28 de junio de 2012

EL LOOK DE LA SEMANA: SORBETE TOTAL


Esta semana nos quedamos con un look de plena tendencia este verano 2012: el total look sorbete. La mezcla de diferentes colores, siempre pálidos y suaves es la clave de este estilismo que triunfa en la calle (y en las tiendas). Consiste en combinar:




El resultado es un estilo juvenil y sport, muy delicado y que es perfecto para los días de mucho calor.   

Como complementos:

  • Un bolso rosa
  • Unas bailarinas verde sorbete con puntera metálica
  • Un foulard de flores
Es un estilismo muy actual y fácil de combinar cuyas prendas son perfectamente utilizables por separado combinadas con otras prendas en blanco. Problemas:

  • ¿Que no te gusta el amarillo? Pues cambia tu camiseta amarillo sorbete por una color naranja sorbete de mandarina.
  • ¿Que quieres no te atreves con los shorts? Pues pónte unos pantalones pitillo en color sorbete. 
  • ¿Que no tienes ningún bolso rosa? Pues saca del armario el bolso color camel básico y añádelo a este estilismo.

¿Dónde encontrar estas prendas? Pues sobrecamiseta amarilla sorbete en Stradivarius, palabra de honor rosa sorbete en Zara, shorts verde sorbete en Primark o bailarinas en Blanco, por ejemplo. 


El bolso propuesto es un Dolce Bag, pero cualquier otro bolso de características similares (y más económico) también quedará precioso en este look.

25 de junio de 2012

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 27 DE JUNIO



Esta semana el ¡Hola! vuelve a ser de ésos que engañan: con la portada de Kate Middelton, parece que no vamos a encontrar más que comentar que los estilismos de la familia real inglesa. ¡Pero no! Hay un reportaje de una casa estupenda (la de la dueña de Chopard), un par de bodas, un concierto y algunos eventos en los que las famosas han lucido, o deslucido, palmito. Así pues, allá va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:


El reportaje de casoplón de esta semana es el Caroline Scheufele, a la que no conocíamos, pero sí conocíamos a la marca de la que es dueña: Chopard. La casa es preciosa, especialmente los techos, artesonados y algunos pintados a mano. Nos ha dado un montón de envidia semejante casa. Y también nos ha dado mucha envidia el vestido de Emilio Pucci de escote barco, manga larga y falda con pequeña cola, con el clásico estampado de Pucci en blanco, negro y fucsia (pág. 15).

Lo que no nos ha gustado del reportaje del casoplón, es el mayordomo de cera (pág. 8) colocado en la puerta del salón. ¡Qué grima! Tampoco nos ha gustado nada el pretendido estilo glamouroso de Caroline al volante de su coche. Cual diva de supermercado, Caroline se enfunda un plumífero blanco de mangas guateadas, una megabufanda roja a lo Isadora Duncan (ojito que la famosa bailarina Isadora murió ahogada cuando se le enredó el chal en las ruedas de su coche…) y para rematar… ¡una gorra de béisbol de Chopard! Terrorífica (pág. 15)

Vaaaale. Tenemos que admitir que no teníamos confianza en ella, pero el tiempo nos ha demostrado que Laura Vecino tiene estilo. Su estilo de calle paseando cerca de su casa es un acierto: falda larga de gasa negra, camisa verde militar anudada a la cintura, sandalias de cuña nude y bolso sobre, de mano, de paja (uno de los descubrimientos cool del verano, esto del bolso de paja…). Vamos, que va impecable y es pura tendencia (pág. 19-20). Su otro estilismo de calle, para ir a trabajar, es más sencillito y más fácil de copiar: camisola azul violácea, pitillos blancos, bolso blanco con el revés en violeta y sandalias con tiras de plástico naranja flúor. Un acierto (pág. 21).

Cuando Carlota Casiraghi tiene un buen día (y confía en Gucci) su estilo nos deja apabulladas. No hay más que verla en una competición hípica celebrada en Cannes: pantalón de montar blanco, cinturón negro, camisa azul, americana (blazer) color coral con botones dorados, bolso de asa corta en verde esmeralda y borsalino de paja blanco con la clásica cita de Gucci en rojo y verde (pág. 24). Impresionante.

Amaia Salamanca es guapísima. Eso no tiene mérito. Lo que sí tiene mérito es que sabe elegir a la perfección los estilismos que elige para sus eventos nocturnos. En el festival de cine de Montecarlo dejó a todo el mundo boquiabierto con un palabra de honor de corte sirena en blanco y con aplicaciones de strass en negro y plata en degradée firmado por Óscar de la Renta y que combinó con un clutch de Chanel. ¿Lo mejor del look? Los pendientes XXL color verde esmeralda (pág, 26-27). Bravo por Amaia.

En cambio, cuando Amaia se viste de sport no acaba de encontrar el punto justo. Su total look negro con camiseta básica de tirantes, microfalda negra, botas de motera negras, cinturón XXL en marrón oscuro y megabolso negro de Vuitton le daba un aspecto macarrilla que no le favorece. Además, llevar un bolso de Vuitton y a la vez dejar que se te vean los tirantes del sujetador (aunque también fuera negro) es pelín horterilla (pág. 28)

La Princesa Máxima de Holanda no comparte el tipo escuálido de otras princesas europeas. Tiene curvas y sus formas son rotundas. Nos alegra ver que mujeres que no parecen insectos palo resultan elegantísimas hasta vestidas en colores claros. Para ejemplo, el look de boda de Máxima: blusa nude de amplias mangas cortadas y escote caja, falda tubo nude con plumas en vertical, guantes nude, tocado de flor nude en el pelo y clutch con grandes cristales en rosa, azul y fondo nude (pág. 32-34). Espléndida.

La familia Bono acudió al completo a una boda. Allí pudimos ver dos estilos muy diferentes: los de las dos hijas de José Bono. Ana Bono dejó a todos los asistentes alucinados con un vestido rojo coral asimétrico, tipo túnica y largo hasta los pies combinado con sandalias de tiras nude (pág. 40) de lo más favorecedor para una morena como ella.

En cambio, su hermana Amelia Bono, optó por un estilo complicado basado en el color block: cuerpo blanco de escote caja con mangas francesas en color azul turquesa, falda tubo por la rodilla en color azul eléctrico, sandalias blancas y azul bebé, cinturón oro y clucth oro (pág. 41). No nos disgusta, la verdad es que es moderno y está bien combinado, pero quizá no resulte muy elegante para una boda y hubiera quedado mejor reservarlo para un bautizo. Le ponemos flecha amarilla.

Desde que Carlota Casiraghi acudió a la boda de su tío, el Príncipe Alberto de Mónaco, ataviada con un vestido azul tiza de gasa de Lagerfeld que llevaba una larga capa a juego, que le llegaba hasta los pies y que se anudaba al cuello con un lazo, ha creado tendencia. Si hace unos días vimos a Tamara Falcó en una boda con un estilismo similar con capa de gasa pero en nude, esta semana la “copiona” es Carla Royo-Vilanova. Pero hay diferencias. Carla viste un vestido corto blanco de croché y sandalias doradas, y se planta encima una capa ¡con cuello!, de un tejido parecido a un crêpe de seda (mucho más gordo y basto que las capas de muselina de Carlota y de Tamara) y que le llega a la altura de la pantorrilla y no hasta los pies. El resultado es raruno e invernal, aunque reconocemos que fea no está y por eso es flecha amarilla (pág. 44).

Nuestra Tamara Falcó, al igual que Carla Royo-Vilanova, acudió a la fiesta de Moët Ice imperial. Eligió un vestido de gasa plisada de Dior en color coral con transparencias en el cuerpo que se disimulaban con un estratégico forro, con falda por la rodilla de ligero vuelo y un finísimo cinturón dorado (pág. 45). El vestido era precioso, pero los huesos de los hombros  se le marcaban demasiado porque está muy delgada y no le favorecía. Flecha amarilla aunque es casi verde.

No es la primera vez que opinamos que Ana Rosa Quintana, en cuanto sale del plató, pierde todo su sentido estético. Ana Rosa fue al concierto de Springsteen con un conjunto que pretendía ser juvenil y que acabó siendo una cursilada hortera: camiseta negra con dibujo de strass en plata oscura, en plan roquero, sandalias de cuña doradas que parecían zapatones y, lo peor, unas mallas de colorines, formando cuadros con dibujos abstractos que daban verdadero miedo y un bolsito de mano tipo abuelilla en amarillo mostaza (pág. 48). Lo peor es que, encima, sería todo de marca… Tristísimo.

De nuevo otro estilismo de Carla Royo-Vilanova que comentar. Esta vez Carla se fue de comida de celebración familiar con un vestido de flores en rosa con un fondo de rayas horizontales blancas, naranjas, verdes y amarillas de dos palmos de ancho, con un cinturón amarillo elástico de un palmo de ancho y con unas gafas XXL que le tapaban toda la cara. Según la redactora de la revista, su estilo es “juvenil y veraniego”. Nuestro veredicto es que su estilo en este caso es cursilón y sin gracia (pág. 49). Perdónanos, Carla, pero eres flecha roja.

Arggggggg… Las supermodelos creen que se pueden poner cualquier cosa y estar monas…¡mentira! Si no, no hay más que ver a Naomi Campbell en un cumpleaños en Ibiza. Naomi osó ponerse un vestido de tirantes requeteceñido, con un largo hasta media pierna, escote “balconnet” y estampado en rayas verticales naranjas y negras. Era un cruce entre los panatalones de Obelix y una tumbona de playa (pág. 53). Desastroso.

Hasta las estilistas con más criterio pueden equivocarse. Con lo que nos gusta Brisanda Fitz-James, nos ha decepcionado verla con un vestido gris de terciopelillo tornasolado de anchos tirantes y largo a media pantorrilla que no sabemos de dónde ha sacado pero que ni es bonito, ni favorece ni acentúa su tipo. Por suerte, los complementos de Brianda mejoraron un poco el look: bolso college en camel, zapatos calados de pulsera y gafas y pañuelo a la cabeza como una pin-up (pág. 55). Aprueba por los complementos, pero el vestido es para suspenderla.

Algunas famosas no se dan cuenta de que una parte fundamental de su imagen es el pelo. Un mal peinado puede destrozar un buen outfit. Por ejemplo, la melena corta de grandes bucles y cardada de Mar Flores es un peinado de señorona de la alta burguesía que te pone años encima (pág. 56). Con lo guapa que es esta chica y con el pelo, oye, que no atina…

Siguiendo con el tema del peinado, parece ser que el corte de pelo a lo garçon (corto como un chico) es lo más de lo más entre las actrices de Hollywood. Charlize Theron y Anne Hathaway son claros ejemplos. La verdad es que debe ser muy cómodo y muy fresquito, pero sólo les sienta bien a ellas, con óvalos de cara perfectos y cutis también perfectos (pág. 72). Total, que por poner de moda este corte de pelo tan difícil, les vamos a poner una flecha roja. Porque somos envidiosas…

Hay quien confunde el estilo sport con el estilo “salgo de casa como me da la gana”. Es el caso de Megan Fox, que se pinta como si fuera a un estreno para luego ponerse unas mallas capri, unas sandalias de plataforma y una terrible camiseta corta, descolorida, en rosa y azul bebé con un I love California (con corazoncito y todo). Este estilo “choni” no nos gusta nada (pág. 73).

Genial el reportaje de moda en el que posan como modelos Lourdes Montes, Rocío Peralta y Macarena Herrero. Es genial porque toda la moda que lucen es de… ¡Mango! O sea que si encuentras algo que te guste podrás comprarlo sin dejarte los ahorros del mes (pág. 78-82). El estilismo es de Laura Vecino, que propone colores sorbete, toques de colores flúor, estampados de flores liberty y tejidos vaporosos. Un acierto.

Otro vestido rojo asimétrico en una ceremonia nos indica que este va a ser uno de los hits de la temporada. Si hace unas líneas hablábamos del vestido de Ana Bono, ahora hablamos del de la Princesa Mary de Dinamarca. El vestido de Mary es un tono más frambuesa, más rígido y con una pequeña cola, pero igual de bonito (pág. 90). Flecha verde.

¡Mira que nos gustan los vestidos de novia de encaje! El de Camila Alves, de Dolce&Gabbana, era una preciosidad: escote barco y mangas largas de encaje con transparencia y líneas sencillas, casi como un fourreau. Lo dicho, precioso (pág. 93).

¿Qué le pasa a Inés Sastre? Últimamente se viste de abuelilla. Acudió a la fiesta de Ferragamo vestida de Ferragamo, es cierto, pero no hay quien nos discuta que podía haber elegido un vestido de Ferragamo un poquito más colorista y un poquito más atrevido y no ese vestido de escote en uve y largo a la rodilla, tipo vendaje en negro y gris. No le favorecía absolutamente nada (pág. 106).

El chic de Olivia Palermo es inigualable. Mezcla tendencias como nadie. Mira que la tendencia del estampado indio es difícil de seguir (no favorece nada) pues va y ella la aplica ¡en un collar! Mezcla un estilo de lo más preppy (pijo) consistente en bermudas azules, camiseta XXL roja de manga francesa, bailarinas rojas, bolso de paja con el susodicho collar de cuentas haciendo estampado apache y va y … ¡sale airosa de la mezcla! (pág. 113). Un modelo a seguir.

22 de junio de 2012

PROTOCOLO BÁSICO: ¿CÓMO VESTIR EN UN FUNERAL?



Por desgracia, no todas las ocasiones en las que tenemos que cuidar nuestro aspecto son alegres y divertidas. El protocolo se usa en todas las situaciones de la vida y algunas de ellas, como es el caso de un funeral, son especialmente delicadas. Ir inapropiadamente vestido a una cena o a una fiesta es una falta de respeto, pero la falta de respeto se agrava si vas inapropiadamente vestido a un funeral.

Vestir adecuadamente para acudir a un funeral no consiste en ponerse de luto riguroso o colocarse una mantilla negra como hacían nuestros abuelos. Ni tampoco en ponerse en primera fila a llorar como una plañidera y a proferir grititos de dolor. Pero sí que hay que cumplir una serie de normas de decoro y de saber estar que parecen muy tontas pero que marcan la diferencia entre ser educado y rayar en la grosería.

A ti te puede parecer estúpido, porque el dolor se lleva por dentro, pero para algunos es una falta de respeto y una ordinariez que acudas a un funeral con una camiseta de Silvestre y Piolín, unas bermudas vaqueras llenas de rotos por donde se te ve la ropa interior y unas chanclas. Como si fueras a la playa… ¿Verdad que no irías así a una entrevista de trabajo si pretendes que te den el puesto? Pues a un funeral tampoco se va así.

Aquí os dejamos  unas cuantas ideas de sentido común por si tenéis la mala suerte de tener que asistir a un funeral y dudáis sobre el atuendo que vestir:




§         No se va a un funeral a llamar la atención, ni a que te miren, así que nada de escotes de vértigo, minifaldas, minishorts, volantes enormes y brillos. Elige prendas de cortes rectos, prendas sobrias y sencillas y de tejidos lisos que pasen desapercibidas. Los clásicos de siempre, faldas por la rodilla, camisas blancas con manga corta o larga, pantalones rectos, son perfectos en estas ocasiones.




§         Los tacones de doce centímetros con plataforma tampoco son adecuados. Son demasiado llamativos y es difícil andar con ellos. Tacón medio o zapato plano es lo más correcto. Tampoco son adecuadas las joyas y los abalorios grandes y vistosos. Cuanto más discreto sea todo el conjunto, mejor.



§      Los funerales son ocasiones tristes. Salvo que te hayan indicado que debes vestir de colores alegres, lo mejor es evitar los colorines chillones, los floripondios, los cuadros escoceses y cualquier estampado excesivamente festivalero. Lo más adecuado es vestir de colores neutros y lisos (blanco, negro, gris, camel, marrón, granate, azul marino…) solos o combinados entre sí.



§         No lleves gorra, ni sombrero. Y si lo llevas, quítatelo nada más entrar al lugar donde se celebre el funeral. Llevar cubierta la cabeza es muy feo.



§         Los hombres no están obligados a ir de traje, a pesar de que es lo más adecuado en la mayoría de los casos. Si no te sientes cómodo con traje, elige unos pantalones chinos en color oscuro, una camisa blanca y un blazer o un jersey de color también oscuro. Nada de bermudas, ni chanclas, ni zapatillas de deporte con colorines, ni camisetas con mensaje.



§         Por favor, apaga el móvil. Es una ordinariez y una falta de respeto que te suene el móvil con la última canción de Madonna en un acto en el que es muy importante el silencio y el recogimiento. Y más irrespetuoso aún es que te pongas a hablar por el móvil en pleno funeral. Si apagas el móvil en el cine ¿no te parece aún más importante apagarlo en un funeral?




20 de junio de 2012

EL LOOK DE LA SEMANA: VESTIDO PAÑUELO


Esta semana proponemos un look muy fresquito y muy cómodo: un vestido pañuelo. Este verano triunfan las camisolas, faldas y vestidos de seda estampados de paisley o de flores, como sacados de patrones cortados de los clásicos pañuelos de toda la vida.  Nuestro look semanal consiste en combinar:


El resultado es un estilo perfecto para los fines de semana, favorecedor y sencillo, apto para todo el mundo y más o menos llevadero en función del tamaño y colorido del estampado del vestido. A nosotros nos gustan los estampados en fucsia, naranja y verde combinados con blanco. Como complementos:
  • Una trenza lateral
  • Un foulard blanco roto
  • Unos pendientes de cuentas de colores

Es un estilismo muy veraniego que, cambiando las bailarinas por unas sandalias de tacón, puede incluso servir para la noche. Problemas
  • ¿Que no te sienta bien el escote en uve? Pues que sepas que hay vestidos pañuelo con escote barco e incluso con escote caja.
  • ¿Que no encuentras un vestido pañuelo que te guste? Pues cambia el vestido por una camisa o camisola pañuelo y combínala con unos pitillos a tono.
  • ¿Que te dan rabia los bolsos de plexi (plástico transparente con o sin color) porque se ve todo lo que llevas dentro? Pues elige un bolso speedy de charol o de loneta y solucionado.

¿Dónde encontrar estas prendas? Pues vestido en Sfera, bailarinas en Blanco, y bolso de plexi en Furla, por ejemplo. 

17 de junio de 2012

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 20 DE JUNIO



Esta semana la portada del ¡Hola! es un clásico: la reunión de famosos en torno a la mesa del Príncipe de Gales en la noche de Porcelanosa. Es la excusa anual para ver a una de nuestras musas, Isabel Preylser, en pleno esplendor. Más allá del photoshop, nuestra musa sigue estando estupenda. Por lo demás, el típico primer reportaje de casoplón (en este caso el de Almudena de Arteaga), un bodorrio aristocrático y otro de cine (el de la Princesa Fabrizia Ruffo di Calabria y el de Drew Barrymore) y un puñadito de estilismos urbanos que comentar. Como siempre, allá va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:


El reportaje del casoplón (casa familiar) de Almudena de Arteaga nos ha dado un poco de alergia. Entre las dos figuras vestidas de época en la entrada (pág. 4) que dan un poco de yuyu, los tapices, las alfombras y el sofá de terciopelo (pág.6-7) pensamos que limpiar el polvo en esa casa es una tarea titánica… En fin, que después de este comentario marujil, sólo nos queda decir que el vestuario con el que posa Almudena se nutre de vestidos de cortes perfectos con estratégicos  drapeados y en colores lisos (rojo, negro y azul) firmados por Lorenzo Caprile, Armand Basi y Pedro del Hierro. Todos correctos y muy elegantes pero nada arriesgados. Además, Almudena y su hija comparten zapatos, aunque a la hija le quedan grandes (pág. 9 y 11). Por todo lo visto, que ni fu ni fa, una flecha amarilla para este reportaje.

Hacía mucho tiempo que no la veíamos. Rosario Domecq, una de las mujeres más estilosas de España  reapareció en público en la boda del hermano de su marido. El estilismo elegido para la boda era tendencia, pero poco formal para una boda: un cuerpecillo de tirantes con plisado frontal en blanco roto, una falda corta color tarongine, cinturón de abalorios en naranja, blanco y negro, sandalias de tiras y taconazo negras, un colgante en forma de mariposa y un mantón de manila blanco y negro (pág. 16-17). Si le quitamos las sandalias de tacón y el mantón de manila, el look habría servido igual para una tarde de compras. Una pena pero no puede ser flecha verde por mucho que nos encante esta chica.

Ella tiene estilo, pero es que además tiene un tipazo. Lourdes Montes se arriesga con un pantalón blanco, un body elástico en rosa pastel, sandalias años veinte en pitón dorado y bolso color vino. (pág. 189). Oye, ni un michelín, ni una sola curva fuera de su sitio. ¡Qué envidia!

Los hijos del Príncipe Carlos de Inglaterra, William y Harry, con Kate, se fueron de boda. Y allí coincidieron con el hermano de su madre, Charles Spencer. El conde Spencer acudió a la boda con su familia. Su mujer, embarazadísima, nos ha dejado estupefactas con un vestido de encaje lila demasiado ceñido a la tripa acompañado de una chaqueta de punto más corta que el  vestido (pág. 22). Otra embarazada que cree que puede perder el sentido del gusto y que cualquier atentado estético se le perdona por estar embarazada.

Sorprendente resulta que en la comunión del hijo de Estrella Morente y Javier Conde, Estrella estuviera mucho más acertada vistiendo que la mismísima Paloma Cuevas. Paloma se puso un vestido largo, de escote en uve, con estampado floral en rosa fucsia, morado y blanco que igual habría servido para un paseo por la playa (pág. 45). De todas formas, que Estrella se cambiara de vestido fue un acierto, pasó de un vestidito lencero sin gracia (pág. 44) a un vestido años cincuenta de lunares que le favorecía una barbaridad. Suspende Paloma.

De nuevo el street style de Sara Carbonero nos deja sin habla, aunque hemos de reconocer que los estilismos de esta chica son siempre similares: pitillos, botas de caña alta con tacón, camiseta XXL, y abrigo-chaqueta oversize (pág. 49). Todo, abrigo incluido, fácilmente copiable comprándolo en Zara.

Ana Rodríguez tiene un estilismo conservador al que intenta darle un punto juvenil sin conseguirlo. Los pantalones de cuadros negros con camiseta básica blanca y bailarinas que lució en el cumpleaños de uno de sus nietos conformaban un estilismo cursilón y poco favorecedor (pág. 50). Mucho mejor, aunque sin pasarse, estaba en una cena solidaria a la que acudió con sandalias planas naranjas y vestidito negro sin mangas con escote troquelado (pág.51). La vamos a suspender a ver si la incentivamos a mejorar.

Argggg… Hay famosas que en aras de destacar su personalidad, intentan impresionar con su originalidad. Y el resultado suele ser contrario al pretendido. Es el caso de Raquel Sánchez Silva, que acudió a la fiesta de Kenzo con un pantalón blanco y una chaqueta kimono en turquesa y amarillo flúor que conjunto con un cinturón de cuero marrón (pág. 52). Que el conjunto quedara bien era imposible, con personalidad y originalidad o sin ellas…

Cuando Adriana Abascal no tiene estilista que la aconseje, pasa lo que pasa. Que va por la calle intentando hacerse pasar por una jovencita (según dice la redactora, con un estilo efortless glamour, o lo que es lo mismo glamour sin esfuerzo). Pues no, chica, no. Que Adriana tiene que esforzarse. Que con una coleta despeluchada, con una camiseta cutrecilla en el lila (el color denostado esta temporada), con una sobrecamisa de cuadritos y con las uñas sin pintar (¿dónde ha quedado el esmalte azul pastel de hace unas semanas?) no está glamourosa. A nosotras no nos lo parece y por eso la suspendemos (pág. 54).

Otra que tampoco tiene glamour sin estilista es Patricia Olmedilla. Ella lo intenta (no hay más que ver sus fotos en el especial moda niños de ¡Hola! de hace una semanas) pero sin estilista, le pasa como a Adriana, que no lo consigue. Patricia acudió a su fiesta de cumpleaños solidaria con una camisola turquesa de manga corta asimétrica llena de capas y una minifalda elástica turquesa. Y un moño a lo Amy Winehouse que daba miedo (pág. 55). Desastrosa, pobre.

Normalmente, somos benevolentes con las novias. Es su día y no hay porqué hundirlas en la miseria sin necesidad. Pero con esta pobre novia no nos vamos a poder contener. La Princesa Fabrizia Ruffo di Calabria se casó en el Lago Como con un terrorífico vestido y un terrorífico peinado. No sabemos cómo decirlo más suavemente. Lo peor es que el vestido se lo hizo una “amiga” (¿no sería enemiga…?) Os describimos el vestidito en cuestión: manga corta abullonada con botoncitos forrados, flores bordadas en el cuerpo, cintura alta, fajín plisado y falda de vuelo con cola desmontable y sin bordar. Lo único espléndido era el velo. Porque el peinado de tirabuzones, el maquillaje ausente y las florecitas en el pelo eran cursis a morir (pág. 58-59). Cero modernidad en esta novia.

Por suerte para la novia, las invitadas se lucieron mucho más. Destacan Matilde Borromeo, con un vestido de Valentino de plumetti con cristales de Swarovski en gris ahumado sobre raso y con mangas y cuerpo en transparencia (pág. 61), Blanca Benjumea (la madrina) con un racial y fantástico vestido rojo de manga larga y escote bañera de Roberto Diz (pág. 62) y, la espectacular Tamara Falcó, con un vestido rosa bordado en flores de plata de Oscar de la Renta, con falda sirena de plumas y capa de muselina (pág. 65). Tres flechas verdes como tres soles (sobre todo, Tamara).

Si Sofía de Habsburgo quiere vender los bolsos que diseña, tiene que tener un poquito de criterio y hacer márketing. Lo que no se puede es acudir a esta boda con un bolsito de raso rosa chicle que era un híbrido entre una ostra y una limosnera (pág. 63). Y encima el rosa no pegaba ni con cola. Esperamos que el bolso no haya sido diseñado por ella, porque nos ha parecido tremendo (de feo).

Ayyyyyy… ¡Qué rabia nos da cuando mujeres que lo tienen todo a su favor para ir perfectas salen a la calle con pinta de estropajosas! Hablamos de Miley Cyrus, cuyo novio le regala un anillo  de compromiso que debe valer casi lo que vale mi casa, y va ella y lo combina con una camiseta cortísima y arrugada, unas horribles botas de chica mala y hortera y unos pelos decolorados y cortados de forma asimétrica. A ese anillo le va otro estilo, Miley…

Lo de que se lleve el nude es un problema cuando tienes la piel muy blanca. Que se lo digan a Catherine Zeta-Jones, que acudió a un estreno con un vestido de Zuahir Murad de fondo nude y con flores negras bordadas. Parecía que iba desnuda y que le corría una enredadera negra por el cuerpo (pág. 85). No estaba guapa, la verdad, daba grima.

Otra novia poco favorecida de esta semana es Drew Barrymore. No tanto por el vestido de Chanel, que no estaba mal, sino por el horroroso peinado que le hicieron a la pobre. Un moño despeluchado y alto que se asemeja al que nos hacemos la mayoría cuando nos vamos a lavar la cara y no queremos mojarnos el pelo. Sin peinar, pegado y extrañamente engominado (pág. 100), es francamente desacertado.


ESPECIAL NOCHE DE PORCELANOSA EN ESCOCIA

Esta fiesta da mucho que comentar, así que le hemos hecho un apartadito especial. Aquí os lo dejamos:

Que la Duquesa de Alba va a su bola en cuanto a moda se refiere es un hecho: sus bailarinas, su pompón en la cabeza y sus colorines son un clásico. Lo que no nos gusta es que últimamente, Victorio&Lucchino le diseñan siempre el mismo modelo de vestido: con volantes como flores, lazo en la cintura y de dos colores (pág. 26). El vestido de Cayetana en la cena de Porcelanosa se parecía demasiado a su vestido de novia y a los últimos dos vestidos que ha lucido de mano de los diseñadores sevillanos. Flecha roja porque, aunque no sea así, parece que le repiten a la pobre siempre el mismo patrón de vestido.

Increíble. Lo de nuestra Isabel Preysler es increíble. Es la mejor vestida, la más elegante y la más llamativa de todas las asistentes a la cena. Y nos importa un bledo que nos la critiquen por abusar del photoshop. Nos da igual. Hay algunas famosas que ni aunque el photoshop las cambiara por completo conseguirían refulgir como nuestra Isabel.  Con un impresionante vestido fourreau de Elie Saab de escote caja, manga japonesa y cuajado de pedrería y lentejuelas, en nude, con cinturón nude y oro y clutch oro de Jimmy Choo, no se podía estar más impresionante (pág. 30). Un diez y nuestra rendida admiración para Isabel.

El fallo del estilismo de la cena lo protagonizaron Genoveva Casanova y Tamara Falcó (pág. 29). Ambas lucieron diseños de Pronovias. Estaban favorecidas y los diseños eran bonitos, pero se parecían demasiado entre sí. Ambos vestidos eran de colores nude (el de Genoveva más tirando a blanco roto y el de Tamara más tirando a rosa palo), ambos eran asimétricos (el de Genoveva con hombra izquierdo al descubierto y el de Tamara con el hombro derecho, pág. 33) y ambos estaban bordados con pedrería y tenían faldas de gasa. Posiblemente el error no fue de ellas, sino de Pronovias, que debería haberse dado cuenta de la similitud de los dos vestidos. No suspenden porque los vestidos eran bonitos (mejor el de Genoveva que el de Tamara).

También espléndida estaba Ana Boyer Preysler. Mucho más llamativa que su hermana Tamara (que ya cansa con tanto vestido nude), Ana deslumbró con un vestido verde esmeralda de Zuahir Murad completamente bordado en lentejuelas (debía de pesar una barbaridad), sin mangas, con escote caja delantero y espectacular escote en uve invertida en la espalda y con falda con cola (pág. 33-34). Quizá el clutch negro de Swarovski resultaba un poco apagado al lado del vestido pero, aún así, Ana brilló con luz propia.

Después de Isabel y de Ana, la mejor, con diferencia fue María Colonques. Estamos acostumbrados a verla poco, pero cuando se deja ver nos deslumbra. Pocas mujeres se hubieran atrevido con el palabra de honor amarillo de Elie Saab que lució María (pág. 36). Con cuerpo bordado de lentejuelas y cristales hasta la cadera y con falda de vuelo de gasa, el vestido fue un acierto y ella estaba guapísima.

Astrid Klisans es la mujer que salió peor parada, estéticamente hablando, de entre todas las que aparecen en el reportaje. La pobre posa mal. No hay más que ver la foto en la que todos lucen perfectos e hieráticos y ella intenta darle volumen a la falda de su vestido de Andrew Gn sin conseguirlo (pág.38). Porque el vestido es más bien soso comparado con los demás y encima el color entre berenjena y lavanda no se lleva nada este año. Lo intentó también con las mechas de efecto ombré (más oscuras las puntas que la raíz), pero tampoco destacó. No suspende porque competir con pesos pesados es muy difícil…

Y, ¿cómo olvidarnos de los hombres del reportaje? Todos ellos (menos el príncipe Carlos) vestidos de esmoquin. Todos muy correctos, pero se ve quien sabe llevar una pajarita con gracia y quién no… Entre los que saben, Cayetano Rivera y Manuel Colonques. Entre los que no, Carlos Baute y Alfonso Díez. Las pajaritas de estos dos últimos hombres eran demasiado rígidas y demasiado grandes…