¡Qué viva el amor! La
portada del ¡Hola! de esta semana con Iker Casillas y Sara Carbonero nos ha
devuelto la fe en el romanticismo. ¡Qué bonito es estar enamorado! Dejando de
lado la portada, y también dejando de lado las ¡12 páginas! que nuestra revista
dedica a los estilismos de la Princesa Letizia (que no comentamos porque es
política de TheVicBridgeWorld no hacerlo porque la mayoría de las veces no nos
convencen…), se nota que al ¡Hola! de esta semana ha llegado el veranito. A los
habituales reportajes de bodas, fiestas y paseos urbanos, se unen los
reportajes de nuestros famosos de vacaciones en la playita. En fin, que aquí os
dejamos lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:
El estilo de Andrea
Casiraghi es personal y en ocasiones un poco grunge, pero siempre sorprendente
y no precisamente fácil de defender. En una cena solidaria, Andrea se vistió de
esmoquin (que dicho de paso le sienta estupendamente y lo lleva con clase). Lo
sorprendente de su look fue la pajarita (o lazo): en una de las vagas del lazo
llevaba incrustada ¡una calavera de strass sobre dos tibias cruzadas! No
sabemos si nos gusta o no, pero nos ha divertido el detalle pirata, así que le
ponemos una flecha verde (pág. 9).
La echábamos de menos. A
ella y a sus fantásticas clases magistrales de estilo. Paula Echevarría nos
vuelve a dejar impresionadas con su exquisito gusto. Su look de paseo lo
compone: una minifalda pañal en estampado floral en vivos colores (azul Klein,
turques, naranja…), un jersey de punto grueso con manga francesa y cuello caja
blanco, un collar turquesa, un bolso azul marino tipo sobre made in Vicky Martín Berrocal, unas gafas
wayfarer blancas, y unas sandalias bicolores en naranja y violeta. El conjunto
es impecable (pág. 14). ¿Lo mejor? Que las sandalias y la falda son de Zara y cualquiera
de nosotras se puede permitir comprárselas (y más ahora que llegan las rebajas)
Se lleva el bikini bandeau
(la parte de arriba recta como si llevaras una banda sobre el pecho) y se nota.
Dos de nuestras famosas más estilosas han sido fotografiadas en la playa con
bikinis de parte de arriba bandeau y braguita clásica a la cadera. Eugenia
Silva con bikini en negro (pág. 18) y Malena Costa con bikini en blanco (pág.
20). Las dos apuestan por clásicos que nunca pasan de moda.
Se ha casado Margherita Missoni. En
vez de elegir un vestido de su marca, se decantó por un Giambattista Valli,
asimétrico, original y cuajado de pétalos de flores (pág. 25). Hubiera sido
flecha verde de no ser por las sandalias planas plateadas que recordaban a las
cangrejeras de plástico que lucíamos de pequeñas en la playa. Una pena que, a
veces, intentar ser demasiado original te aboque a la excentricidad.
Uno de los post que publicaremos en breve va sobre el péplum (ése volante que se luce sobre faldas
entalladas). Un ejemplo de péplum perfecto aplicado a trajes de ceremonia fue
el vestido de novia de Andreína Rojas. Un diseño de escote corazón, cuerpo
drapeado y falda capeada con péplum que era una preciosidad. Un acierto también
el velo sencillo y el recogido sencillo. Una novia espléndida (pág. 32).
La suegra de Andreína,
Lilia López, pareja de Sebastián Palomo Linares, no acertó con su estilismo. A
determinadas edades un palabra de honor excesivo no sienta bien. Su vestido rojo de Hannibal Laguna no le
hacía justicia: con una enorme lazada
falsa en el pecho sobre el escote corazón, el pecho visualmente parecía bajo, y
el corte helénico con un ligero drapeado
no permitía ver el tipazo que tiene Lilia (pág. 33).
Que una mujer sea un icono
de estilo no es casualidad. Conlleva su trabajo, no os creáis. El estilo casual
de Sara Carbonero en la Eurocopa está perfectamente estudiado. Ella sigue su
línea (camisetas amplias y pitillos con botas o botines) y parece natural.
¡Pero la hemos pillado! Conjunta su camiseta naranja coral con un lápiz de
labio del mismo tono, exacto. Un diez para Sara (pág. 44-45). Y desde aquí
reivindicamos que se puede ser profesional y preocuparse por la moda (que es
nuestro caso, y ni somos bobas ni frívolas ni nos han regalado nada).
Esta chica nos parece un
despropósito estético, pero la verdad es que nos cae bien. Asela Becerril va a
su aire y pasa de las modas. Sale del hospital donde acaba de tener a su primer
hijo con un vestido de flores que no se pondría ni nuestra abuela, con unas
terroríficas sandalias negras, que tampoco se pondría nuestra abuela, y con la
pulserita de enferma de hospital aún en la muñeca (pág. 47). Vamos que pasa de
lo que el resto pensemos de su atuendo. Le pondríamos flecha verde por su
valentía, pero es que es una flecha roja taaaaan clara…
A ver, que sabemos que es
tendencia llevar una mini, un vestidito o unos shorts con botas o botines, pero
a nos parece hasta poco higiénico ir a la playa con botines o con botas. Como
Mar Flores (pág. 49). Ser elegante consiste en saber vestir adecuadamente en
cada ocasión y las botas no son para la playa igual que las chanclas no son
para las bodas. Fatal, Mar.
Isabel Preysler y sus
hijas vuelven a derrochar glamour en la graduación de Ana Boyer. Isabel con un
traje pantalón de americana corta y entallada con solapas en color blanco roto
y cuerpo blanco de escote en uve; Ana con un vestido corto sin mangas de gasa
en nude con cinturón dorado trenzado y pumps peep toe en nude; y Tamara con un
vestido corto sin mangas y escote en uve con cremallera frontal, mini cinturón
dorado y peep toe nude con tachuelas cónicas doradas (pág. 54-57). Perfectas,
como siempre.
Otra novia de esta semana
es Mercedes Bohórquez. Mercedes lució un originalísimo y arriesgado vesido de
Roberto Diz con escote barco y manga larga con hombreras bordadas con apliques
de estrellitas doradas, apliques que también llevaba a la altura de la cadera
(pág. 61-62). ¡Mercedes lucía los mismos zapatos que Tamara en la graduación de
su hermana! Unos peep toe nude con tachuelas cónicas doradas. La verdad es que
nos ha conquistado la originalidad de Mercedes y es flecha verde.
Imponente es como acudió
nuestra Naty Abascal a la boda de Mercedes Bohórquez. Con un vestido de Óscar
de la Renta con paillette en plata, de corte sencillo, cuello caja, sin mangas
y largo perfecto por la rodilla, no se podía estar más elegante. Combinó el
conjunto con un mini-cinturón gris claro, sandalias romanas plateadas, clutch
plateado grabado en animal print de pitón y grandes pendientes y pulseras
también en plata (pág. 62). Nuestra musa nunca nos defrauda.
Lo que no nos ha acabado
de convencer de la boda de Mercedes Bohórquez son los vestiditos de las damitas
de honor. De aire marroquí, parecían chilabas blancas ribeteadas en oro.
Además, llevaban babuchas. La verdad es que las niñas estaban muy monas y los
vestiditos eran preciosos, pero el clásico estilo marroquí chirriaba al lado
del estilo futurista del vestido con hombreras con tachuelas de estrellitas de
la novia. El conjunto novia+damitas estéticamente quedaba raruno, aunque no lo
suspendemos (pág. 60).
La madrina de la boda,
María Bultó, no estuvo tampoco acertada con un vestido azul tornasolado de Rosa
Clará, palabra de honor, entallado hasta la cadera y con cinco inmensos
volantes en la falda que recordaban a las faldas de una mesa camilla. Además,
el bolsito-clutch abanico en rojo y con tachuelas en plata, que era bonito, se
veía demasiado pequeño al lado de tanto volante (pág. 64). Una pena porque
María tiene un estupendo porte y podía haber lucido más.
La que nos ha dejado
patidifusas es Inés Domecq. Averiguaremos de dónde es su maravilloso y
elegantísimo vestido fourreau de cóctel en color gris topo cubierto desde los
hombros hasta la cadera con una elaborada filigrana de hilos de oro (pág. 66).
Y os lo diremos. También reconocemos que Inés combino el vestido con mucho
acierto: clutch de animal print cocodrilo en negro, salones negros con
plataforma y uno de los peinados tendencia de este verano: la trenza lateral
deshilachada. Un diez.
Combinar estampados es
difícil, pero algunas famosas lo hacen a la perfección. Como Miranda Kerr, con
unos minishorts florales en violeta y fucsia y una camisa floral en blanco y
fucsia (pág. 73). Difícil pero no imposible, ella lo demuestra.
En otra boda nos
encontramos con Terelu Campos, que nos da una buenísima idea para derrochar estilazo
cuando tu figura tiene curvas: un vestido asimétrico en color fuerte (en este
caso en azul Klein, con drapeado opuesto al lado donde se halla el tirante del
vestido. Largo y sin ceñir, no puede ser más favorecedor ni sentar mejor (pág.
95). Y un acierto los complementos en plata. Quizá fue un exceso el reloj de
plástico también azul, pero por lo demás es una flecha verde bien grande
acompañada por nuestro agradecimiento por darnos buenas ideas.
En cambio, sus compañeras
televisivas, Rosa Benito y Chayo Mohdano estuvieron desacertadísimas en otra boda a la que acudieron. Chayo con un
vestido pobretón de volantes y con un bolso-abanico de topos no apto para una
boda y Rosa con un conjunto de pantalones negros anchos y un cuerpo de lunares
blancos sobre fondo negro con volantes en escote y mangas y lazada a la cintura
que le ponía muchos quilos encima que no tiene (pág. 96). ¡Ah! Y ambas posando
con gafas de sol. A las bodas no se va con gafas de sol, es una metida de pata
protocolaria.
Mención aparte merece
Jessica Bueno, cuyo vestido de escote asimétrico con manga corta y corte
imperio era adecuado y favorecedor para una embarazada, pero cuyo tocado, a
pesar de no ser feo, le sentaba francamente mal porque estaba pésimamente
colocado y no le permitía ver (y creemos que tampoco le permitió comer en el
convite). A pesar de todo, y visto que las invitadas no tuvieron su mejor día
estilísticamente hablando, fue una de las mejores y por eso es flecha amarilla
(pág. 97).
El reportaje de moda
dedicado a Cavalli es como él. Excesivo, barroco, fuerte, salvaje y ostentoso.
Nos encantan los minivestidos en seda plisada con estampado de flores y
recubiertos de paillette en cascada (pág. 107). Excesivos y lujosos. Puro
Cavalli. ¡Quién pudiera vestirlos!
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