada con un ¿vestidito? cuya falda era de florecitas de colores cosida a una camiseta de algodón gris. No sabemos de dónde sacó esta última prenda, el "vestidito gris-floral" pero debería retirarla de su armario ¡ya mismo! (pág. 40)
Un ¡olé! Para Eva González, y más aún porque normalmente no está acertada. Pero se ha superado y nos ha dejado mudas con un vestido asimétrico color visón aderezado con un cinturón-fajín de cuero trenzado y cierre anudado con borlas y unos peep toe nude. Falló el clutch color guinda, pero como era pequeño se veía poco (pág. 41).
De nuevo nos encontramos con señores de edad madura que no acaban de entender que no se pueden vestir de jovencitos porque no les favorece nada. Nos encanta como diseña Tommy Hilfiger, pero no nos gusta nada cómo se viste. ¿Dónde se ha visto que un señor se ponga unos pantalones verde menta y un blazer azul eléctrico? (pág. 41) Y encima, su mujer conjuntó su atuendo con el de él y se vistió también de colorines. Por favor, que daban dolor de corazón…
Fallo claro de toda una señora. Nos ha extrañado mucho porque normalmente tiene estilazo de señorona, pero no podemos por más que comentarlo. Mari Ángeles Sanz, madre de Rafa y Marian Camino, fue a la comunión de su nieto con sandalias de cuña de esparto (pág. 42). No es lo mismo ir a una ceremonia que ir a tomar un cafetito con las amigas. Las cuñas de esparto son para ir a tomar el cafetito.
Precioso el vestido de novia de la ya mujer de Álvaro Ruiz Mateos (pág. 44). Un respiro después de lo que hemos visto en las últimas bodas de ¡Hola!. Sin mangas, con hombreras de encaje bordadas en plata y cuerpo con ribetes en diagonal (de lo más favorecedor para aquéllas que tienen poca cintura). Y con velo de encaje y no esos velos de tul tiesos que dan repelús. Gracias.
¿Pero qué le pasa a Genoveva Casanova? Se ha empeñado últimamente en seguir un estilo excesivamente elaborado que recuerda a las artistas de Hollywood de los años cincuenta, tipo femme fatale, que no le va nada. Ese pelo de ondas artificiales y esos labios rojos, chirrían con su piel clara y sus ojos suaves (pág. 46). Y eso que al LBD negro no se le podían poner peros… No convence, le falta naturalidad.
Brutal. Es brutal. Cari Lapique, Núria González, Boris Izaguirre, Nieves Álvarez y nuestra Naty Abascal posan para una foto (pág. 53). Y sólo se la ve a ella. A nuestra Naty. Una lección sobre cómo combinar colores fuertes (color block) y no parecer un payasete. Chaqueta fucsia, top verde esmeralda, pantalón azul eléctrico, cinturón naranja, zapatos verde botella y bolso marrón. IN-CRE-IBLE. La hemos recortado para ponerla en la nevera y que nos sirva de inspiración constante.
Argggggggg!!! Pedazo de horterada la tarta nupcial de la ¿tercera? boda de la pareja Michael Bubblé y Luisiana. La tarta la llevaba, literalmente, colgando de un miriñaque una pobre modelo a la que le tocó hacer semejante chorrada. La chica cargaba encima tropocientos cupcakes de colorines, además de una sombrilla y de un gorito enano tipo chistera. No sabemos si lloramos de risa o de pena (pág. 60).
¡Una crítica para Blake Lively! Vale, nos vamos a echar encima a todos los fans de Gossip Girl, pero esta chica, “icono mundial de la moda” (según dice la redactora de ¡Hola!) ha metido la pata. Que tu chaqueta sea un palmo más larga que tu mini en plena primavera queda raruno. Lo sentimos (pág. 61).
Estar embarazada no es excusa para ir hecha un trapo. Va por la mujer de Alejandro Sanz, Raquel Perera que salió a la calle con unas terroríficas zapatillas deportivas, unos pantalones pirata del chino, una camiseta roja estampada con brilli-brilli y una gorra brittish negra y parduzca (pág. 62). Así, no, aunque estés de 9 meses. Estarás más mona, más cómoda y más fresquita con un vestido amplio, largo y vaporoso.
Impecable Charlene Wittstock en el reportaje central de ¡Hola!. Destacable el traje blanco de escote en V y cintura marcada en strass de Michael Kors (pág. 71), aunque nosotras nos compraríamos sin dudar (si pudiéramos y nos llegara el presupuesto), el traje de seda de Ralph Lauren, palabra de honor de rayas blancas y negras en diagonal y con falda sirena. (pág.74). Buffff…¡qué pena que no nos llegue el sueldo!
En su línea hippie pero con estilo, Eugenia Martínez de Irujo se fue de cena con un top que buscaremos con ahínco hasta saber de dónde procede. Negro, de escote halter completamente bordado en hilo de oro, piedras negras y turquesas. Un acierto combinarlo con jeans, aunque le sobraban las pulseras (pág.86).
Y de nuevo nuestra Naty (esta semana parece que estamos de monográfico suyo) dando lecciones de clase. Falda lápiz negra, cuerpo de manga larga con transparencias, bolso verde y foulard fucsia (pág. 97). ¡Y todo de Mango! Por ponerle un pero, y que no penséis que no sabemos ponerle un negativo, no nos gustaron sus pendientes.
Otras de las asistentes a la cita de Mango en París, no salieron tan bien paradas. Ni Genoveva con un vestido saco de raso turquesa, ni Adriana Herrera con plumas en las orejas, ni Laura Vecino vestida de ejecutiva sosa, ni Alejandra Rojas con un asimétrico mini en rojo dejando ver unas rodillas excesivamente huesudas (pág. 98). Ninguna acertó. Debe ser la astenia primaveral…
Elegante, aunque en su línea estudiada hasta el extremo, Adriana Abascal (¿será el apellido?). Con un vestido con mangas y escote de encaje, pecho con plieges y falda recta en rojo sangre. Las sandalias en fucsia eran arriesgadas y el clutch dorado una buena idea. Le ponemos flecha verde (pág. 99).
Laura Ponte, esta vez sí. Aún a riesgo de parecer un huevo duro, combinó un traje pantalón amarillo con un top blanco. Acertó con complementos en negro y grandes pulseras (de las que ella diseña, of course). Y con ese moño bajo con raya en medio que le favorece una barbaridad (pág. 100). Cuando no se pasa de “alternativa”, es muy, muy elegante.
A ver... No sabemos quién ha ejercido de estilista en el reportaje de Carmen Lomana. Pero mejor que le eche un ojo a alguna revista de moda antes de volver al trabajo. Los outfits elegidos (de Ermanno Cervino y de Etro) son cursis y poco favorecedores. La camisa blanca con cuello de boba y con la manga llena de nuditos y el cuerpo lleno de jaretas, combinada con unos jeans, es una oda al desacierto (pág. 106).
0 comentarios:
Publicar un comentario