27 de enero de 2012

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 1 DE FEBRERO


Esta semana el ¡Hola! nos sorprende con una portada masculina: Jesulín de Ubrique contándonos sus cosas. La verdad es que estilísticamente hablando, la portada no da mucho de sí porque Jesulín nunca ha sido un icono de glamour, pero el interior de la revista va cargadito de cosas que comentar: el reportaje de inicio de la casa de Leon Max, muchas fotos de “calle” de las celebrities que nos sirven para aprender lo último en street style y el bautizo del último hijo de Alejandra Prat. En fin que, como siempre, allá va lo que hay que copiar y lo que no de lo que podemos ver en el ¡Hola! de esta semana:




Desde luego, el castillo que se ha comprado Leon Max, un elegante señor de melena gris con pinta de galán trasnochado (pág. 5 y 9) al que no teníamos el gusto de conocer (que nos perdone), es de película. Ahí no hay discusión. El problema es que el reportaje, además de mostrarnos el castillo nos muestra los diseños de Leon para su marca, Max Estudio. Y ahí ya sí que hay discusión. Los diseños escogidos para mostrar en el reportaje no son los más adecuados.  El vestido negro que luce su musa (Katia) no se distingue bien (pág. 5). El vestido  nude de paillette asimétrico, corto y con lazada en hombro que llega hasta el suelo no le sienta bien ni a su musa (pág. 7) y el vestido corto gris azulado (pág. 9) que parece el mejor del reportaje, hay que mirarlo con lupa porque la foto es pequeñísima.

Lo peor del reportaje de Leon Max: el estilismo campestre que le ha puesto Leon a su musa. ¿Dónde se ha visto que la gente pasee entre árboles y zarzas sin medias, con unos minishorts, una camisa desabrochada que deje ver el ombligo, una parka cuyo largo es un poco mayor que el de los shorts, unas botas de agua sin calcetines y un sombrero? (pág.12-13). Supongamos que llueve. La chica no se mojará la cabeza, pero volverá con las piernas chorreando agua y los pies se le quedarán pegados a las botas de agua. Un despropósito.

Margarita Vargas ha mejorado muchísimo desde que la conocimos. Empezó siendo una chica con un estilismo ñoño y cursilón y hoy en día se ha modernizado y, salvo algunos pequeños deslices, en general luce outfits correctos y perfectamente copiables. Por ejemplo, su total look negro para llevar a sus hijos al parque es un modelo de sencillez, estilo y sentido práctico: leggings negros, abrigo corto negro, shopping bag negro con grabado de pitón y bailarinas doradas con un lazo de tela negro (pág. 14-15). Porque diga Victoria Beckham lo que diga, no se puede ir al parque y tirarte del tobogán con tus hijos con stilettos y un vestido strech. Flecha verde para Margarita.

Dos mujeres que demuestran que se puede estar estupenda sin ser una jovenzuela quedaron para comer en Madrid: Marina Danko  y Ana Rodríguez. Esta vez Ana ganó a Marina en cuanto a mejor vestida. La exmujer de Bono lució un vestido de punto color coral combinado con botas mosqueteras de ante marrón chocolate, medias marrones, el bolso de moda de Tous en tamaño XXL, y un fantástico abrigo de piel vuelta íntegramente forrado de pelo y también en marrón chocolate. Estilosa y cómoda (pág. 20).

Marina intentó ser demasiado moderna y el estilismo chirrío: pantalón negro recto excesivamente corto, camisa de pequeño estampado floral de fondo negro, chaqueta corta en azul verdoso con cuello de pelo negro. El fallo fueron los complementos: un bolso blanco roto de Prada que no pegaba ni con cola y unos botines negros peep toe de cordones con plataforma animal print de leopardo (pág. 20). Las mezclas no son buenas siempre. Leopardo+flores en blanco y negro+ azul verdoso+pelo= ¡estilismo raruno! No la podemos aprobar.

Normalmente nos cuesta entender su estilo (demasiado original), pero cuando viste minimal nos deja alucinadas. Natalia Vodianova asistió a la semana de la moda de París vestida informal, con líneas rectas: pantalones strech blancos, cuerpo de cuello cisne rosa palo con una franja blanca en el bajo (de blanco idéntico al del pantalón) y un abrigo corto recto, muy masculino , de ante marrón chocolate. Se agradecen en ella los estilismos suaves (pág. 33).

Otro ejemplo de street style para copiar es el de Tamara Falcó para ir de compras: camiseta básica blanca, jersey gris de punto fino, pantalón negro pitillo, bailarinas negras, y clásico (y también de corte masculino) abrigo corto camel. Simple y efectivo (pág. 43).

Hay cosas que ya no son una cuestión de moda, sino una cuestión de respeto y sentido común. Carolina Adriana Herrera acudió a un funeral…¡con una camiseta marinera de rayas blancas y rosas! Cierto es que intentó tapar la camiseta con una capa corta negra, pero, se veía (pág. 44). Es inapropiado y de mal gusto. Vestirse para un funeral igual que para pasear por la playa no es de recibo.

Nos alegra ver que hay celebrities normales que cuando quieren hacer deporte se visten para hacer deporte. Parece una perogrullada, pero no siempre es tan evidente. Hartitas estamos de ver  estilismos de gym consistentes en tops imposibles con brilli-brilli y mini-shorts que no permiten ni dar un saltito. Paulina Rubio nos muestra que cuando una hace deporte se puede vestir para hacer deporte y estar guapa. Montando en bici, con un pantalón de chándal strech negro, una chaqueta de chándal corta y negra con cremalleras contrastadas en blanco y zapatillas negras de Nike (pág. 48-49). Perfecta.

Ayyyyy….Ayyyy…Es posible que les importe un pimiento la moda. O eso o es que necesitan un asesor decente de forma urgente. Hablamos de Jessica y de Kiko Rivera. Casi nos caemos de la silla al ver sus modelitos para acudir a un bolo (pág. 52). Ella: chaqueta corta adamascada en amarillo oro y negro y minivestido de terciopelo receñido y a topos. Él: pantalones azul turquesa, camiseta de rayas marineras blancas y azul turquesa y una cazadora de chándal efecto cuero negra con rayas rojas. Ejemplo de elegancia poligonera y horterada. Hay que pensar más lo que uno se pone. No es un suspenso, es un muy deficiente.

Suerte que pocas páginas después (pág. 56), nos encontramos con una fashion victim a la que le luce lo que compra en Hermès y en Vuitton y encima lo combina todo con acierto. Un placer el outfit de Tamara Ecclestone: botas mosquetero en gris topo, bolso Kelly en cocodrilo gris perla, jersey gris topo, jeans negros pitillo y una espléndida chaqueta de ante gris forrada de pelo. Una delicia.

El reportaje principal de esta semana es un Jesulín de Ubrique que posa solo, sin su mujer, vestido de sport de paseo por su finca. Al ver las fotos hemos tenido una cierta sensación de dejà vu que no acabábamos de comprender…¡hasta que nos hemos dado cuenta de quién era la estilista que firmaba el reportaje! Era María Palacios, y el look de jesulín, salvando distancias de porte y percha, recordaba vagamente al look de Alessandro Lequio posando con María en su casita suiza en el ¡Hola! de hace unas semanas. Los jersey de Jesulín son de la misma firma que los que llevaba Lequio. Inlcuso creemos que los pantalones de tweed gris, la bufanda de cuadros  y el suéter de cuello vuelto y ochos en azul tiza son los mismos (pág. 58). La verdad es que Jesulín está favorecido, pero repetir estilismos está feo por parte de María. Flecha amarilla.

Hacía mucho que no veíamos a Rania de Jordania. De nuevo por USA apoyando causas benéficas, la Reina Rania conquistó con su estilismo: falda de cuero marrón chocolate y suéter ceñido de un tejido plisado en horizontal y marcando cintura con un mini-cinturón a tono. Sólo un pero: cada día está más delgada y eso pasa factura en la cara y hace que se noten mucho más los rellenos de labios (pág. 78). Debería tomarse una buena hamburguesa para mejorar su aspecto.

El bautizo de Amaro, el tercer hijo de Alejandra Prat, nos deja unos cuantos estilismos patrios que comentar. Para empezar, el de la propia Alejandra, que la verdad es que no estuvo muy acertada (pág. 90-91).  Alejandra optó por un vestido azul  violáceo excesivamente corto combinado con una torera de pelo con manga francesa y de un color indefinido entre el gris y el marrón claro. Completó el conjunto con medias claras con brillo y peep toe-pumps en plata brillante. La verdad es que la combinación de colores era poco favorecedora y sólo se le veían las piernas con tanto brillo. Hubiera estado mejor con un vestido color crema y con medias mates.

La madre de Alejandra, Marianne, eligió el negro (un color poco apropiado para una celebración alegre como un bautizo). Decidió “alegrar” el conjunto colocándose un tocado. Y lo empeoró. Un tocado negro con una base que parecía un girasol negro con unas plumitas en gris. La verdad es que parecía que le había caído un pajarillo enfermo en la cabeza (pág. 92). Debería haberse puesto un tocado con más altura y de color.

Sorprendente, una de la invitadas del bautizo, Blanca Cuesta. Si se hubiese decantado por otro peinado, y no por esas ondas despeluchadas, habría sido flecha verde. Blanca iba adecuada con un vestido color blanco roto de falda corta de vuelo, con una americana corta a tono y peep toe color caramelo (pág. 94). Una pena lo del pelo.

La invitada más elegante, sin discusión, fue Fiona Ferrer (pág. 95). Su outfit: camisa blanca de gasa con lazada al cuello, pantalón recto marrón chocolate muy oscuro con cinturón de cuero tipo cuerda con remates en metal dorado, tres cuartos cruzado marrón a tono, bolso 2,55 de Chanel en mostaza y guantes de piel mostaza. Quizá un poco sport para la ocasión y para nuestro gusto, pero visto como estaba el nivel de las demás asistentes, fue la mejor.

Y la peor, con diferencia, fue Ana Rosa Quintana. Parecía que iba a una cacería o a una montería. Horrible. Con un tres cuartos de terciopelo color vino, pantalón marrón, un indescriptible sombrero de fieltro con ala y unos eslabones negros a modo de cinta del sombrero, y unos terroríficos botines marrones con cordones, cuña de goma y plataforma que nunca debió haberse comprado. Lo triste es que el inaudito conjunto fue rematado con un precioso bolso negro de Dior. Semejante bolso con el ridículo atuendo restante era un atentado contra la maison Dior. Un sacrilegio (pág. 95).


  


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