El ¡Hola! de esta semana
no es de los que más nos gustan. Para empezar, no trae uno de esos reportajes
de inicio en los que una mujer de bandera nos muestra su casoplón idealmente
vestida. En su lugar, nos encontramos con un publirreportaje de Pronovias protagonizado
por la novia de George Clooney, Stacy Keibler. Salvo que te vayas a casar en
breve y que aún no tengas vestido, el reportaje no tiene mucho interés
estilístico. En el interior, pocas fotos de celebrities con estilos copiables y
poco contenido de moda, que es lo que más nos interesa. Eso sí, en cuanto al
contenido “rosa”, la revista va cargadita con dos bombas informativas: el
embarazo de Jessica Bueno y las fotos de
Telma Ortiz con su pareja. En fin, que allá va lo que hay que copiar y lo que no,
en cuanto a outfits, del ¡Hola! de esta semana:
El reportaje de Stacy Keibler para Pronovias, como ya hemos dicho antes, es bonito pero sólo nos
sirve para ver que ya no se lleva vestirse de princesa con gigantescas faldas
de tul el día de tu boda. Todos los vestidos que muestra el reportaje son
“fourreaux”, dejados caer, y con cortes limpios, con estratégicos y
favorecedores drapeados y con detalles de strass en plata en hombros, cintura
y/o escote. El vestido más destacable: el modelo asimétrico de gasa con
pedrería en el tirante y cinturón, también de pedrería, a juego, con leves
drapeados en cuerpo y falda (pág. 10).
Últimamente, Carlota
Casiraghi nos estaba entristeciendo con esos outfits grunges y cutres que lucía
al lado de su nuevo novio. Por suerte, ha vuelto a sus orígenes y nos ha
deleitado con un total look de Gucci en un concurso hípico en Francia:
pantalones de montar blancos, cuerpo blanco de cuello alto, blazer, guantes de
cuero y botas de montar negras (pág. 14). Ha resurgido su chic y estamos muy
contentas.
Es un hecho: hemos caído
rendidas ante el estilo de Lourdes Montes y se ha convertido en una de nuestras
favoritas. Adapta las tendencias a su estilo, sabe lo que le favorece, compra
en tiendas low-cost y no tiene necesidad
de llamar la atención (y por eso la llama). Desde un balcón Lourdes siguió la
semana santa sevillana con una sencilla camisola blanca y un blazer naranja
flúor, con un colgante de una pequeña cruz plateada con piedras naranjas
colgada de un sencillo cordón de cuero marrón (pág. 30). Sencillo, sobrio y
efectista. Lo dicho, que somos fans suyas.
Los extremos no son
buenos. Tan malo es comprarte ropa una talla más grande que la que necesitas y
parecer un fantasma como comprarte una más pequeña y parecer un chorizo parrillero.
Un ejemplo claro de esta teoría es Hiba Abouk, ex novia de Hugo Silva, y su
chaqueta tejana (pág. 34). Esa chaqueta es imposible que le abroche porque hay
un palmo de separación entre los ojales y los botones, y se nota, aunque
intente disimularlo poniéndose un foulard. Además, dudamos de que pueda mover
los brazos porque los tiene completamente embutidos en las mangas. La chaqueta
enana la hace mucho más voluminosa de lo que es. Debería retirarla…
¿Por qué Ana María Abascal
no se deja asesorar por su hermana Naty a la hora de vestir? Nuestra Naty
seguro que no hubiera consentido que Ana María saliera de casa para asistir al
aniversario del hotel Villa Padierna con una chaqueta gigante de punto con
estampado après ski más propia de la abuela de Heidi que de una señora
estilosa. Y posiblemente tampoco hubiera dejado que Ana María asistiera a ese
evento con unos anchos pantalones que parecían más de chándal que de vestir
(pág. 48). Hay que escuchar más a las hermanas, que nos quieren y nos dicen
siempre la verdad sobre lo que nos sienta bien y lo que no.
No importa que seas una
supermodelo y que pienses que todo te sienta bien. No tienes razón. Hay cosas
que no le sientan bien a nadie. Por
ejemplo, el vestido-camiseta-camisón de satén color marfil y punto calado que
lució Irina Shayk para salir a cenar con Ronaldo: abullonado en el bajo, con
mangas amplias hasta el codo, demasiado grande, con un escote caja demasiado
amplio…La pobre intentó arreglar el vestido-saco colocándose un cinturón y fue
peor. Lo único que se salvó de semejante outfit fue el bolso Birkin.
Suspendida.
No es la primera vez que
aparece en nuestros comentarios. Teresa Riott, novia de Guillermo Furiase
Junior, en cuestiones de estilo, oye campanas pero no sabe dónde. La idea de
lucir unos jeans pitillo azul marino con una camiseta básica blanca, una camisa
denim en azul clarito, un perfecto de cuero negro y unos botines camperos rojos
era muy buena. Problemas del outfit: meter la camiseta por dentro del pantalón
es demasiado ochentero y queda hortera, y combinar este estilismo un poco
rockero con un maxi bolso estampado de ositos gigantes de Tous chirría una
barbaridad (pág. 50). Además, ir por ahí luciendo monogramas gigantes (como el
oso de Tous o como la LV de Vuitton) ya no se lleva por demasiado ostentoso. A
pesar de sus buenas ideas no la podemos aprobar.
Las veces que la vemos en
eventos diversos, nos maravillamos de su fabuloso aspecto y reconocemos que su
estilo, aunque excesivamente clásico y a veces un poco carca, le sienta como un
guante. Hablamos de Laura Valenzuela. Pero hasta las señoras más elegantes
tienen días malos. En la entrega de premios Primera Plana, Laura lució una
complejo blazer de tejido adamascado en gris oscuro, con media solapa blanca y
un cierre-broche de hojas doradas excesivamente grande y colocado justo debajo
del pecho. La chaqueta era antigua, fea, y encima no le sentaba bien (pág. 59).
Una pena.
Le damos la enhorabuena a
Jessica Bueno por su nuevo embarazo, pero lamentándolo mucho, estilísticamente
la tenemos que suspender. Entendemos que no hace falta vestirse de pontifical
para ir a una clínica, pero con una simple camiseta blanca y unos jeans hubiera
estado mucho mejor que con ése vestido tie dye del blanco al azul corto y con
volantes combinado con medias finas azul marino, una chaqueta denim
estrechísima, y unos botines cortos con pinta de ser muy viejecillos (pág. 68).
La pobre estaba hecha un cisco. A ver si con la alegría de la nueva maternidad
se nos apunta a la moda de los colores sorbete que posiblemente le sienten
mejor.
Arggggggggggg… Que te
vayas con los niños a un parque temático no es excusa para ponerte un chándal
si no vas a hacer deporte. Lo más triste es que creemos que Jennifer López se
siente glamourosa con un chándal blanco níveo (con capucha y todo) que lleva
impreso en una de las perneras el símbolo de la paz y la palabra “peace”
(pág.73). ¿Pero qué estilo es ése? Entre rapero, choni y poligonero. Vamos, un
horror. Un muy deficiente en estilo para J-Lo esta semana.
Sabemos que las grandes
marcas de haute couture le adaptan sus creaciones y se las hacen a medida. Y
que nunca va vestida de mercadillo. Pero hay que reconocer que tiene una clase
enorme y que adaptar la moda a los imperativos de una creencia religiosa, como
hace ella, no es fácil. La Jequesa de Qatar nos ha dejado patidifusas con su
impecable vestido tricolor (verde, negro y blanco) a franjas verticales, largo
hasta los pies, de manga larga y discreto escote caja combinado con un
minicinturón negro y salones negros de charol (pág.85). Impresionante. Y ¿qué
decir de cómo luce los turbantes? Nos encanta.
Ayyyyyyyyyyyy…¡Qué dolor!
Es imposible encontrar un estilismo más horroroso que el que lució la Princesa
Ana de Inglaterra en la misa del domingo de pascua: falda plisada azul marino a
media pierna, salones azul marino de tacón gordo y bajo y un terrorífico abrigo
blanco con medias solapas azul marino estampado de cuadros y con bolsillos de
solapa azul marino. Talmente un mantel de camping reconvertido en abrigo (pág.
88). Un despropósito.
Suerte que en la misma
misa del domingo de pascua Eugenia de York y Sophie Rhys-Jones levantaron el
pabellón familiar con su elegancia. Eugenia eligió un vestido negro por encima
de la rodilla combinado con abrigo blanco de líneas minimal con cierre de un
único botón y tocado negro con plumas en blanco y negro (pág. 88); y Sophie
impresionó con un vestido-abrigo color madreselva con cierre lateral (tipo
perfecto) y sombrero de rafia de ala ancha con plumas a tono (pág.89).
Determinadas mujeres tienen
una genética envidiable. Es el caso de Norma Duval, que tiene un tipazo lleno
de curvas que muchas jovencitas (y no tan jovencitas) pagarían por tener. Con
esa materia prima, no es de extrañar que los trajes de flamenca que luce en el
reportaje (pág. 96-99) le sienten como un guante, aunque también hay que decir
que Norma es lista y ha elegido trajes de flamenca lisos, sin floripondios, lo
cual estiliza aún más su figura. Y encima, los trajes, de Amparo Macia, son
preciosos.
A veces hay reportajes que
son un poco absurdos. Como el de Jaydy Michel. Se supone que “pasamos un día
con ella en NY”. La pregunta es ¿Jaydy va vestida de fiesta desde por la mañana
hasta por la noche? Porque es raro, raro que Jaydy empiece su mañana con un
vestido de fiesta corto y plateado con escote halter tipo joya y bolero de
plumas negras… (pág. 102) Como nos cuenten que va así vestida a hacer la
compra, nos da un ataque de risa.
¿Cómo seguir la tendencia
de los colores pastel esta primavera? Pues copiando el outfit de Laura Vecino
para salir a pasear en vacaciones: pitillos blancos, camiseta XXL con mensaje
escrito en grises y rosa pastel, blazer XXL en rosa pastel y zapatillas de
cordones rojo guinda (pág. 107). ¿Lo mejor del estilismo? Un shopping bag de
tela gris claro con asas naranja flúor. De los pocos estilismos chapeau que
hemos visto esta semana. Un diez para Laura.
La semana pasada nuestra
Naty lució un precioso vestido patchwork (que ya comentamos) en la fiesta de
cumpleaños de Botero. Esta semana, el vestido se muestra en pleno esplendor en
la piel de Teresa Bacca en el reportaje de moda que coordina nuestra Naty. Es
de Óscar de la Renta, no lo habíamos dudado. Y es precioso, como todo el
reportaje. Los outfits son mezclas perfectas de tejidos diferentes con diferentes
estampados exóticos en vivos colores con un aire étnico y un puntazo chic que
nos ha fascinado. Nuestro outfit favorito: el de la primera foto que combina un
vestido de leopardo y estampados geométricos separados por fajín cosido en
morado con una torera naranja con acabado de plumas en las mangas y sandalias
romanas en morado con gruesa cadena dorada al tobillo, todo de Giambattista
Valli, con un precioso bolso morado de Lancel (pág. 108).
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