Seguimos esta semana con
las bodas. Se casó Andrés Iniesta y también se casó Gemma Ruiz. La verdad es
que ya estamos un poquito cansadas de tanta boda (nuestros estilismos de boda
ya están muy perfeccionados) y lo que necesitamos son ideas de estilismos para
ir a la playita. ¡A ver si los editores de nuestra revista de cabecera atienden
nuestra petición! Esta semana hay poquito que comentar del ¡Hola! pero alguna
cosilla podemos aprovechar, así que aquí va lo que hay que copiar y lo que no
del ¡Hola! de esta semana:
El reportaje de casoplón
de esta semana nos muestra la mansión colonial de Marta Marzotto. Es una
impresionante casa en Uruguay, con vistas al mar, decorada en blanco y en
colores piedra, y con una enorme piscina infinity (pág. 4-13). La dueña de la
casa posa en ella vestida con preciosas túnicas de colores (pág. 5, 8 y 11).
Las túnicas son alegres y favorecedoras y esconden cualquier quilito de más. Un
acierto.
¡Uy! Pippa Middelton
fotografiada sin que haya ido a una boda, qué raro. La verdad es que la pobre
fue a Wimbledon con un vestido péplum de Project D, en azules y estampado de
pajaritos, con manga corta y escote
barco que era más propio de una abuelita que de una chica de su edad (pág. 16).
No nos convenció.
Desde aquí le damos la
enhorabuena a Irene Villa, que ha sido mamá.
Nos encanta esta chica, que es un ejemplo de superación, de fuerza y de
ganas de vivir. Pero nos ha parecido rarísima su camiseta verde llena de
pespuntes y con un escote complejísimo (pág. 26). El caso es que, a pesar de ese
desastre de camiseta, Irene estaba guapa, así que no las suspendemos (pág. 26).
Adriana Abascal intenta
llevar un estilismo con glamour por el aeropuerto. Luce pantalón de pernera
ancha amarillo sorbete, camisa de gasa estampada en marrones, de escote barco y manga al codo, bolso de piel trenzada en
color cobre y maxi gafas de pasta marrón. El problema es que sobraba el jersey
de croché color crudo y las sandalias de cuña blancas y negras (pág. 28). Con
esas dos prendas se organizó nuestra Adriana un lío cromático. Lo que podía
haber sido una muy buena combinación se convirtió en un batiburrillo de colores
sin hilo conductor. Flecha amarilla.
En la boda de Andrés
Iniesta y Anna Ortiz, destacaron por su elegancia dos invitadas: Marta, la
hermana de la novia, que lució un precioso vestido verde esmeralda de escote
halter, largo y con drapeado a la cintura marcado por un broche-joya (pág. 32)
y Antonella Rocuzzo, pareja de Messi, que lució otro vestido de escote halter,
tipo pañuelo de seda, estampado en gamas de naranja vibrante, rosa fucsia y
verde (pág. 38). Dos flechas verdes.
En Rock in Río Madrid vimos estupendos estilismos rockeros…¿o no? Porque si el
paradigma de los estilos rockeros son Blanca Suárez y Amaia Salamanca, apaga y
vámonos… La primera lució camiseta de tirantes blanca con dibujo central en
rosa y gris y shorts denim. Hasta ahí bien, pero luego la pifió añadiendo a su
estilismo un borsalino de paja con un ala de tela estampada en hojas de
palmera, un cutre bolso bandolera color mostaza
y unas botas de flecos marrones que daban calor sólo verlas (pág. 44).
También daban calor los botines negros XXL con
hebillas laterales de Amaia. Pero lo peor de Amaia fue su minifaldita
elástica de rayitas blancas y negras horizontales (pág. 45). Combinada con
doble camiseta de tirantes en negro y blanco. Todo un poco hortera, la verdad.
Iker y Sara se fueron a la
boda de sus amigos Javier y Victoria. Y esta vez no hablaremos de Sara, sino de
Victoria, la novia. Para demostrarnos que hay mujeres anónimas con mucho mejor
gusto que muchas famosas, esta amiga de Iker y Sara se marcó un precioso
vestido de novia de escote corazón con falda drapeada desde el ombligo, un moño
bajo, y un velo también bajo. Impresionante. Un diez para esta anónima (pág.
46).
Otra que se ha casado es
Gemma Ruiz. El vestido de novia de Gemma, firmado por Roberto Diz, no sabemos
si nos gusta o no. De escote barco por delante y de escote pico trasero, era
como un fourreau pero con una falda de espléndida caída y ligero vuelo, con un
aire un poco medieval. El hecho de que llevara transparencias a la altura de la
cadera con pedrería bordada, y el frontal con vivos verticales y también con
pedrería es lo que no nos ha convencido (pág. 53-63). Sin las transparencias y
sin la pedrería habría sido flecha verde.
El pelo suelto de Gemma,
tampoco nos ha gustado. Los mechones que le caían por los lados de la frente le
tapan la cara en las fotos y los mechones que le caían por el escote afeaban el
vestido (pág. 62-63). Hubiera estado más guapa con e l pelo recogido.
De entre todas las
invitadas a la boda de Gemma, destacó por su elegancia Paloma Cuevas (y mira
que no es santo de nuestra devoción). Paloma estaba elegantísima con un vestido
rojo de cóctel de Valentino con escote barco con lazo lateral y falda lápiz y
un tocado tipo plato en azul tiza y gris de Reyes Hellín con flores y detalles
de strass en forma de plumas y zapatos salón calados con tira al talón (pág. 67
y 75). Perfecta.
También estaba
elegantísima Anne Igartiburu, con un vestido de encaje nude de Caprile con
transparencias en manga y escote y cinturón a juego y tocado también tipo plato
ladeado con flores (pág. 68). Muy, muy favorecedor y muy femenino. Es una
clarísima flecha verde.
La que es una enorme
flecha roja es Fiona Ferrer. Fiona intentó un estilismo rompedor y diferente y
la verdad es que lo que consiguió fue un look agresivo y poco agradecido. Lució
un vestido de cóctel de Georges Rech cuello caja y sin mangas con un estampado
grandísimo de pata de gallo en blanco y negro, rematado con un fino cinturón
negro. Por si el estampado del vestido no era suficientemente llamativo, Fiona
lo acompañó con un tocado en forma de plato estampado en grandes lunares negros
sobre fondo blanco, de Bundle Maclaren (pág. 65 y 70). Daba dolor ver semejante
conjunto de estampados…
Y para terminar con esta
boda comentar el vestuario de una desconocida en las lides famosiles: Fefa
Echániz, la mujer del consejero de sanidad de Castilla-La Mancha (pág. 70).
¿Quién engañó a esta pobre señora? Porque su vestido de fondo blanco con estampado
floral en rosa, costuras en negro, fajín fucsia (demasiado grande) combinado
con un pompón de dos flores verde
pistacho en la cabeza era una imagen, cuanto menos, insólita (por no decir
festivalera) Ayyyy…
Si cuando decimos que el
estampado de indio navajo, si es grande, te hace gorda, es porque tenemos
pruebas. Por ejemplo, lo mal que le sienta la camiseta de estampado navajo a
Cynthia Rossi, la hija de Carmen Martínez-Bordiu. Y eso que la idea era buena:
camiseta navaja, jeans color tarongine y sandalias étnicas. Le ponemos flecha
verde precisamente porque el outfit era tendencia y por demostrarnos nuestra
teoría sobre el estampado navajo (pág. 96-97).
Irina Shayk luce dos de
las tendencias playeras del verano: cruzar dos bikinis (o sea, que la braguita
no sea igual que el sujetador) y salir al chiringuito con un vestido de croché
sobre el bikini. Hay que imitarla aunque nuestro tipo no sea como el suyo,
lamentablemente (pág. 100).
La actriz Esmeralda Moya
se ha casado. Esmeralda siempre nos ha parecido mona, con cara de muñequita
antigua. Y su vestido de novia es también de muñequita antigua: escote palabra de
honor, y falda de vuelo cuajada de volantes y piconelas, con velo de tul corto
y tieso (pág. 103). Todo un poquito cursi, hasta el ramo de rosas rojas con el
tallo forrado ¡de raso rojo! Flecha amarilla, sin más.
El reportaje de moda del
¡Hola! viene de la mano de nuestra Naty Abascal. Nos muestra estilsmos playeros
muy boho (bohemios y hippies pero con un punto chic). Sombreros vaqueros de
paja trenzada, montones de pulseras de hilo, cuero y plata y capazos de rafia
(pág. 108-111). ¿Lo mejor? Que todo lo que luce la modelo Laura Sánchez en el
reportaje es de El Corte Inglés y tiene unos precios muy asequibles.
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