1 de marzo de 2011

POST ESPECIAL: LOS VESTIDOS DE LOS OSCAR 2011

La noche de los Oscar se supone que es una de las noches más glamourosas del año. Las actrices compiten por ver quién es la más elegante y la mejor vestida, calzada y enjoyada. O eso era hasta ahora… La edición de 2011 de los Oscar ha sido muy flojita en cuanto a estilo y a tendencias. No sabemos si esto se debe a la crisis o a que muchas de las estrellas habituales este año no han aparecido por la alfombra roja.

¡Es que ni nuestra Pe brilló como antaño! Un desastre. Pocos vestidos llamativos, pocos recogidos espectaculares y demasiada sobriedad. Un disgusto para aquellas a las que nos gusta copiar estilismos, porque la verdad es que había poco que copiar.

Como aún no han llegado las revistas a los kioscos, hemos entrado en nuestra web de cabecera, www.hola.com, y hemos revisado una por una a las estrellas que desfilaron por el Kodak Theatre. Aquí os dejo nuestras opiniones y ¡esperamos las vuestras!

Las mejor vestidas

Gwyneth Paltrow, para nosotros, de las mejores. Con un Calvin Klein plateado, tipo túnica sin mangas, con corte lateral en la pierna y un broche en la cintura, zapatos de Brian Atwood, joyas de Louis Vuitton y melena lisa y perfecta.

Anne Hataway, con un Valentino palabra de honor rojo al que quizá le sobraban algunos pompones en el recogido de la falda. No obstante, era elegante, a pesar de los zapatos negros de punta afilada con un detalle cuadrado de strass, francamente feos. El peinado, correcto, aunque estaría más guapa sin las mechas tan claras. Mucho más favorecida estaba con otros dos de los seis Valentinos que lució en la gala: el esmoquin y el vestido plata de flecos tipo cabaret.

Camila Alves, de las pocas que sabían dónde iban y que sabían que tenían que ir espectaculares. Vestido negro de Kaufman Franco con un escote en uve muy pronunciado y falda acampanada con mucho volumen y forro interior de tul que asomaba. Pendientes de brillantes de Lorraine Schwartz y zapatos de Stuart Weitzman y recogido con raya en medio. Perfecta.

Hailee Steinfeld, muchas adultas deberían aprender del estilazo de esta niña de 15 años que con su vestido princesa de Marchesa, de falda por debajo de la rodilla y color rosa palo, peep toes, joyas de Fred Leighton y clutch de Salvatore Ferragamo, dejó a más de una a la altura del betún.

Halle Berry, otra de las atinadas. Vestido compuesto de un fourreau bordado en strass y con acabado en diagonal y falda de volantes de organza, todo en color maquillaje y de Marchesa. Los pendientes, espectaculares, eran de Neil Lane.

Cate Blanchett, con diseño malva y amarillo, de Givenchy Haute Couture, y con joyas de Van Cleef & Arpels. El vestido sigue las tendencias de esta primavera con las formas orgánicas (los bordados en los hombros tenían forma de corales o de burbujas y recordaban a formas marinas). El vestido era estructuralmente un poco raro y sólo apto para mujeres muy, muy delgadas y muy elegantes, como ella. Lo llevó con dignidad, aunque era difícil.

Hillary Swank, vestido gris perla palabra de honor (o strapless) y plumas en degradé, de Gucci Premiere Alta Costura y un prendedor de pelo a juego con un moño clásico. Un diez.

Sandra Bullock, vestida de rojo, de Vera Wang, con escote pronunciado y cola. Un moño sencillo y ya está. Menos es más. Estupenda.

Las más correctas

Celine Dion, vestida de Armani Privé color blanco roto y  con un colgante de diamantes y esmeraldas de Bvlgari. El bronceado ayudó a que estuviera especialmente favorecida. Sobria, sencilla, y elegante. Ya podrían aprender muchas.

Anette Bening, con un vestido-joya en diferentes tonos de gris diseñado por Naeem Khan, estaba, como siempre, elegante, aunque no le sentara especialmente bien porque le hacía tripilla y no tiene. Los pendientes de esmeraldas no fueron la elección más acertada. Hubiera estado mejor con brillantes.

Natalie Portman. Perfecta embarazada. Sin embutirse en apreturas cual choricillo, elegante y sobria. La única pega: el color de su vestido de Rodarte. Ese color entre morado y berenjena no acabó de convencer y está un poco out.

Jennifer Hudson, con un vestido naranja flúor de Versace con pronunciado escote, falda acampanada y recogido lateral. Bastante acertada, tal y como estaba la noche.

Reese Witherspoon, elegante aunque demasiado sobria con un strapless negro con vuelta en blanco. Muy Armani. Recordó un poco al vestido de Silvia Abascal en los Goya, pero invirtiendo los colores y con la alegría de un Caprile (para que luego digan de los modistos españoles…)

Las que lo intentaron

Penélope Cruz, con traje color guinda de L’Wren Scott, con pedrería y escote en V. Demasiado escote para tanta voluptuosidad. No ayudaba a estilizarla, aunque hay que quitarse el sombrero antes su estupenda recuperación tras el parto. Cuando lleva el pelo recogido está mucho más elegante que con la melena al viento.

Amy Adams, vestido azul marino cuajado de lentejuelas también de L’Wren Scott. Muy sobrio y elegante. Pero le sobraban las joyas de diamantes y esmeraldas de Cartier, será antiguo, pero el azul y el verde juntos, como que no nos convencen.

Jennifer Lawrence, con un vestido rojo de Calvin Klein que se asemejaba al bañador de Pamela Anderson de los Vigilantes de la playa (de cintura para arriba, aunque con menos pecho, of course). Demasiado sobrio. Parecía una funda, y mira que ella está favorecida con casi todo.

Melissa Leo. La idea del vestido-abrigo de encaje de guipur color crema sobre forreau de lentejuelas doradas era buena, aunque no acabó de convencer el conjunto por la manguita corta que le quedaba ancha.

Mila Kunis, con un vestido color lavanda de Elie Saab con encajes y lazadas, no convenció. El vestido le hacía el talle corto y una considerable cadera (que no tiene).

Sharon Stone, negro, asimétrico, con plumas en el tirante y un nudo para intentar hacer evasé el final de la falda y con un recogido cardado algo excesivo.

Las  que no lo consiguieron

Livia Giuggioli, mujer de Colin Firth, que un día decidió que todos sus vestidos tenían que ser respetuosos con el medio ambiente, cosa que nos parece estupenda. Pero también decidió, que de entre esos vestidos sostenibles, iba a escoger los más feos. El tul trasero de su vestido era una oda a los merengues.

Helena Bonham Carter ya nos tiene acostumbradas a sus excentricidades y casi que esta vez la hemos encontrado...¡discreta! si no fuera porque llevaba una bandera inglesa atada con un lacito rojo a la pierna y porque el vestido era de la Familia Monster...

Nicole Kidman, con un terrible vestido de Christian Dior Alta Costura que era todo arquitectura futurista con pedrería...¿Qué eran esos trozos de tela que se le juntaban en la cadera y le llegaban hasta los pies? Y con unos tacones ¡naranjas! inmensos que la hacían la más alta del lugar.

Marisa Tomei, terrible en azulón, con escote corazón con tirantes anchos, ballenas encorsetándola y falda con vuelos de tul. Un desastre nada favorecedor que le hacían un tipo botijero. Y los pendientes de soles de Van Cleef ans Arples, un horror combinados con semejante vestido.

Scarlett Johansson, de nuevo el color berenjena, en encaje con la espalda al aire. Iba sin peinar y con la ropa interior transparentando y con un anillo que parecía de caramelo. Muy  poco acertado.

2 comentarios:

  1. Hola Vics! me ha encantado el post, solo puntualizaria que de nuestra Pe': como madre entiendo el orgullo de querer salir espectacular cuando empiezas a entrar en cintura, pero el escote no era adecuado y el corte del vestido tampoco le favorecia como en otras ocasiones. Y su flamante marido, auque creo que iba de Gucci, le iba ajustadito, no? seran los kilos de mas de ser padre...

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  2. Completamente de acuerdo en todo lo que escribes, Mire. Debe ser que la maternidad/paternidad engorda. ¡Será porque están orgullosos de su bebé! Me alegro de que te haya gustado.

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