Después del alucine de ver a la Duquesa de Alba en portada con unas wayfarer azul turquesa perfectamente conjuntadas con su vestido y con su adorno capilar (esta Señora es increíble hasta en lo que a moda se refiere), y de cerrar la boca después de quedarnos boquiabiertas con la espectacular casa sevillana de Sebastián Castella, nos hemos centrado en los estilismos de las famosas que aparecen en nuestra revista de cabecera. Como siempre, allá va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:
Como decíamos, la casa de Sebastian Castella es una preciosidad. Pero los estilismos de Patricia, su mujer, no nos gustan. El pelo con raya en medio dejado caer sin ninguna gracia (nos extraña que sea obra de Lorena Morlote), el vestido kimono verde dos tallas más grande de la necesaria, y la camisolilla azul pastel combinada con pitillos blancos y unas sandalias negras que estarían más acertadas en un look más oscuro...Todo como desaliñado, una pena, porque Patricia es muy guapa y podría haberse sacado mucho más partido (pág. 11-19)
Ya van tres semanas consecutivas y parece que las familias inglesas de alto standing y rancio abolengo no nos escuchan. ¡Que Pippa Middelton está harta de ir a las bodas! ¿Es que no lo veis? Porque el vestidito de estampado floral imposible en grises, azules y amarillos, con volantitos en las mangas y en la cadera, y el tocado pillbox enano, que llevó en la última boda a la que asistió, era un llamamiento a gritos. "¡Que no me inviteis a más bodas porque ya no sé qué ponerme!" Terrible, la pobre (pág. 25-26)
Y, en cambio, Pippa se fue a la semana de la moda y dio en el clavo con su outfit: vestido de raso estampado imitando el dibujo de un encaje en negro, blanco y amarillo, con botines de cordones y un miniclutch en negro (pág. 28). ¡Si hasta iba peinada juvenil y perfectamente maquillada! Un diez para ella (y un once si deja de ir a bodas).
¡Cómo nos gusta Rosario Domecq! Por natural, por sencilla, por discreta y por estilosa. Porque demuestra que no hay que ser una chica bombón llena de curvas para estar guapa. Los dos estilismos que aparecen en la revista son para copiarlos. El primero: pitillos y bailarinas gris azulado, camisa blanca, gafas wayfarer, americana azul turquesa con ribetes tipo tweed y shopping bag de Vuitton (pág. 32). El segundo: Pitillos y bailarinas color crema, las mismas wayfarer, camiseta bicolor en camel y azul pavo y bandolera de Hermès (pág. 33). Espectacular.
Menos acertada, su amiga Laura Vecino: camisa granate con lazada al cuello, bailarinas animal print de leopardo, y mini-shorts de encaje negro. La verdad es que, por separado, todas sus prendas son tendencia, pero juntas chirrían un poco. No suspende, pero tampoco saca nota (pág. 33).
Como casi siempre, Rosario Nadal no defrauda ni en los eventos ni cuando la pillan por la calle dando un paseo, como en esta ocasión. Un estilismo para calcar: pitillos denim oscuros, pumps de animal print de leopardo, americana gris oversize de corte recto y bolso Hobo en negro (pág. 34). Recortamos la foto y nos la pegamos en la puerta del armario para que nos inspire, que lo sepais.
Ay, ay, ay...Que Isabel Sartorius no es una fiel seguidora e la moda, nos ha quedado siempre claro. Pero, chica, hay que modernizarse. Ese traje pantalón blanco de pantalón casi bombacho y americana corta con solapa estrecha es de, por lo menos, hace tres temporadas (pág. 36). Hay que retirarlo ya mismo. Un suspenso, lamentablemente.
Una lección de estilo la de Marina Danko. Si hace un par de semanas, cuando leímos un reportaje de ella y la vimos en portada, nos llamaron la atención sus joyas y pasamos de su vestuario, esta semana hay que hacerle la ola. En dos de sus salidas de los últimos días ha estado acertadísima. En la primera: siguiendo el color block clásico de Gucci con camisola naranja y pantalones rectos violeta, zandalias de rafia y foulard étnico (pág. 46). En la segunda: con pantalón recto amarillo limón, sandalias de esparto y cuña en negro y camiseta negra con estampado tropical en rojo naranja y amarillo (pág. 47). Domina las tendencias y lo sabe. Increíble.
Seguimos a Paula Echevarría. Porque es una trendsetter patria. Acudió a la presentación de un nuevo bolso de Tous con un minivestido bordado en flores de lana blancas y negras de Alfredo Villalba (pág. 50). El efecto óptico del vestido era el de estampado pata de gallo. Un it esta temporada como el cuadro príncipe de Gales. Precioso. Los zapatos de ante violeta de Ursula Mascaró eran bonitos, pero nos hubieran gustado más en rojo o en amarillo. Por eso, la flecha es amarilla.
La sorpresa de la semana es Fiona Ferrer, a la que le aplaudimos su buen gusto desde aquí. Se presentó en la fiesta de la joyería Rabat con un look juvenil y estiloso que además es fácil de copiar. Atentas: falda larga de estampado geométrico y colorista (creemos que de Missoni), top negro, cazadora corta y entallada en denim oscuro, sandalias doradas, pendientes de aro dorados y un espectacular clutch tipo sobre XXL de Yves Saint Laurent. Peinado natural y maquillaje natural. Estupenda (pág. 60).
También somos fans, ya lo hemos reconocido en otras ocasiones, del particular estilo de Brianda Fitz-James Stuart. Esta vez, vestida de niña bien, con un camisero de florecitas y pequeña blonda en color vainilla y con un fino cinturón de cuero. Trendy, sí señora. Acertaste de nuevo (pág. 60)
La que no acertó fue Cristina Tárrega. Con unos zapatones-sandalias azul turquesa que le acortaban la pierna (y eso que llevaba un ceñido LBD que siempre estiliza). Y un minibolsito plateado sobaquero que le hacía posar de forma extraña para las fotos. No estaba favorecida (pág. 60).
A veces, no estamos de acuerdo con las redactoras de ¡Hola!. Eso de que Inés Sastre estaba "espectacular" en el jurado de la elección de Miss Italia, no es cierto. El vestido era bonito: un asimétrico en negro con los laterales de encaje. Pero le hacía tripa y un tipo que recordaba un poco a míster potato. Como todas las mortales, Inés debería haberse puesto un body-faja para recolocar el asunto (pág. 99).
Hasta las reinas se equivocan. Feo y poco favorecedor el vestido que lució Rania de Jordania en los debates de la Iniciativa Global Clinton de NY. Como si fuera un cuadro de Mondrian, a retales en negro, verde hoja y camel. No le favorecía nada y no era de su estilo (pág. 106). Por mucho que conjuntara el cinturón. Suena raro, pero la tenemos que suspender.
Hummm...Y las princesas también se equivocan. Máxima de Holanda, que normalmente nos encanta, erró con su outfit para la apertura del Parlamento. Su vestido de gasa gris verdoso con escote drapeado, mangas camiseras y falda sirena, la hacía bajita y redondita (y no es ninguna de las dos cosas). La banda puesta por debajo del vestido quedaba extraña (se le asomaba un pompón de colorines que no se sabía de dónde venía y es que era parte de la banda) Y el sombrero era demasiado sport para el vestido (pág. 116-117). La tenemos que suspender con todo el dolor de nuestro corazón.
Arggggg... Sabíamos que Marta Luisa de Noruega tenía un puntito cursilón en sus estilismos, pero el de esta semana nos ha dejado anonadadas. Vestido malva en seda, de escote asimétrico con encaje, entallado hasta la cadera y con volantes y pliegues en degradé del malva al blanco. Un horror. Un verdadero horror. Y el peinado con la trenza pegada a la frente en diagonal, un despropósito (pág. 118). Aún no nos hemos recuperado del susto.
¡Nuestra Naty ha vuelto! La echábamos de menos. El reportaje de moda firmado por Naty Abascal, con Nieves Álvarez de protagonista, es un gustazo. De impresión el mono de lentejuelas doradas con lazada en negro de Zuhair Murad (pág. 125) y espectacular la combinación del vestido negro de gasa y la torera de pétalos de Gucci con el clutch fucsia de VBH (pág. 127). ¡Nuestra Naty hasta ha conseguido que no nos parezca tan horrible el estampado tipográfico negro y blanco de D&G (pág. 128). Nos rendimos al savoir faire de nuestra maestra.
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