25 de junio de 2012

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 27 DE JUNIO



Esta semana el ¡Hola! vuelve a ser de ésos que engañan: con la portada de Kate Middelton, parece que no vamos a encontrar más que comentar que los estilismos de la familia real inglesa. ¡Pero no! Hay un reportaje de una casa estupenda (la de la dueña de Chopard), un par de bodas, un concierto y algunos eventos en los que las famosas han lucido, o deslucido, palmito. Así pues, allá va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:


El reportaje de casoplón de esta semana es el Caroline Scheufele, a la que no conocíamos, pero sí conocíamos a la marca de la que es dueña: Chopard. La casa es preciosa, especialmente los techos, artesonados y algunos pintados a mano. Nos ha dado un montón de envidia semejante casa. Y también nos ha dado mucha envidia el vestido de Emilio Pucci de escote barco, manga larga y falda con pequeña cola, con el clásico estampado de Pucci en blanco, negro y fucsia (pág. 15).

Lo que no nos ha gustado del reportaje del casoplón, es el mayordomo de cera (pág. 8) colocado en la puerta del salón. ¡Qué grima! Tampoco nos ha gustado nada el pretendido estilo glamouroso de Caroline al volante de su coche. Cual diva de supermercado, Caroline se enfunda un plumífero blanco de mangas guateadas, una megabufanda roja a lo Isadora Duncan (ojito que la famosa bailarina Isadora murió ahogada cuando se le enredó el chal en las ruedas de su coche…) y para rematar… ¡una gorra de béisbol de Chopard! Terrorífica (pág. 15)

Vaaaale. Tenemos que admitir que no teníamos confianza en ella, pero el tiempo nos ha demostrado que Laura Vecino tiene estilo. Su estilo de calle paseando cerca de su casa es un acierto: falda larga de gasa negra, camisa verde militar anudada a la cintura, sandalias de cuña nude y bolso sobre, de mano, de paja (uno de los descubrimientos cool del verano, esto del bolso de paja…). Vamos, que va impecable y es pura tendencia (pág. 19-20). Su otro estilismo de calle, para ir a trabajar, es más sencillito y más fácil de copiar: camisola azul violácea, pitillos blancos, bolso blanco con el revés en violeta y sandalias con tiras de plástico naranja flúor. Un acierto (pág. 21).

Cuando Carlota Casiraghi tiene un buen día (y confía en Gucci) su estilo nos deja apabulladas. No hay más que verla en una competición hípica celebrada en Cannes: pantalón de montar blanco, cinturón negro, camisa azul, americana (blazer) color coral con botones dorados, bolso de asa corta en verde esmeralda y borsalino de paja blanco con la clásica cita de Gucci en rojo y verde (pág. 24). Impresionante.

Amaia Salamanca es guapísima. Eso no tiene mérito. Lo que sí tiene mérito es que sabe elegir a la perfección los estilismos que elige para sus eventos nocturnos. En el festival de cine de Montecarlo dejó a todo el mundo boquiabierto con un palabra de honor de corte sirena en blanco y con aplicaciones de strass en negro y plata en degradée firmado por Óscar de la Renta y que combinó con un clutch de Chanel. ¿Lo mejor del look? Los pendientes XXL color verde esmeralda (pág, 26-27). Bravo por Amaia.

En cambio, cuando Amaia se viste de sport no acaba de encontrar el punto justo. Su total look negro con camiseta básica de tirantes, microfalda negra, botas de motera negras, cinturón XXL en marrón oscuro y megabolso negro de Vuitton le daba un aspecto macarrilla que no le favorece. Además, llevar un bolso de Vuitton y a la vez dejar que se te vean los tirantes del sujetador (aunque también fuera negro) es pelín horterilla (pág. 28)

La Princesa Máxima de Holanda no comparte el tipo escuálido de otras princesas europeas. Tiene curvas y sus formas son rotundas. Nos alegra ver que mujeres que no parecen insectos palo resultan elegantísimas hasta vestidas en colores claros. Para ejemplo, el look de boda de Máxima: blusa nude de amplias mangas cortadas y escote caja, falda tubo nude con plumas en vertical, guantes nude, tocado de flor nude en el pelo y clutch con grandes cristales en rosa, azul y fondo nude (pág. 32-34). Espléndida.

La familia Bono acudió al completo a una boda. Allí pudimos ver dos estilos muy diferentes: los de las dos hijas de José Bono. Ana Bono dejó a todos los asistentes alucinados con un vestido rojo coral asimétrico, tipo túnica y largo hasta los pies combinado con sandalias de tiras nude (pág. 40) de lo más favorecedor para una morena como ella.

En cambio, su hermana Amelia Bono, optó por un estilo complicado basado en el color block: cuerpo blanco de escote caja con mangas francesas en color azul turquesa, falda tubo por la rodilla en color azul eléctrico, sandalias blancas y azul bebé, cinturón oro y clucth oro (pág. 41). No nos disgusta, la verdad es que es moderno y está bien combinado, pero quizá no resulte muy elegante para una boda y hubiera quedado mejor reservarlo para un bautizo. Le ponemos flecha amarilla.

Desde que Carlota Casiraghi acudió a la boda de su tío, el Príncipe Alberto de Mónaco, ataviada con un vestido azul tiza de gasa de Lagerfeld que llevaba una larga capa a juego, que le llegaba hasta los pies y que se anudaba al cuello con un lazo, ha creado tendencia. Si hace unos días vimos a Tamara Falcó en una boda con un estilismo similar con capa de gasa pero en nude, esta semana la “copiona” es Carla Royo-Vilanova. Pero hay diferencias. Carla viste un vestido corto blanco de croché y sandalias doradas, y se planta encima una capa ¡con cuello!, de un tejido parecido a un crêpe de seda (mucho más gordo y basto que las capas de muselina de Carlota y de Tamara) y que le llega a la altura de la pantorrilla y no hasta los pies. El resultado es raruno e invernal, aunque reconocemos que fea no está y por eso es flecha amarilla (pág. 44).

Nuestra Tamara Falcó, al igual que Carla Royo-Vilanova, acudió a la fiesta de Moët Ice imperial. Eligió un vestido de gasa plisada de Dior en color coral con transparencias en el cuerpo que se disimulaban con un estratégico forro, con falda por la rodilla de ligero vuelo y un finísimo cinturón dorado (pág. 45). El vestido era precioso, pero los huesos de los hombros  se le marcaban demasiado porque está muy delgada y no le favorecía. Flecha amarilla aunque es casi verde.

No es la primera vez que opinamos que Ana Rosa Quintana, en cuanto sale del plató, pierde todo su sentido estético. Ana Rosa fue al concierto de Springsteen con un conjunto que pretendía ser juvenil y que acabó siendo una cursilada hortera: camiseta negra con dibujo de strass en plata oscura, en plan roquero, sandalias de cuña doradas que parecían zapatones y, lo peor, unas mallas de colorines, formando cuadros con dibujos abstractos que daban verdadero miedo y un bolsito de mano tipo abuelilla en amarillo mostaza (pág. 48). Lo peor es que, encima, sería todo de marca… Tristísimo.

De nuevo otro estilismo de Carla Royo-Vilanova que comentar. Esta vez Carla se fue de comida de celebración familiar con un vestido de flores en rosa con un fondo de rayas horizontales blancas, naranjas, verdes y amarillas de dos palmos de ancho, con un cinturón amarillo elástico de un palmo de ancho y con unas gafas XXL que le tapaban toda la cara. Según la redactora de la revista, su estilo es “juvenil y veraniego”. Nuestro veredicto es que su estilo en este caso es cursilón y sin gracia (pág. 49). Perdónanos, Carla, pero eres flecha roja.

Arggggggg… Las supermodelos creen que se pueden poner cualquier cosa y estar monas…¡mentira! Si no, no hay más que ver a Naomi Campbell en un cumpleaños en Ibiza. Naomi osó ponerse un vestido de tirantes requeteceñido, con un largo hasta media pierna, escote “balconnet” y estampado en rayas verticales naranjas y negras. Era un cruce entre los panatalones de Obelix y una tumbona de playa (pág. 53). Desastroso.

Hasta las estilistas con más criterio pueden equivocarse. Con lo que nos gusta Brisanda Fitz-James, nos ha decepcionado verla con un vestido gris de terciopelillo tornasolado de anchos tirantes y largo a media pantorrilla que no sabemos de dónde ha sacado pero que ni es bonito, ni favorece ni acentúa su tipo. Por suerte, los complementos de Brianda mejoraron un poco el look: bolso college en camel, zapatos calados de pulsera y gafas y pañuelo a la cabeza como una pin-up (pág. 55). Aprueba por los complementos, pero el vestido es para suspenderla.

Algunas famosas no se dan cuenta de que una parte fundamental de su imagen es el pelo. Un mal peinado puede destrozar un buen outfit. Por ejemplo, la melena corta de grandes bucles y cardada de Mar Flores es un peinado de señorona de la alta burguesía que te pone años encima (pág. 56). Con lo guapa que es esta chica y con el pelo, oye, que no atina…

Siguiendo con el tema del peinado, parece ser que el corte de pelo a lo garçon (corto como un chico) es lo más de lo más entre las actrices de Hollywood. Charlize Theron y Anne Hathaway son claros ejemplos. La verdad es que debe ser muy cómodo y muy fresquito, pero sólo les sienta bien a ellas, con óvalos de cara perfectos y cutis también perfectos (pág. 72). Total, que por poner de moda este corte de pelo tan difícil, les vamos a poner una flecha roja. Porque somos envidiosas…

Hay quien confunde el estilo sport con el estilo “salgo de casa como me da la gana”. Es el caso de Megan Fox, que se pinta como si fuera a un estreno para luego ponerse unas mallas capri, unas sandalias de plataforma y una terrible camiseta corta, descolorida, en rosa y azul bebé con un I love California (con corazoncito y todo). Este estilo “choni” no nos gusta nada (pág. 73).

Genial el reportaje de moda en el que posan como modelos Lourdes Montes, Rocío Peralta y Macarena Herrero. Es genial porque toda la moda que lucen es de… ¡Mango! O sea que si encuentras algo que te guste podrás comprarlo sin dejarte los ahorros del mes (pág. 78-82). El estilismo es de Laura Vecino, que propone colores sorbete, toques de colores flúor, estampados de flores liberty y tejidos vaporosos. Un acierto.

Otro vestido rojo asimétrico en una ceremonia nos indica que este va a ser uno de los hits de la temporada. Si hace unas líneas hablábamos del vestido de Ana Bono, ahora hablamos del de la Princesa Mary de Dinamarca. El vestido de Mary es un tono más frambuesa, más rígido y con una pequeña cola, pero igual de bonito (pág. 90). Flecha verde.

¡Mira que nos gustan los vestidos de novia de encaje! El de Camila Alves, de Dolce&Gabbana, era una preciosidad: escote barco y mangas largas de encaje con transparencia y líneas sencillas, casi como un fourreau. Lo dicho, precioso (pág. 93).

¿Qué le pasa a Inés Sastre? Últimamente se viste de abuelilla. Acudió a la fiesta de Ferragamo vestida de Ferragamo, es cierto, pero no hay quien nos discuta que podía haber elegido un vestido de Ferragamo un poquito más colorista y un poquito más atrevido y no ese vestido de escote en uve y largo a la rodilla, tipo vendaje en negro y gris. No le favorecía absolutamente nada (pág. 106).

El chic de Olivia Palermo es inigualable. Mezcla tendencias como nadie. Mira que la tendencia del estampado indio es difícil de seguir (no favorece nada) pues va y ella la aplica ¡en un collar! Mezcla un estilo de lo más preppy (pijo) consistente en bermudas azules, camiseta XXL roja de manga francesa, bailarinas rojas, bolso de paja con el susodicho collar de cuentas haciendo estampado apache y va y … ¡sale airosa de la mezcla! (pág. 113). Un modelo a seguir.

0 comentarios:

Publicar un comentario