El ¡Hola! de esta semana es un poco soso, la verdad. Tras la resaca de la boda de Mónaco (con un remember incluido en las primeras páginas de la revista), nos encontramos con la boda de Carolina Cerezuela y Carlos Moyá. Y en portada, Tita Thyssen y Enrique Ponce con Paloma Cuevas. Así, de entrada, el tema no promete mucho en cuanto a tendencias pero, bueno, siempre hay algo que comentar. Aquí va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:
El estilismo de la boda monegasca que hay que copiar (recortar la foto y guardarla como inspiración) es el de Carlota de Mónaco en la fiesta post-boda. El vestido escote corazón drapeado y con capa de Giambattista Valli (pág. 19). La revista nos ofrece una foto de pasarela del mismo vestido en rojo (que nos gusta aún más). Impresionante.
Y tras la boda, los nuevos esposos se fueron a Sudáfrica. Y Charlene escogió un vestido de croché, tendencia este verano, para una de sus apariciones. Largo, con cuello halter y falda sirena, completamente pegado al cuerpo. La verdad es que le sentaba bien, aunque, reconozcámoslo, ninguna de nosotras, mortales botijeras (bajas y redondas) nos lo podríamos poner…Pero nos gusta (pág. 22).
Eva González se fue a la playa con Cayetano. Y su outfit playero nos ha recordado a Sara Carbonero: shorts denim, camiseta de tirantes con dibujo, flip-flop negras y un borsalino de paja complementado con unas gafas wayfarer (pág. 28). Un acierto.
Buff…Otra vez la parejita Fonsi Nieto y Alba Carrillo en un reportaje excesivamente artificial. Esta vez nos enseñan cómo va el embarazo. La verdad es que todos los posados de estos dos nos resultan cansinos y poco naturales. En éste, él se viste de macarrilla con camisas denim desteñidas, camisetas coloristas con americana superpuesta, camisas que le quedan estrechas de brazo (por ejemplo la de la pág. 34) y una de las pulseritas de moda. Ella, como siempre, con faldas demasiado cortas, escotes palabra de honor que no le favorecen y repitiendo la misma postura de los bracitos protegiendo la tripita para que nos percatemos de su estado de buena esperanza (no hacía falta). Nos aburren, de verdad.
¿Pero qué le ha pasado a Mar Flores? Con el pelo tipo media melena, y una chaquetita de manga corta brilli-brilli sobre un vestido negro clasicón, la verdad es que se ha echado un montón de años encima y ha perdido la chispa (pág. 46-47). A ver si mejora…
Un aplauso y una ola para una embarazada vestida de persona normal y con estilo. Rosario Domecq, mujer de “El Juli”, demuestra que se puede estar perfecta con un sencillo vestido camisola en blanco, unas bailarinas de serpiente y un shopping bag de rayas. No hace falta ir embutida en lycra ni sacar tripa. Un diez (pág. 48)
Vale que las folclóricas son folclóricas hasta cuando van de boda, pero alguien debe decirle a Isabel Pantoja que se modere con los volantes y los rasos. El vestido azul turquesa que se puso para ir a la boda de unos amigos era un despropósito: con drapeados en falda, volantes en el bajo y en los tirantes, y cenefas bordadas en cualquier pico que salía (pág. 50). Un horror.
Núria González tiene un punto señorona que recuerda a Norma Duval. Pero es demasiado joven para ir tan clasicona. Las ideas son buenas (total look blanco con complementos en beige, y sandalias de cuña), pero hay detalles que sobran. Ponerse la chaquetita al cuello, con las mangas colgando sobre el pecho, como un niño pijo ochentero, ya no se lleva. No la suspendemos, pero debe espabilar (pág. 55)
Mira que nos cae bien Virginia Troconis, pero no podemos perdonarle que se vaya a la playa y se plante un sombrerito canotier (vamos un sombrerito de gondolero veneciano). ¡Chica, que esos sombreritos no le sientan bien a nadie! (pág. 56) Con lo mona que hubiera estado con una pamela de rafia o un borsalino… Ayyyyy
De nuevo tenemos que suspender a Elena Tablada (pág. 57). Esta chica no nos hace ni caso… Su estilo receñido con ciclistas, camiseta embutida y sobrecamiseta “Miami style” (corta pero tres tallas más grande) es un desastre. Sólo se salvaría en un gimnasio (y por los pelos).
La idea de la boda de Carlos Moyá y Carolina Cerezuela nos encanta: pocos invitados, al lado de la playa y con un estilo informal. No puede ser más romántica. Siendo sinceras, el vestido de novia no nos convence porque parece hecho de jirones de tela (aunque ella está guapa con cualquier cosa que se ponga). Y las pulseras tobilleras en un bebé tan pequeño tampoco nos entusiasman. Pero nos caen bien y nos dan envidia porque son la viva imagen de la felicidad, así que les ponemos flecha verde (pág. 60-69)
Desde que la vimos subiendo a un barco para pasar un día de playa, hace tiempo, con unos tacones de vértigo, siempre hemos pensado que Paloma Cuevas no es natural. Todo en ella está estudiado al milímetro. La verdad es que su imagen queda glamourosa, pero le falta sencillez. El posado playero con marido e hija, es de lo más estudiado (pág. 70-75). La pamela es preciosa y el bikini bicolor de encaje y croché es pura tendencia, pero todo es demasiado perfecto. Y nos da rabia ponerle la flecha verde, así que se queda con la amarilla.
Emma Watson es una trendsetter. Ya lo sabíamos. La niña de Harry Potter se ha convertido en una it girl y cada vez que posa nos deja alucinadas con su estilo. Ideal el vestido de encaje, corto y con volantes en falda y en mangas, con unos salones negros preciosos. Lástima que sigue empecinada en continuar con un corte de pelo a lo garçon que no le favorece nada (pág. 79).
Todavía no nos hemos recuperado del susto de ver el reportaje de Tita y sus hijas. Las niñas recolectando tomates y, al rato, las niñas tocando violonchelos más grandes que ellas. Y siempre con unos megalazos en la cabeza y unos tirabuzones que ni ricitos de oro. Pedazo de reportaje cursi donde los haya…Ayyyy (pág. 80-89)
Suerte que nuestra Naty Abascal apareció en la gala benéfica que se organizó en el castillo de Valentino, porque con la excusa de que el leitmotiv de la boda era un cuento de hadas, la gente se vistió con gasa a tutiplén y la cosa daba miedo (véase Natalia Vodianova llena de tules rojos, o Tatiana Santodomingo, con un tocado con el que no veía nada de nada). Nuestra Naty se puso un vestido blanco con mangas de volantes y las dejó a todas KO. Nuestra musa es nuestra musa por algo…¡La adoramos! (pág. 90-91)
Kate Middelton se fue a Hollywood y dejó a las estrellas a la altura del betún. Con un diseño de Alexander McQueen en color lavanda, estilo helénico, de gasa y marcando cintura con un cinturón blanco de pedrería, sandalias y clutch a tono y melena al viento. Su estilo de fiesta es mucho mejor que el de diario. Si mejora el de diario y encuentra su sitio, será habitual comentar sus estilismos en este post semanal y se ganará muchas flechas verdes (pág. 95)
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