27 de marzo de 2011

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 30 DE MARZO

Después de la impresión de la portada, con Mª José Campanario con un bolso fucsia de Lancel, made in Paris, en un reportaje con estilismo de nuestra admirada Naty Abascal, no veíamos el momento de hacer un análisis pormenorizado del mismo y del resto de tendencias que hay que copiar y las que no del ¡Hola! de esta semana. Allá vamos:
A determinadas edades, lamentablemente, hay cosas que no se pueden hacer. Que un señor setentón se ponga una cazadora roja de cuero, en plan motero, e intente poner una mirada sensual, no es de recibo, salvo que el señor setentón lo haga para reírse de sí mismo. El pobre Larry King (pág. 10) hasta cree que está atractivo en semejante pose. Una lástima.
Un estilazo el de Beatrice Borromeo en el Baile de la Rosa (pág. 19). Vestido asimétrico en estampado cebra de paillette negro y plata, clutch negro, pelo recogido y una espectacular gargantilla con forma de pantera. No se puede estar más estupenda.
No acaba de convencer la tendencia del croché  en vestido largo para la noche, por mucho que se lleve. Y eso que a Tatiana Santodomingo (pág. 18) es un estilo que le pega porque no va nunca muy peripuesta. Aún así, ni su vestido ni el de su amiga, cuyo nombre desconocemos pero que está tras ella en la foto, no acaban de cuajar. Y a la amiga le sobran el cinturón, el collar y las sandalias.
Si te pones una prenda de croché, el estilo de tus complementos debe ser sobrio, y nada de dorados por doquier. Como Charlene Wittstock (pág. 24): Total look color piedra (entre gris y beige), chaquetita armada de croché y zapatos chocolate. Rematado con un sencillo collar de perlas. Simple y efectivo.
Hummm…Eva Longoria se está mimetizando con su nuevo novio y se le está pegando el estilo grunge de su cuñada (nuestra Pe). Eva a medio peinar, con un bolsito que parece hecho por la abuela y unos pendientes indefinibles (pág. 26). Una pena, con lo acertada que está siempre, no queremos que intoxique con el estilo macarra de él. Porque la “macro-cadena-con-cruz” en oro macizo de él es una horterada mayúscula. Y los anillos del chico (sello y calavera incluidos) no tienen desperdicio… Aaaarggggg…
En cambio, Mónica Cruz, parece que ha querido dejar alto el pabellón familiar y se ha ido al aeropuerto apostando sobre seguro: jeans, camiseta negra, chaqueta motera de cuero negro, botas Ugg negras y bolso de viaje de Vuitton. Cómoda y a la última (pág. 28). Sólo le sobraba una cosa: el gorrito.
¡Paulina ha vuelto! Después de una temporada en la que sus estilismos eran, cuanto menos, raritos, nos ha devuelto la alegría con un vestido minifaldero de punto color toffee y trench a juego con botas marrón chocolate y  su melena rubia suelta. Juvenil, sexy y con estilo propio (pág. 43), como es ella. Nos alegramos.
Elena Tablada es diseñadora. Esperamos que el vestido que llevó en el bautizo de su hija (pág.45) no sea un diseño suyo. Una especie de túnica con pedrería, de mangas largas y abullonadas con cinturón de strass y un escote atado con un cordoncito. Poco favorecedor, la hacía mayor. Y encima remató el “modelito” con un peinado de valkiria, un recogido de dos trenzas a modo de diadema, como la mamá de Vicki el vikingo. Demodé, cursi y sin ningún tino.
Isabel Preysler de nuevo (pág.46). Esta mujer es una it woman andante. No nos cansamos de alabar su buen gusto. La chaqueta corta de visón gris y manga francesa es para hacerle la ola. O mucho nos equivocamos o es de Elena Benarroch…
Cuando no tiene estilista que la aconseje, Genoveva Casanova no se orienta. El vestido nude sin mangas y con falda evasée en nude, de Armani, no era para ella (pág. 46). Le  hacía los brazos gordos y le chafaba el pecho. Aunque la idea era buena, no le sentaba bien.
Kate Holmes (pág. 86) está siempre perfecta. De noche, con vestido gris perla con falda de vuelo y torerita de piel blanca de manga corta, o de tarde, con top negro, pantalón crudo, salones negros y abrigo camel. Para recortar las fotos y ponértelas pegaditas en el espejo del armario. Una inspiración.
Pues por mucho que diga la redactora, el estilo Zara Phillips no nos gusta. Todos los abrigos que esta chica se pone le quedan estrechos y nos tememos que un día le va a sacar un ojo a alguien con un botón (pág. 103). El abrigo beige con tiras de cuero no podría sentarle bien a casi nadie, pero a alguien con pecho, como ella, mucho peor.

Y  hemos dejado para el final el reportaje cuyo estilismo ha coordinado nuestra musa Naty Abascal. La verdad es que su mano siempre se nota. Mª José Campanario tiene comparte tipo con el 70% de las mortales: bajita y más bien redondita. Así pues, las ideas de Naty pueden venirnos bien a muchas. Por eso, uno por uno, desgranamos los siete looks de Mª José Campanario en el reportaje:
Mª José Campanario se pone años encima con el primer look del reportaje: falda blanca, blazer azul marino con cinturón color toffee, salones de plataforma y tira al talón y una camisa estampada (de Mango) poco juvenil. El bolso rosa de Lancel, aunque no nos hubiéramos atrevido a combinarlo jamás con el resto del conjunto, es un diez (pág. 67-69).
El segundo look, pantalón nude y el jersey croché verde hoja, uno de los colores que se llevan esta temporada, favorece mucho más (pág.71). La estiliza y la hace más femenina, aunque resulta un poco soso. 
El tercer look, vestido estampado en azules verdosos y negros, cárdigan camel y zapatos salón plataforma de tira rojos, chirría un poco. El vestido no acaba de convencer, aunque los zapatos son preciosos (pág. 73).
El cuarto look: falda negra, top verde hoja sin mangas y salones de tira negros es un prodigio de sencillez, muy sobrio y elegante (pág. 75). La estiliza y le da altura, aunque nosotros hubiéramos optado por una falda lápiz.   
El quinto: total look en blanco, con una blusa de Mango que todas nos podemos permitir, es también acertado y a ella le favorece (aunque la pose forzada de la foto, pág. 81, no acompaña).
El sexto look intenta  seguir la tendencia de las flores, pero los pantalones blancos con vuelta y las cuñas no favorecen a Mª José. Parece más bajita de lo que es. Igual alargando el pantalón y escondiendo un poco las cuñas hubiera dado la impresión de tener una silueta más alargada.
Y para finalizar, el séptimo y último look (pág. 84) es el que hay que copiar: trench y pantalones blancos, camiseta de rayas azules y blancas y bolso de color (en este caso el bolso rosa fucsia de Lancel que nos ha enamorado). Naty, como siempre, no nos has defraudado.

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