30 de octubre de 2011

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 2 DE NOVIEMBRE



Esta semana el ¡Hola! trae en portada a la Princesa Letizia. Como tenemos por política ignorar los estilismos de la Familia Real Española, pues nada que decir al respecto. Lo que nos ha dejado heladas es el reportaje sobre la “pseudo-boda” de Tamara Falcó Preysler. La idea es cursi a morir (Tamara nos cuenta cómo sería su boda y pasa de vestirse de novia a vestirse de invitada)  y  esconde un publirreportaje de la colección de Rosa Clará de esta temporada. En fin, que si lo que se pretendía era enseñar la colección de Rosa Clará, pues no hacía falta poner esa excusa tonta.. En páginas interiores, ningún reportaje destacable a excepción de la fiesta de Dior, que es uno de esos eventos que nos permiten analizar el estilismo de las celebrities y royals patrias y por eso le dedicamos un apunte especial. En fin, que allá va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:


Empezamos con el reportaje de la pseudo-boda de Tamara. La verdad es que los vestidos que propone Rosa Clará son elegantes y con clase.  Destacan: el vestido de novia color marfil, asimétrico, de corte helénico y cintura con strass (pág.9) y el vestido azul bebé strapless con falda imitando claveles que luce una “amiga” de Tamara (pág. 11), aunque lo del tocado y zapatos en rojo y el clutch amarillo es un intento fallido de color block que nopega ni con cola. Aunque estéticamente el reportaje es bonito, algunas ideas de Patricia Olmedilla (coordinadora del reportaje) son un desatino: los pobrecillos pajes con cinturones  de hiedra (pág. 9), o la pobrecilla camarera vestida de no sabemos exactamente qué con un ¿uniforme? estampado de pata de gallo blanco y negro, bonete en la cabeza y guantes blanco (parece más una azafata de líneas aéreas escandinavas que una camarera, pág. 14)…Un horror. En conjunto, flecha amarilla y casi, casi, suspende.

Que el/la estilista de Margarita Vargas es un crack, es un hecho. Ya nada queda de aquella chica con cara de bollo y pinta cursilona que se vestía como si fuera una muñequita antigua. No hay más que ver alguno de sus estilismos actuales (pág. 19): jeans pitillo en gris, camiseta básica blanca, chaleco morado, blazer negro, collares de cadena, maxi-gafas negras, bolso hobo negro y unos stilettos animal print pitón que para nosotras los quisiéramos. Un diez, Margarita.

Una chica que no necesita estilista es Paula Echevarría. Ella solita crea tendencia (o la sigue al dedillo si la ha creado otra). En el concierto de Christian Castro demostró que lo sencillo vende: un pantalón corto negro, camiseta negra cuello caja ribeteado de una finita tira de strass y chaqueta negra de punto de manga francesa. Un moño bailarina (pura moda) y ya. No se puede ser más cool (pág. 20-21).

En cambio, Carlota Casiraghi no nos acabó de convencer, también apostando al total look negro, en el homenaje a Karl Lagerfeld. Su vestido escote halter, con un nudo en el pecho, tirantes deshilachados y cuerpo de nido de abeja, parecía más bien un pareo. La salvó la trenza de espiga (pág. 22).

Paul David, el hijo de cristina Piaget es una verdadera monada. Posa mirando a cámara con esos ojazos azules y te lo quieres comer. Y su madre es un encanto, guapa, lista y simpática. Pero las estilistas del reportaje han tenido un fallo monumental. Sacar a los bebés en fotos sin ropa es peligroso, porque hay cosas, como ver al pobre niño con el culillo enrojecido en la foto de la pág 37, que no resultan bonitas por muy naturales que sean. No hacía falta. Ya había quedado precioso el reportaje con la foto de madre e hijo en la bañera.

Los peligros de ponerse capas y más capas de tela y de dejarse llevar en exceso por los plisados vaporosos son evidentes. No hay más que ver a Magdalena de Suecia, que en su última visita a Nueva York decidió ir de gala con una falda plisada nude larga hasta los pies, cuerpo bordado a tono y una chaquetilla corta de gasa con lazo y tres tallas más grande (pág. 45). Resultado: parecía tener el doble de quilos de los que tiene y se asemejaba a una mesa camilla.

Nada que ver con Mary de Dinamarca, que brilló con un vestido en lamé plata, tipo fourreau, de manga larga y un extraño y escote en diagonal con un simulado lazo lateral (pág. 47). Le favorecía y era fácil de llevar (no como los pliegues de Magdalena), así que se gana la flecha verde.

Ayyyy…Ya la echábamos de menos… Nuestra Naty Abascal se reunió a comer con la Duquesa de Alba y, como siempre, nos dejó anonadadas con su savoir faire. Vestido de tirantes anchos y escote cuadrado (poca gente es capaz de llevar ese escote, es uno de los peores enemigos de cualquier mujer: o te esconde el pecho o te aumenta tres tallas y se descoloca de su sitio), entallado, con falda lápiz hasta debajo de la rodilla, color azul pavo; complementado con un fino cinturón negro de charol y salones negros de charol a todo (pág. 49). Lo mejor: la maxi-gargantilla, una cadena corta de eslabones XXL que es el último grito en complementos. Flecha verde inmensa, como siempre.

Malena Costa ha roto con Puyol y hace lo que cualquiera en su situación. Ponerse monísima y divertirse. Su estilismo de noche es para copiarlo, por cómodo y por tendencia: esmoquin negro, cuerpo de encaje con escote corazón, pelo recogido en un moño bajo y pendientes de aro. Masculino y sexy. Nos encanta (pág. 54).

Queremos saber quién es el peluquero de Mónica Martín Luque para no ir a visistarlo jamás. Aún recordamos sus pelos leoninos en una de las últimas campañas de una joyería. Esta semana, otra vez haciendo inventos capilares, Mónica se marcó un extraño semi-recogido con raya de lado y tirabuzones colgando que le ponía años encima. Y los pendientes también eran en espiral…(pág. 54) Incomprensible que ella se viera bien así.

De nuevo Genoveva Casanova está estilísticamente perdida. Con lo resultona que podría quedar y pierde el norte con una facilidad…Vale que para ir a un musical no hace falta emperifollarse, pero ponerse unos pantalones anchos negros de perroflauta, una camiseta blanca tres tallas más grande y un chalequito de flores tres tallas más pequeño, es meter la pata. ¡Y combinar semejante conjunto con un bolso de Chanel es un sacrilegio! (pág. 60) Se mire por donde se mire es una flecha roja.

Que aprenda de Mar Flores, que estuvo espléndida, con unos pantalones de cuero negro con cordones cruzados en las costuras laterales, botas negras de cuero, jersey de cuello cisne negro, clutch negro y un blazer de lamé en oro viejo, muy osucro. Le sentaba fenomenal el outfit (pág. 61). Flecha verde, sin duda.

Entendemos que Carla Goyanes ahora vive en Miami y que en Miami hace calorcito. Pero cuando en Madrid hace 9ºC de temperatura por la noche, es inapropiado aparecer en una presentación con una mini de vuelo lila, un cuerpecito blanco de manga corta, y unos pumps de fondo blanco y animal print. El contraste de su indumentaria vera9niega con la indumentaria más invernal de su madre y de su hermana resulta chocante (pág. 62). Suspendida.

Lo ha pasado mal con su repentina varicela. Y no juzgamos su vestuario porque la han pillado a traición dentro de un coche yéndose a su casa. Pero lo que no podemos perdonarle es que no se peine. Pasarse un cepillo por la cabeza cuesta un minuto. Además, el corte de pelo de Eugenia Martínez de Irujo es fácil de arreglar siendo corto. O sea, que no se peina por pereza, y eso está muy mal, por muy aristócrata que seas (pág. 63).

En los premios T de Telva vimos (otra vez) a Tamara vestida de Gucci y a Nieves Álvarez de Giambattista Valli y nos quedamos alucinadas de su estilazo. Quiso competir Patricia Rato, vestida de Eduardo Ladrón de Guevara, y no consiguió estar entre los primeros puestos. ¿Por qué? Pues porque cuando no sigues la norma del menos es más y no equilibras las partes que componen tu estilismo, corres el riesgo de parecer un árbol de navidad. El cuerpo de encaje negro de Patricia sobre fondo de raso blanco, era una delicia. Pero suficientemente llamativo por sí solo. Debería haberse combinado con una falda neutra, lisa y de corte limpio. Y no con una falda de tela combinada (terciopelo y seda tornasolada) haciendo rayas en diagonal. No sabíamos si mirar la falda (que por sí sola también era preciosa) o el cuerpo, pero todo junto agobiaba. No suspende porque nos gustan sus prendas por separado, pero que vigile esos conjuntos barrocos que no convencen (pág.64).

María Porto, mujer de Álvarez Cascos, estuvo en los Premios Príncipe de Asturias. Y fue un ejemplo de cómo dos fallos tontos pueden arruinar un estilismo correcto. Su vestido estampado en degradée del toffee al azul índigo con flores, y mangas abullonadas era un acierto. Problema: le quedaba excesivamente corto y dejaba ver en exceso unas medias de brillos que le engordaban las piernas, efecto que se veía realzado por unas sandalias tobilleras que eran bonitas pero cero favorecedoras. No suspende porque nos permite ver fallos que nosotras no debemos cometer (pág. 71).

Será que está preocupada con las revueltas de la primavera árabe, pero Rania de Jordania ya no luce espectacular como nos tenía acostumbradas. En el Foro económico mundial lució un vestido de escote barco de cuerpo y falda en animal print pitón en grises y manga ligeramente abullonadas en negro, con un cinturón ancho también negro. Le sentaba como un saco y era un poco abuelil (pág. 81). ¡Suspende!

Las top models también se equivocan y a veces también dan un aspecto poligonero que da miedo. Ver a Claudia Schiffer en el aeropuertocon un pantalón capri de color indefinido entre el gris y el azul y unos botines-sandalias topolino, dejando ver un trocillo de pantorrilla blancuzca, con un jesey negro XXL de estar por casa y una medalla de oro grandecita por encima del mismo, da dolor. Y el tinte de pelo amarillo verdoso también da grima...(pág. 88).

Los pronunciados escotes en uve sin sujetador , desengañémonos, son sólo para mujeres de pecho perfectos (o con implantes). El resto de las mortales no podemos ni olerlos. Véase el ejemplo en Jennifer Aniston, con poco pecho, que parece que tiene el pecho caído cuando no es el caso. Un poquito más tapada hubiera estado estupenda (pág. 91).

Lindsay Lohan está de capa caída. La verdad es que no debe ser un buen trago ir a juicio otra vez, pero, ya que vas, hazte las mechas, maquíllate y péinate. No se puede ir por ahí con pelo rubio de bote y raíces negras de un palmo. Y con un mega boslso Chanel en color oro mate y unos peep toe en color oro brillante (que se dan de patadas). Desacertada, la pobre (pág. 91).

A determinadas edades, tiene que ganar la sensatez por encima de los deseos personales. Y debes tener sentido del ridículo aunque seas multimillonaria y te importe todo un pito. No hay que confundir la vitalidad con la horterada. Lilliane Bettencourt, a sus ochenta y muchos años, se deja fotografiar en la piscina de su casa de Formentor, en bikini y con un gorrito floral a lo Esther Williams…Y da penita…(pág. 102).

Espectacular el reportaje de moda de Ángel Schlesser. Un compendio de las tendencias otoño invierno 2011-2012: guantes largos, cuellos de piel, botines de cordones, esmoquin para la noche, pantalones masculinos, animal print, clutch sobre…Para mirarlo con calma y aprender a combinar (pág. 117-121).



Especial fiesta de Dior en Madrid


Esta es una de esas fiestas en las que merece la pena mirar foto por foto para analizar estilismos y sacar ideas. Por ejemplo, que se lleva el corto y que no hay nada más socorrido que el color negro.  Así que aquí os dejamos un pequeño resumen de las mejores y las peores ideas.



Cuando quiere, es de las mejores. Laura Vecino triunfó con un total look Dior de la colección crucero. Minivestido negro, de escote cuadrado y pequeña manguita japonesa que sólo las muy delgadas como ella se pueden permitir. Sandalias negras, verde lima y rosa palo y clutch verde lima. Perfecta (pág. 108).

A pesar de que jamás tendremos sus piernas quilométricas, el estilismo que luce Lavinia Birladeanu (una top madel que desconocíamos) es fácil de copiar y estiloso. Vestido negro y corto pegado a la piel y blazer XXL negro cruzado. Stilettos nude forrados de encaje negro y melena al viento. Sobraba el bolsito de tercipelo azul, que es lo que le impide ser flecha verde (pág. 109).

Un desatre Berta Collado, que se confundió de hora y se plantó un Dior en cuadros verdes y fucsia que es para el día y no para la noche. Aún si hubiera elegido un peinado más elaborado, hubiera colado, pero no fue así y el resultado era excesivamente informal (pág. 110).


Otro desastre Aida Artiles, con un vestido en lamé plateado que le quedaba grande y que se le desencajaba de su sitio completamente. La faldita cruzada estaba mal puesta y mal atada y le quedaba demasiado corta (pág. 110).

En cambio, sí acertó Patricia Montero, con un vestido túnica por la rodilla, asimétrico y en blanco nieve, con cluth y zapatos en cobre. Lucía ligero bronceado y eso, con el blanco de color base, favorece muchísimo (pág. 111).

Y, para terminar, una de las más elegantes de la noche, a pesar de que no iba vestida de Dior, fue Amelia Bono. Llevaba un vestido negro de corte limpio de Juanjo Oliva, por la rodilla, de escote caja y mangas abullonadas abiertas forradas en verde lima y oro que hacían un efecto capa. Clutch animal print de pitón y Louboutines negros. Y con el aclamado moño bailarina. Un diez toda ella (pág.110).


25 de octubre de 2011

ENLACES INTERESANTES: ACCESORIOS PARA EL PELO

Esta mañana, en el bar de al lado del despacho, he visto una chica espléndidamente vestida. Con un outfit para copiar. Llevaba jeans, camisa blanca, unos zapatos Oxford animal print de leopardo y un estiloso shopping bag naranja caldera. Mientras me tomaba un cappuccino, intentaba avistar la marca de su trench camel y, luego, cuando meditaba dónde había visto yo una versión de esos zapatos (en Blanco, recordé después), la chica se ha levantado y me ha dado la espalda. ¡Y me ha invadido el estupor!


Llevaba el pelo recogido en una coleta baja, pero con un coletero gordo, de tela de pana en flores, tipo Uggly Betty, terrorífico… A punto he estado de correr hacia ella y arrancarle el coletero pero luego he pensado que ella era más alta que yo y que para arrancarle el coletero tenía yo que saltar y que en mi pésima forma física igual me daba yo un tortazo por hacerle un favor estilístico a una desconocida… así que he sido egoísta (ha primado mi integridad física sobre la integridad estética de la desconocida), lo he dejado estar y ella se ha ido con su horrendo coletero al viento.

La conclusión que he sacado de toda esta situación, además de que tengo que hacer más deporte, es que todo cuenta en un outfit, hasta los accesorios para el pelo. Así pues, he hecho una búsqueda de enlaces interesantes en los que encontrar opciones para que una pueda recogerse el pelo sin tener que ponerse terroríficos coleteros floreados de pana… Aquí os dejo mis descubrimientos:




Pupettas:
Un blog sencillo con algún destello de genialidad. Ideal la diadema retro con una rosa. El resto de propuestas son originales aunque con menos chic. Nos gusta también la diadema con flor japonesa.




Palospelos:
Una preciosa tienda on-line con un montón de propuestas para elegir. Desde pinchos con nácar, con plata, de colores, hasta pinzas y peinetas. Es difícil no encontrar nada que te guste…


Flores Presumidas:
Siempre el mismo diseño de flor de raso pequeñita y sencilla, sobre clips, sobre diademas y sobre coleteros. Lo más destacable: la impresionante paleta de color con la que trabajan.

Todo un clásico esta tienda española que lleva un montón de tiempo dedicada a los accesorios para el pelo: horquillas, peinetas, diademas, pinzas, bandas, clips… Clásicos de concha, originales con plumas y color, o con strass. Un abanico de posibilidades y todas con estilo.


Capel·lo:
Tienda de accesorios para el pelo ¡para novias!. Desde pequeños clips, pasando por flores de todos los tamaños, y hasta tiaras para las que quieren ser princesas en su día. ¡Qué vivan los novios!


koquitos:
Página malagueña especializada en complementos para el pelo para niñas. Preciosos lazos zapateros clásicos de colores, de raso, en clips, diademas y coleteros para las peques.

Glamour en el pelo. Esta empresa danesa, con sucursales en multitud de países (España, México, Ecuador…) tiene propuestas para las más minimalistas y para las más atrevidas. Con un amplio catálogo que sorprende por la variedad y la elegancia.

22 de octubre de 2011

COCINA PARA NIÑOS: BIZCOCHO EN TAZA

Vale, vienen mis tres sobrinos a casa. Soy la canguro. Tengo 5 horas por delante con ellos. Plan de la tarde: 1 hora de peli dvd, 1 hora de dibujos con ceras, 1 hora de parque, 1 hora de Wii…¡Y me queda una hora sin rellenar! ¡Arggggggggggggggggg! Y si no están entretenidos son como animalillos salvajes que se suben por el sofá, por las camas y (si no fuera porque no llegan) hasta se subirían por las cortinas… ¿Qué demonios voy a hacer? Porque dudo que mi sofá de Ikea soporte los saltos y cabriolas de semejantes fieras…Me he puesto a buscar por internet y he encontrado una idea fabulosa: cocinar con ellos.

Aquí os dejo una receta estupenda que pueden hacer ellos: bizcocho en taza. Sólo manchareis una taza, y una cuchara (en mi caso hemos manchado tres tazas y tres cucharas porque eran tres). ¡Y no se han peleado entre ellos porque cada uno ha hecho su propio bizcocho! El molde es la propia taza en la que se baten los ingredientes y se cuece en el microondas. Queda como un soufflé y sus caras cuando lo ven subir son de alucine total...


¿Qué se necesita? (por niño)









• 1 taza de café con leche (mejor si es baja y ancha que alta y larga)
• 1 cuchara sopera
• 1 huevo
• 4 cucharadas soperas de leche
• 3 cucharadas soperas de aceite
• 2 cucharadas soperas rasas de azúcar
• 4 cucharadas soperas rasas de harina
• 2 cucharadas soperas rasas de chocolate en polvo (opcional)
• 1 cucharada de café rasa de levadura

¿Cómo se hace?











Pon todos los ingredientes dentro de la taza, en el orden de la lista, y deja que cada niño bata su mezcla con una cuchara hasta que no queden grumos. Después, mete cada taza en el microondas durante tres minutos y deja que suba la mezcla. ¡Y ya está!



19 de octubre de 2011

¡MUCHAS GRACIAS! (OTRA VEZ)

¡Increíble! TheVicBridgeWorld! ya ha recibido 25.000 visitas. VicBridge está como loca de contenta porque pensaba que no había nadie en el mundo como ella ¡y va y resulta que hay un montón de personas a las que les gusta lo mismo que a ella! Porque, o sus amigos entran al blog más de 100 veces al día para que VicBridge no se deprima, o es que realmente hay gente a la que le gusta lo que ella tiene que decir y por eso entra en su blog.

Una vez, VicBridge leyó que los estilistas de pasarela despreciaban a los blogueros porque creían que en su mayoría eran marujas sin conocimientos que criticaban su trabajo en pijama y pantuflas, desde el sofá de su casa y bebiendo coca-cola diet o light. Pues es cierto. Y a mucha honra.  VicBridge es una maruja glamourosa que critica desde el sofá en pantuflas, desde el probador de una tienda con unos vaqueros a medio poner, desde el trabajo cuando pasa la compañera fashion del despacho de al lado, y, en verano, hasta desde la playa. Como todos, vaya. ¡El que no tenga un punto criticón que levante la mano!

Los blogueros en pantuflas representan al 99,9% de la población (que son los que compran lo que el 0,1% restante dicta o diseña). Mujeres y hombres normales, sometidos a la tiranía de la moda, con outfits y colores imposibles que no se adecuan a nuestros tipos. Porque, por más que VicBridge deje de comer a lo Tom Hanks en Náufrago, no podrá jamás ponerse la talla 34. Y por mucho que se estire, no logrará crecer veinte centímetros para llegar al metro ochenta…Y tampoco quiere eso, porque VicBridge, en el fondo, se ha resignado a su metro sesenta y a sus kilos de más y no tiene ganas de cambiar.

Pues eso, a lo que iba, que esta bloguera en pantuflas y adicta a la coca-cola está encantada de ver que hay alguien que tiene los mismos problemas que ella para combinar el rosa flúor con el azul pavo, para saber si puede reciclar su abrigo del año pasado o para crear su propio fondo de armario. Y si a los estilistas no les cae bien, pues lo lamenta mucho, porque en el fondo a esta bloguera le encantaría poder discutir con los estilistas las decisiones que toman cada temporada. ¡Y después comentarlas en el blog!

VicBridge os da las gracias, de nuevo, por apoyarla en este proyecto de blog y promete quitarse las pantuflas y seguir escribiendo desde casa (o desde donde pueda) en pijama si es necesario pero…¡con unos buenos stilettos!

¡GRACIAS! ¡MUCHAS GRACIAS!

17 de octubre de 2011

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 19 DE OCTUBRE

Después del ¡Hola! casi monográfico de la semana pasada, esta semana esperábamos una portada clásica y nos hemos quedado un poco frías al ver en portada a Rosario Mohedano y a Rosa Benito. La verdad es que esta familia no destaca por su estilazo a la hora de vestirse, así que poco podemos copiar del reportaje. En fin, suerte de Marina Danko, con su estilazo de siempre, o del reportaje de Tamara Falcó. En fin, que allá va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana:




El primer reportaje, en el que varias famosas posan con vestidos de fiesta delante de castillos de España, podría haber sido fantástico. Pero no nos ha gustado mucho. Todas las “modelos” posan con los pelos al viento y eso le quita glamour al vestuario. Además el vestuario escogido no fue demasiado brillante. Los dos primeros, el de Paloma Lago de Hannibal Laguna y el de Fabiola de Rosa Clará, parecen envoltorios de regalo. El de Arnacha del Sol de Juana Martín, es un exceso de flecos y volantes. Y el de Cristina de Borbón de Ana Locking, con un corte frontal, es cualquier cosa menos favorecedor. Sólo se salvan el mono marrón chocolate de Adolfo Domínguez que luce Paula Guilló (pág. 10), el strapless raso palo de Manuel Mota que luce Vega Royo-Vilanova (pág. 11), y el espectacular vestido verde lima de Juanjo Oliva que luce Elisabeth Reyes (pág. 13)


Que los botines con minifalda no sientan bien, no es una novedad. Si hasta a Gwyneth Paltrow le sienta mal la combinación, imaginamos lo que nos pasaría si nos lo pusiéramos nosotras. En la reapertura del Club de Arte de Londres, Gwyneth optó por un sobrio LBD de manga corta y lo combinó con unos botines grises peep toe de solapa vuelta. Y no hay que ser un lince para darse cuenta de que los botines le acortaban la pierna (pág. 14).


Paulina Rubio tiene un punto glam que nos gusta. Su combinación de vestido naranja flúor, bolso chanel 2,55 en azul eléctrico y salones negros de plataforma era arriesgada pero eficaz. Y acertada para encontrarse con la Reina de España en Miami. Quizá le sobraba el cinturón cadena, pero en general es un notable alto (pág. 24).


Normalmente hacemos pocos juicios sobre estilismos masculinos, pero esta vez no nos hemos podido contener. El estilismo de Alejandro Sanz para ir al mismo evento que Paulina era de chiste. Por favor, ¡pero que pinta de cholillo poligonero y hortera! Traje gris oscuro dos tallas más grande, camisa negra de cuello enano, corbata negra con cuadros blancos difuminados y unos pelos grasientos que daban pena (pág. 25). Un muy deficiente.


El reportaje de Tamara Falcó es una oda al estilo preppy (de niña bien pero con un puntito moderno). Todo en colores neutros (gris, blanco, nude y negro). El primer outfit es cómodo e ideal para la oficina: leggings negros, camisa blanca básica, y blazer de grandes cuadros en blanco y negro con peep toe nude (pág. 30). El segundo combina los mismos leggings con un cárdigan gris oscuro de cuello vuelto (ojo con este cuello que pone muchos años encima) y un borsalino (pág. 31). El tercero es un clásico: jeans, camiseta blanca y chaqueta de punto tipo Chanel (pág. 32). Y el cuarto es un total look negro con los mismos leggings y una camisa negra con botones dorados que pensamos que puede ser de Carolina Herrera o de Burberry’s (pág. 33). Estilo general un poco clasicón, pero elegante. Lo mejor del reportaje: peluquería y maquillaje.


Paul McCartney se ha casado. La novia, Nancy Shevell, vistió un diseño de su hijastra, Stella McCartney. Y la verdad es que fue más bien soso. Falda por encima de la rodilla, de manga larga y un poco abullonada, escote en uve y pequeños botoncitos forrados. Con muy poco gracia. Y los zapatitos de pulsera y tacón de gatito eran cursis a morir. Suspendida, la pobre (pág. 34 y ss).


En cambio, Stella McCartney sí estuvo acertadísima. Pantalón gris XXL, amplio y con caída, y cuerpo a tono de manga hasta el codo y cuello caja. Sencillo, sobrio y elegantísimo. Lástima que Stella decidió no peinarse y siguió fiel a su coleta despeluchada (pág. 37).


Ver a Mª José Campanario con un vestido malva de encaje forrado de satén, corto y de escote barco que le sentaba fatal y unas sandalias de cuña de ante y tira cruzada en el empeine, nos ha dado pena. Al efecto botijo es al que nos referimos cuando decimos que si eres bajita y con curvas no puedes ir corta y con el tobillo tapado como Mª José. Un patinazo lo tiene cualquiera, cierto, pero la tenemos que suspender (pág. 54).


En la fiesta de Vanity Fair, nuestras celebrities se pusieron sus mejores galas. Espectacular Paloma Cuevas, que normalmente no nos acaba de gustar, pero que esta vez se ha superado con un vestido premamá turquesa, de escote-joya halter en pedrería verde y brazalete de turquesas y un clutch-sobre en color violeta. Por ponerle un pero, esos bucles que se hace son un poco cursis. Está más guapa con el pelo recogido. También estaba impecable, con un vestido de corte similar al de Paloma, Pitita Ridruejo, en rojo y con un collar impresionante sobre su vestido de corte griego. Esperamos que se mejore de su caída y para animarla, y porque se lo merece, le ponemos flecha verde (pág. 56-57)


Ayyyyy… Las estrellas a veces intentan ponerse estilosas y meten la pata. No hay más que ver a Sharon Stone con un vestido-camiseta negro gigantesco, medias caladas negras y unos zapatos de Dios con tacón-escultura en forma de cañón de metralleta que requerían un total look de color para que resaltaran. Un fallo (pág. 62).


¡Qué raro! Elsa Pataky sin sus sofisticados outfits de siempre. Está rodando una peli en Barcelona y posó con una faldita de saldo con estampado animal print de leopardo, una camiseta negra que dejaba a la vista su sujetador negro y unos pelos que necesitaban urgentemente unas mechas (pág. 64). Un mal día lo tiene cualquiera, pero en ella, con lo que cuida su imagen, es extraño.


Queremos que Marina Danko se anime. Y por eso queremos comunicarle que está la primera en nuestra lista de las mujeres más elegantes del ¡Hola! de esta semana. Con pantalón verde césped, camiseta de estampado tipo Missoni en verde, negro y gris, bolso de CH verde y blazer recto en negro, estaba impresionante. Una matrícula de honor estilística. Ya sabemos que no te consuela, porque nuestra modesta opinión posiblemente no te interese, pero desde aquí nuestro apoyo (pág. 81).


Tatiana, esposa de Nicolás de Grecia, tiene un estilazo bárbaro. Pero a veces intenta un look princesita antigua que no le sienta bien. En una cena benéfica escogió el granate de moda en un vestido tornasolado con falda de vuelo y cinturón con hebilla de tres dedos de ancho en la misma tela. Le hacía una figura oronda (y ella está delgada). Tiene que retirar ese vestido, pero la chaqueta tipo Chanel con manguitos de piel, todo en negro, debería repetirla porque es una delicia. No suspende por la chaqueta (pág. 84) .


Así sí. Marta Sánchez, a la que algunas veces hemos criticado por excesiva, cuando acierta, hace pleno. En la gala de la Hispanic Society se marcó un espectacular fourreau negro, con puños blancos y escote en uve con solapas de esmoquin firmado por Lorenzo Caprile. Con clutch de strass en plata, estaba ideal (pág. 89).


Ugggg… Si Telma Ortiz tiene nuevo look, alguien tiene que decirle que vuelva al “viejo” look. O sea que si la innovación consiste en ponerse unos piratas blancos en octubre, una camisola estampada de paramecios en morado y unas sandalias de pulsera que le engordan la pantorrilla, pues es mejor que no innove, de verdad (pág. 94).


Mar Flores vuelve al estilo abuela. El color del vestido que llevó en el cóctel homenaje a Saint-Laurent, el azul eléctrico, era un acierto. Pero el corte no era favorecedor. La falda parecía quedarle grande y el cuerpo de gasa también. Todo demasiado cerrado y excesivamente sobrio para ella. Y la melena ondulada, ya le hemos dicho otras veces que no le sienta bien (pág. 97).


Vale, esta semana estamos críticas. Pero no se puede ir a una boda en pantalones y sandalias planas. Horrible la mujer actual de Juan Villalonga, Vanessa, con un cuerpo y pantalón en raso gris topo, receñido, con sandalias planas y un bolsito enanito. Un desastre (pág. 101).


Hay veces en las que no estamos de acuerdo con las redactoras de moda de ¡Hola!. Natalia Vodianova estaba desastrosa en el desfile de Chanel, diga la redactora lo que diga. El vestido gris con cuello y bajo de encaje, largo hasta los pies era raruno, aunque hubiera podido resultar estiloso si no lo hubiera matado con unas sandalias de tiras anchas color naranja flúor. Con unos botines de cordones en negro nos hubiera convencido el estilo institutriz a lo Srta. Rottenmeier o Mary Poppins. Pero esas sandalias eran un desatino combinadas con el vestido (pág. 112). Un suspenso.