Esta semana el ¡Hola! ha
tirado la casa por la ventana. No uno, ni dos, ni tres, sino… ¡cuatro
reportajes dedicados directa o indirectamente a la moda! Una alegría. El
primero es el reportaje de Luisa Beccaria vistiendo moda de creación propia, el
segundo el de Tamara Falcó vistiendo diseños de fiesta de Pronovias, el tercero
el de Ana Rodríguez (que es portada) cuyos estilismos coordina nuestra Naty
combinando diseños de Oscar de la Renta con prendas que podemos encontrar en El
Corte Inglés, y el último el de Judith Mascó y su hija con moda, entre otros,
de Armani. Y encima, también encontramos en nuestra revista estilismos de calle (street
style) de nuestras celebrities en el torneo de tenis Godó, trajes de flamenca en la feria de abril, un traje de novia y outfits de gala de celebrities internacionales en
la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. Total que hay un
montón de cosas que copiar, y otras que no, en el ¡Hola! de esta semana. Allá van:
¡Pero qué bonitos son los
diseños de Luisa Beccaria! Las creaciones de esta diseñadora nos han enamorado.
Romanticismo, feminidad, dulzura y suavidad en estado puro. Compraríamos sin
dudarlo cualquiera de los diseños de microvolantes de tul (pág. 9) en colores
empolvados que ha creado Luisa. Y tampoco nos dolería quedarnos con el vestido
de cuerpo abullonado y escote barco con falda de vuelo acabada en plisado y
delicado estampado de flores (pág. 10). Una delicia de reportaje en el que la
casa de Luisa es lo de menos y lo mejor son sus delicados vestidos.
¡Arggggggggggg! Yo no sé
que tiene Miami, que algunos de los que se instalan allí reconvierten su look a
tendencias ochenteras tipo Don Johnson en “Miami Vice”… No hay más que ver a
Jorge Benguría, marido de Carla Goyanes, a la que fue a recibir al aeropuerto
con un outfit terrorífico: camiseta gris dos tallas más pequeña, pantalones
rosa ciclamen arremangados como para ir de pesca, mocasines de ante marrón
excremento de oca, y unas gafas de sol wayfarer ¡de pasta rosa a conjunto con
los pantalones! (pág. 18-19) Ni tiene tipo para ése outfit, ni le pega, ni le
sienta bien. Hay formas de ser moderno y vestir de sport sin llegar al
ridículo…
Jorge tiene que aprender
de José María Manzanares lo que es un sport chic: camiseta negra ajustada,
jeans abombachados, desteñidos y rotos , cinturón-correa marrón y zapatos
cerrados de ante. Así sí (pág. 22).
Pippa Middelton pierde
puntos por tonterías. Se fue de boda con un precioso vestido corto capeado en
nude con detalles en oro, abrigo corto negro y salones negros. ¿El problema?
Pues el tocado. Un plato gigantesco con encaje rojo sobre fondo negro y lleno
de mariposas bicolores rojas y negras. Con otro outfit más sencillo, igual el
tocado hasta nos hubiera gustado, pero las mariposas y el encaje no pegaban ni
con cola con el dorado del vestido. Menos es más, Pippa… (pág. 29). Y encima va
y a la pobre le dan un paraguas, del mismo color de su tocado, en el que se ve
claramente el logotipo del Banco Santander. Emilio Botín estará contento con la
publicidad…
En cambio, Kate Middelton
tiene algunos días inspirados. Como, por ejemplo, el día en el que se compró el
vestido color lavanda con apliques de pedrería en turquesa, pistacho y oro en
escote y mangas de M. Williamson que lució en el estreno de “American cats”. Le
sentaba fenomenal y era precioso (pág. 30).
Margarita Vargas, de paseo
por Madrid, se calzó unos zapatos lilas de charol, de plataforma, tacón de
aguja y tira delantera a conjunto con su foulard estampado en lila y camel, a
conjunto con un bolso Birkin de avestruz en camel. Los zapatos quedaban
terroríficos combinados con unos leggings negros. Hay que llevar cuidado con
mezclar determinados zapatos de estilo atrevido con las mallas, porque queda
demasiado ochentero…(pág. 34).
El reportaje de Tamara
Falcó para promocionar la línea de fiesta de Pronovias está muy cuidado y ella
sale guapa. Un acierto el entorno campestre y muy bonitas las hortensias. De
los vestidos que luce, poco que destacar, exceptuando un vestido corto de
paillette plata bordada sobre tul gris claro de escote corazón (pág. 38) que
sería una buenísima adquisición para un fondo de armario de fiesta. No
obstante, la combinación del vestido con unas sandalias de tiras moradas no fue
una buena elección…
Judith Mascó hace doblete
en el ¡Hola! de esta semana. Además de en el reportaje que hace con su hija, la
hemos visto en el torneo de Tenis Godó. Y estaba espléndida. Atención: outfit
para copiar. Judith da una lección de estilo con un pantalón blanco de corte
palazzo (de pernera muy ancha, tanto que casi parece una falda), camiseta
básica negra, cinturón negro, salones negros, una Rebequita rosa fucsia y un
bolso fucsia (el modelo “flamenco” de Loewe). Apuntamos la combinación por
acertada (pág. 47).
¡Un aplauso y una ola para
Jessica Bueno! Por una vez, le vamos a poner una flecha verde. Jessica acudió a
la confirmación de su cuñada muy apropiada para la ocasión. Un vaporoso, corto
y sencillo vestido blanco cortado a la cintura a con falda de ligero vuelo, una
cazadora roja y unos salones de ante rojos, a juego con el rojo del
pintalabios. Por ponerle una pega, hubiera estado mejor con medias, pero visto
su avance estilístico y para animarla a que siga cuidando su vestimenta, le
ponemos un notable (pág. 60).
¿No sabes cómo combinar
unos leggings de cuero negros? Pues no tienes más que observar a Tamara Falcó
en la exposición de Cristina Duclós: leggings de cuero negros combinados con un
vaporoso blusón blanco de bajo asimétrico, americana de mangas de cuero y
cuerpo de lana, peep toe rojos, clutch rojo y chal rojo a juego. Soberbia (pág.
62).
Otra de nuestras musas de
tendencia (ya hemos caído rendidas ante su gusto para elegir), Sara Carbonero,
nos muestra que el estilo urbano puede resultar elegantísimo sin necesidad de
ser estridente: camiseta básica blanca, pitillos negros, botines negros de
tacón y un clásico trench blanco roto. Sencillo, fácil y efectivo (pág. 68).
El reportaje que coordina
nuestra Naty Abascal esta semana es el de Ana Rodríguez, ex de José Bono. Lo
cierto es que Ana está elegante y juvenil, pero eso no es lo mejor del
reportaje. Lo mejor es que Naty mezcla prendas de marcas muy asequibles con
otras de alto nivel (y precio) y… ¡no se nota! Un ejemplo: el estilismo
compuesto por pantalones de rayitas verticales en blanco y beige con chaqueta
corta de tweed tipo chanel en blanco y camisa cuello mao blanca (pág. 78).
Todas las prendas son de Yera, una marca de El Corte Inglés de lo más baratita.
Bravo por Naty, por ayudarnos a estar monas sin dejarnos la visa temblando.
Otra mujer que nos gusta y
que nombramos muchas veces en este post semanal de ¡Hola! es Lourdes Montes.
Nos la hemos encontrado en la feria de abril vestida de flamenca con un traje
clásico de fondo blanco y lunares, flecos y ribetes fucsia. Y con una gran flor
blanca en la cabeza. Demuestra que no hace falta vestir modernidades para estar
impecable (pág. 82).
Lo de Nieves Álvarez no es
normal. ¡Qué envidia! Además de ser guapísima y de tener un tipazo, sabe como
destacar. Su estilazo en la feria nos ha dejado mudas. Homenajeando lo taurino
con los colores de un capote, Nieves combinó pantalones bombachos negros y
sandalias negras con una camisa fucsia de volantes en las mangas y un bolso de
mano acolchado en amarillo (pág. 84). Lo dicho, que nos da envidia.
En cambio, también en la
feria, Antonia dell’Atte escogió un vestido lleno de colorines (rojo, verde,
turquesa…)y lleno de pedrerías, con
encajes y con volantes mustios, que recordaba más al traje de una zíngara que a
un vestido de flamenca. No le sentaba bien y, encima, se colocó unas gigantescas
gafas de sol con las que parecía la cantante Martirio (pág. 85). Un
despropósito. Lo peor es que por la noche se cambió el traje y el resultado fue
igual de pésimo: de nuevo parecía una zíngara o, más lamentable aún, una
posadera medieval, con un escote del todo inapropiado (pág. 90)
Tampoco estuvo acertada
Inés Sastre, que con un traje de flamenca negro y blanco (pág. 86) no estaba
nada favorecida: el traje le hacía mala cara, parecía amarillenta y le apagaba
la luminosidad de su tez, le sacaba tripilla y le hacía arrugas. Una pena,
porque con algún color más vivo y un corte más adecuado hubiera sido una de las
mejores, ella tiene clase. Lo lamentamos pero es flecha roja.
¡Pero qué desastre! ¿De
qué iba vestida Carla Royo-Vilanova en la recepción de Zarzuela a las mujeres
empresarias? Con un vestidito cursi de pequeños estampados geométricos en color
berenjena, largo por la rodilla y manguita japonesa, un mini cinturón naranja,
unos zapatones de Srta. Rottenmeier con tacón gordísimo, y un ¿collar-pañuelo?
con rosas como de croché al cuello y una diadema en el pelo, era un desastre
estético. No nos ha convencido nunca, pero esta vez es de las peores… (pág.
94).
Se casó Sabina Fluxá, a la
que desconocíamos hasta ahora, pero a la que alabamos su buen gusto. Lució un
precioso y dulce vestido de Teresa Helbig con escote en uve delantero y
traseroligeramente ablusonado hasta la cintura y con falda evasée decorada con
pequeños pliegues. Sólo sobraba el velo cogido en un lado que quedaba raro. Pero
sigue siendo flecha verde (pág. 100-101).
En cambio, la madre de la
novia, de Davidelfín, no estuvo nada acertada. Lució un vestido corto en rojo
con escote barco y chal a tono que se anudaba ¡en la cadera! Y unos zapatones
del mismo color con una inmensa plataforma. El color era favorecedor pero el
conjunto era terrorífico (pág. 103) y la hacía más voluminosa de lo que es.
Que ella marca tendencia
no es una novedad. Nos referimos a Sarah Jessica Parker, que acudió al estreno
de un musical y dejó alucinado al personal con su chic innato: vestido de raso
color visón con amplio abrigo a tono y un bolso de mano en animal print de
pitón y ante rosa (pág. 104).Magnífica.
Hay vestidos preciosos que
son “imponibles” (o sea que sólo son aptos para tipazos). Es lo que le pasó a
Ivanka Trump en la cena de la Asociación de corresponsales de la Casa Blanca.
Ivanka optó por un vestido tipo fourreau de manga corta y largo formado por
piezas geométricas cosidas entre sí formando favorecedoras líneas. Las piezas
estaban cuajadas de strass y bordadas con hilo en plata. El vestido era
increíble ¿El problema? El escote en uve era excesivo y le aplastaba el pecho.
Lamentablemente, es flecha amarilla (pág. 120).
Y cerramos nuestro ¡Hola!
de esta semana con el reportaje de Judith Mascó y su hija. Muy a la moda, todo
el vestuario (mayoritariamente de Armani) que lucen madre e hija es en tonos
suaves: blanco, gris, blanco roto… Pero de tan suave que es todo, es aburrido.
No da ideas ni innova nada. Vamos, que te deja indiferente. Y por eso es flecha
amarilla (pág. 131-136).
0 comentarios:
Publicar un comentario