10 de abril de 2011

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 13 DE ABRIL

¡Qué envidia nos da Thalía en su séptimo mes de embarazo! Guapísima y sin un kilo de más. Eso es una un personaje público que cuida su imagen y lo demás son tonterías. No como otras famosas de tres al cuarto que ven la veda abierta para dejar de arreglarse totalmente en cuanto se quedan embarazadas.  Además de este reportaje de inicio y del monográfico de la visita de SAR el Príncipe Carlos de Inglaterra a España, el resto del ¡Hola! no tiene desperdicio. Aquí os dejamos, como siempre, lo que hay que copiar y lo que no, y un apartado especial de la fiesta de presentación de la colección de Loewe:
Mira que nos gusta Carolina Cerezuela, por simpática y por guapa, pero no le perdonamos que le ponga a su hija, un bebé monísimo, un lazo en el pelo cuatro dedos de ancho (pág. 48). Si nosotros fuésemos un bebé tan pequeño y con un pelo tan cortito y tan suavecito, no nos haría ninguna gracia tener que llevar semejante lazo, que debe pesar lo suyo. Anda Carolina, quítale ese lazo gigante a la pobre, que estará igual de guapa (o más si es posible)
¿Ves Blanca Cuesta como últimamente estás inspirada? Con el pelo liso, unos sencillos jeans, una camiseta blanca y una cazadora de cuero beige de líneas rectas estabas estupenda para ir al concierto de Tamara (pág. 49). Menos es más. Acuérdate del lema cuando vayas de fiesta, que es tu asignatura pendiente, pero que sabemos que tarde o temprano aprobarás. Le pones voluntad y se nota.
Raro, raro el vestido de Amanda Hearst para ir a una subasta en NY (pág. 52). Parecía que el bajo se le había roto y se había hecho un apaño haciéndole unos nuditos. El color champagne era bonito y la combinación con sandalias de tiras de Swaroski, collares de cadena ligeros en oro, clutch moka y pulsera de mariposas era acertada. Aún así, el vestido era raro…
Ayyyy…Dicen que el traje de una novia dice mucho de su personalidad. Si es cierto, la personalidad de la flamante mujer de Michael Bublé es cursi y recargada. El vestido (diseñado por Sylvie Burstin) era una complicada mezcla de encajes, raso, cenefas y miriñaque (pág. 54). Parecía la lencería de Scarlett O’Hara en “Lo que el viento se llevó”. Y sin comentarios el “peinado-despeinado” cuajado de perlitas. Un poquito de sobriedad no hubiera venido mal.
La revista acierta al mostrar a las tres mujeres más elegantes del festival de cine de Málaga: Eugenia Silva, Edurne (que ha seguido nuestro consejo y se ha dejado asesorar) y la más elegante de las actrices españolas, Sílvia Abascal (pág. 56). Ella siempre nos encanta, por elegante y por guapa.  Demuestra como con un fourreau negro con escote en V sólo acompañado por un bolso rojo y un lipstick rojo, se puede estar fantástica. Nos encanta.
Hay gente que tiene algo que pasa por encima de las modas y que irradia una luz especial. Es el caso de Sonsoles Suárez (pág. 66-72). Sin una sola joya en todo el reportaje, con un maquillaje suave y con el pelo suelto, ondulado y sin artificios. Ayuda el vestuario de Carolina Herrera y de New Cocol’s, pero creemos que aunque la hubieran vestido con un saco de arpillera, hubiera irradiado la misma luz. Un modelo a seguir.
Definitivamente, somos fans de Charlene Wittsotock. El traje largo asimétrico gris verdoso de Armani con pendientes, pulsera, clutch y peep toes de Swaroski era un prodigio de buen gusto (pág. 83). Porque no hace falta ponerse encajes, volantes y rasos brillantes para llamar la atención. La sencillez se abre paso sola.
Pocas veces hablamos de estilismos masculinos, pero es que lo de Chente, marido de Marisa Jara, por el momento, es para comentarlo (pág. 87). El día de su boda ya nos dejó flasheadas con su “estilo”. Ahora nos cuenta que Marisa le ha dejado y lo lamentamos, pobre, pero no podemos por más que recomendarle que se quite esa corbata de croché de rayas horizontales. Y que se compre un champú antiencrespamiento. Entendemos que quiera dar una imagen de dandy, pero  lo que da es una imagen de histrión.
Hay quién es guapa y lo sabe. Como Ana de Armas. Pero eso no te da licencia para ir por la calle sin peinar, con un moño como un nido de gorriones enfadados, unos jeans destrozadosy una americanita tipo chanel. Un desastre (pág. 92)
Con lo que nos gusta siempre, y en el día de su boda va Reese Whiterspoon y nos decepciona (pág. 96-99). Un vestido blaco roto escote corazón de lo más cursi, con un lazo de raso café con leche a la cintura cuyas vagas colgabas en blanco roto con tres florecitas cada una, y una falda de tul sosa hasta decir basta. Por muy Monique Lhuillier que fuera el traje, no nos convenció.
Si Sonsoles Suárez irradia lus, Sophia Vari irradia fuerza y personalidad. Con total look negro o blanco y sin casi comlementos, está perfecta (pág. 100-104). Su casa, como ella, también es elegante y diferente.
El reportaje coordinado por nuestra musa  Naty  Abascal (ni nos hemos atrevido a comentar su fabuloso estilismo de la página 106) esta semana nos ha defraudado un poco. El entorno es idílico y Carla Goyanes es muy mona, pero salvo el vestido rojo largo strapless con drapeado, el resto de vestidos elegidos, todos de Rosa Clará, no son demasiado espectaculares (pág. 118-123).

Un apartado especial para la presentación de la nueva colección de Loewe invierno 2011-2012 y para los estilismos que lucieron allí las celebrities:

Verónica Blume y Ariadne Artiles, muy correctas, aunque con algún fallito. Verónica con un vestido palabra de honor a la rodilla de cuero negro de Loewe. Le sobró el collarcito-cadenita al cuello, que “ensuciaba el escote” aunque acertó con las bailarinas y el clutch rosa. Verónica con panatalones  de cuero color chocolate, salones de plataforma tachuelada a tono y blusa rosa chicle. Ariadne falló con el maquillaje, los labios rojo oscuro no pegaban con su outfit (pág. 108).
Un diez para Teresa Baca, con falda de plumas, camiseta de croché, salones negros de plataforma y bolso y cinturón en oro. Moderna, estilosa y pura tendencia. En la foto de conjunto sólo se la ve a ella. Nos lo apuntamos para copiarlo (pág. 108-109).
En cambio, Martina Klein vestida de señorita Rottenmeier (¿de dónde sacó esas gafas y por qué se las puso?), Vanessa Lorenzo con un look demasiado campestre aunque bonito, y Cristina Tossio con un estilo agresivo y pelín barriobajero, no estuvieron a la altura (pág. 109).
Nuestra musa Isabel Preysler, acertadísima como casi siempre (pág. 110). El vestido de cuero negro a la rodilla con manga japonesa   y cuello caja, con un bordado de pedrería central de arriba abajo, era precioso. Y el no añadirle complementos para resaltarlo más, fue un acierto. Como siempre, somos fans de ella.
Adriana Abascal se había preocupado por estar perfecta (pág. 111). Pero quizá se preocupó demasiado y el conjunto fue algo excesivo dado que el resto de invitadas iban mucho más informales. Ya que el vestido de encaje y el clutch de Loewe eran llamativos, quizá debiera haber rebajado su maquillaje (aunque lo del rabillo del ojo pintado es tendencia) y haber optado por un peinado más desenfadado.
Mariola Orellana y Simoneta acertaron con el negro en total look, pero la hija de Mariola no estuvo nada acertada. Quizá su estilo estaba bien para tomarse unas copas e irse a bailar una noche cualquiera, pero no para ir a la noche de Loewe (pág. 112). Su chaqueta denim estrecha y descolorida chirríaba al lado de su mini de encaje y el bolso gris topo parecía de saldo. Una metida de pata estilística. A su favor, la melena rizada y cuidada .
Mónica Martín Luque tampoco atinó (pág. 112). Una camiseta blanca que le quedaba inmensa (la costura del hombro le llegaba a medio brazo), un cinturoncito negro que quedaba pobretón, y unas botas de cuero tipo mosquetero que no cuadran ya con el calor reinante. Y la pose acariciando al leopardo disecado… Sin comentarios. Igual de poco “copiable” que el estilo “reinona” de Ana Botella (pág.113). En pleno abril, la estola de visón resultaba chocante. Como ir a las pistas de Baqueira en triquini.
En cambio, estaban fantásticas Tamara Falcó con un strapless negro con cinturón bordado de abalorios de colores y cartera fucsia, Ana Boyer con vestido rojo guinda de Dior y Carolina Adriana Herrera, fiel a su estilo de vestido+blazer. Alejandra Rojas también estupenda combinando shorts de paillette, camisa fucsia y blazer masculino en negro. Por ponerle un pero, si se hubiera puesto medias más claras hubiera estado mejor y menos invernal (pág. 114-115).

2 comentarios:

  1. Me encantó el vestido de Ana Boyer ¿Dónde se puede conseguir y a qué precio?

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  2. Pues el vestido era, según dijo ella, de Christian Dior. Lo hemos buscado en catálogo y tienda pero ¡no hay manera de encontrarlo! (¿será vintage? afortunadas que son algunas...) Vestidos parecidos de la misma marca rondan los 500-700 €. Para bolsillos más pequeños (como el de quien escribe), hemos encontrado un vestido similar en Sfera, de cuello caja, sin mangas, largo un poco por encima de la rodilla, rojo y con encaje sobre forro. Por 39,95 €. No será lo mismo, eso seguro, pero este sí que nos lo podemos permitir sin remordimientos...

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