Empezamos el año con un
nuevo ¡Hola! que comentar. En plenas navidades, las celebrities, como todo hijo
de vecino, tienen reuniones familiares, envían postales navideñas y salen de
tiendas para comprar regalos. Y allí que las cazamos para analizar su vestuario.
Desde Kate Middelton en sus “reales” reuniones pasando por Julio Iglesias y
finalizando en nuestra adorada Naty Abascal. En fin, que, por primera vez este
año, allá va lo que hay que copiar y lo que no del ¡Hola! de esta semana. Más
vale tarde (mañana saldrá un nuevo ¡Hola!) que nunca…
El primer reportaje del
¡Hola! nos ha dejado boquiabiertas. Nathalie von Bismark posa en su palacio
familiar con vestidos de Marchesa, Ralph Lauren y Elie Saab. Hasta ahí todo
normal. Pero al leer el reportaje nos enteramos de que esta condesa engordó ¡50
kg! en su embarazo y que, a raíz de aquello, muchos modistos no querían
vestirla. Nos acerca a la realidad que lo cuente y hubiéramos deseado que diera
los nombres de la panda de modistos imbéciles que no quisieron vestirla. Y
luego hablan, la mayoría de creadores de este pelaje, de que quieren vestir a
una mujer con personalidad y fuerza (¿?)… Muchos lo que quieren es vestir
anoréxicas y son unos cínicos. ¿A que los perfumes les da igual que los compre
una mujer de 50kg que una de 150kg? Vergüenza debería darles. Estás estupenda,
Nathalie von Bismark y nos gustas peses lo que peses. Inmensa flecha verde
(pág. 6-15).
María Palacios es una de
esas mujeres que nunca desentona. Ella lleva la ropa y no la ropa a ella. ¿Qué
cómo se sabe? Pues no hay más que verla vestida de sport en Roma para darse
cuenta. El outfit no tiene nada especial, pero es perfecto: jeans pitillo,
botas color mostaza por dentro de los jeans, jersey azul tiza, un pañuelito
mostaza y guinda anudado al cuello, una bufanda en mostaza y naranja, un abrigo
forrado de pelo corto en gris y una sencilla cola de caballo (pág. 18) A veces
lo más elegante no es llevar combinados los zapatos y el bolso…
Otro ejemplo de sencillez
es Sonsoles Suárez. No es una habitual de las revistas, pero cuando nos la
encontramos siempre nos gusta. La chica se fue de compras con un outfit
perfectamente copiable: jeans pitillo con cinturón negro, t-shirt blanca,
superga negras, y un plumas negro tipo cazadora (pág. 20). Juvenil y favorecedor.
Sólo un problema le impide ser flecha verde: debería haberse maquillado un
poquito y haber prestado más atención a su peinado.
¡Ayyyyyy! ¡Qué disgusto!
¡Con lo fans que somos de Rosario Nadal! Normalmente, cuando ella pasea por
Londres, copiamos sus estilismos sin dudarlo porque son perfectos. Esta vez,
parecía que también la íbamos a copiar: jeans negros, enorme chaquetón negro y
gorro de lana negro con una gran borla y…¡arggggg! ¡Unas flip-flop sin
calcetines!¡Con el frío que debía hacer y ella en chanclas y con gorro de lana!
(pág. 22). Queremos pensar que acababa de hacerse la pedicura y no quería
estropearla, pero, aún así, no entendemos nada. Suspendida.
Los hijos de Julio
Iglesias son monísimos, y entendemos que quiera felicitarnos el año con sus
fotos (pág. 34-37). También entendemos que en Punta Cana hace mucho calor. Pero
felicitarnos las fiestas con fotos de gente en manga corta y bañador no nos
parece muy navideño. ¿No tenía ninguna foto de sus hijos esquiando? ¿O al lado
de un árbol o de un Papá Noel? Quizá es que nos pierde el clasicismo y estas
modernidades no las entendemos, pero le ponemos flecha roja.
Kate Middelton vuelve a
centrarse en su estilo, que es con el que triunfa. Perfecta con un strapless
negro de terciopelo, escote corazón y entallado hasta el derrière y con corte
sirena de Alexander McQueen, impresionó a los asistentes a una gala benéfica
(pág. 42-45). Y el gran logro fue destacar en la tradicional misa de Navidad de
los royals británicos: con total look morado, vestido+abrigo+medias+zapatos
salón, enseñó al mundo cómo se debe llevar con gracia un sombrero. Hay que
decir que el sombrero en sí, de terciopelo, ribeteado de seda y firmado por
Jane Corbett, era una delicia, pero ella lo llevó con clase y eso no está al
alcance de cualquiera (pág. 48-51)
En la misma misa de
Navidad, coincidió con Autum Kelly, esposa de Peter Phillips, que iba hecha un
desastre. Lo que decimos siempre: hay algunas embarazadas que no tienen ningún
criterio a la hora de vestirse. Entendemos que Autum tenga un volumen mayor del
habitual, pero está claro que poniéndose un abrigo corto de inmensos cuadros
tipo tartán, pues el volumen se triplicaba (pág. 51). Un desastre. Aviso para
embarazadas, cuanto más corta vayas y más grande sea el estampado de tus
prendas, más inmensa te verás.
Hay veces en las que la
casualidad hace que una foto resulte curiosa. Ortega Cano fue a recoger a su
hijo al aeropuerto con su hija. Y en la foto observamos que a esta familia…¡le
gustan los estampados de rayas! La hija con mega pullover de rayas
horizonatales blancas y negras. El hijo con polo de rayas grises y blancas. Y
el padre con bufanda de rayas moradas y grises (pág. 56). Tanta raya nos marea…
¡Guau! Marina Danko está
espectacular. Después de haberle criticado hace unas semanas un vestido
camiseta con un horrendo print de Liberty, esta semana no podemos más que
hacerle la ola por su saber estar. Presentó un corner con sus joyas en un
centro comercial y, lista que es ella, eligió un total look blanco para
destacar las joyas y no el outfit. Sin distracciones. Sólo nos hemos fijado en
la maravillosa pulsera que luce (de su colección). Un diez. Así se hace (pág.
61).
No nos parece elegante ni
estilosa. Nos parece extravagante y rarita. Blanca Romero va de it girl y no
convence (aún recordamos su catastrófico nombre artístico: “la perra! ¿se puede
tener peor gusto?). Pero hay que reconocer que su cara angulosa facilita que
pueda lucir peinados como el que luce en la entrevista: melena corta, con raya
al lado y con rizos a la altura de las orejas. Nos lo ponemos nosotras y se nos
ve una cara de muffin regordete que daría miedo (pág. 63).
La familia de Naty Abascal
se reunió para comer. Esperábamos una lección magistral de estilo y nos hemos
quedado un poco decepcionadas. El Duque de Feria se puso a hacer mezclas y no
hizo honor a su tipazo: pantalones cargo gris verdoso, zapatillas de ir a hacer
jogging en gris, chaleco gris de punto, camisa azul, corbata en verdes
camuflaje, chaqueta campestre en tweed marrón y camel ¡y una horrenda gorrita
de beisbol gris azulada! Un despropósito…(pág. 78-79).
En cambio, su mujer, Laura
Vecino, que cuando acierta hace pleno, nos dejó un estilismo para copiar:
leggings marrón chocolate, botas marrones con el tacon de la temporada (alto y
cuadrado), camisa básica blanca, jersey de pico beige, un precioso poncho de
cuadros en naranja, beige y marrón ribeteado de cuero y con borlas, y guantes
de piel color mostaza (pág. 78-79). Espléndida.
Y, finalmente, nuestra
desagradable sorpresa. Vaya por delante nuestra admiración eterna a nuestra
Naty, pero es que no podemos contener nuestros sentimientos. Naty salió a
recibir a sus hijos y nos ha dejado para el recuerdo (triste recuerdo) unos
pelos infumables. Ni siquiera nos hemos fijado en su estilismo (botas
mosquetero negras, jeans pitillo, chaquetón de pelo animal print tigre, una
espectacular camisa blanca con mangas estampadas en negro y bolso animal print
de pitón), lo que nos ha cegado son los pelos encrespados, sin peinar y con las
mechas por repasar (pág. 80-82). ¡Pero qué disgusto! Ponerle a Naty una flecha
roja es como ponérsela a Coco Chanel…pero estamos obligadas a ello.
Diane Keaton tiene charme.
No es guapa, no es una jovenzuela, y no se preocupa del qué dirán. Y funciona.
Su look de pantalones estampados en cuadros blancos y negros (tipo mantel de
picnic), chaquetón tres cuartos negro, camisa blanca y sombrerito hongo en
negro y gris es original y transgresor. Y va con su edad. Perfecta (pág. 84).
Que la familia
Bosé-Dominguín es peculiar, es indudable. Pero también es indudable que en aras
de la originalidad, en general, tienen un dudoso gusto en cuanto a vestuario,
maquillaje y peluquería. Lucía Dominguín, madre de Bimba Bosé, posa para
explicarnos que se separa y nos damos cuenta de dónde ha sacado ese estilo
raruno su hija. Lucía, con el pelo cortísimo y amarillo casi blanco, posa con
chanclas, pantalones anchos de chándal de terciopelillo, camisas rectas con
cuello mao e inmensos abrigos en los que caben cuatro como ella. ¡Y con los
ojos llenos de khol negro que le pone muchos años encima! Lo sentimos, pero
suspende (pág. 88-91).
¡Uy! O la foto tiene
sombras y nos engaña o Genoveva Casanova ha oscurecido su pelo y ahora es color
caoba. La verdad es que le favorece. El look rubia sosita no parece que vaya
con ella. Habrá que estudiar futuras apariciones aunque de momento el cambio
es flecha verde (pág. 100).
Otra embarazada que está
haciendo pruebas de look es Carla Goyanes. La verdad es que esta chica no tiene
un estilo definido cuando no está cerca nuestra Naty, y esta vez no estaba.
Carla se fue al médico con un look que pretendía ser moderno y juvenil y era un
poco horterilla, aunque la idea era buena: jeans pitillo, jersey de cuello alto
negro, botas grises de ante modelo cowgirl, chaleco peludo en camel y bolso
negro acharolado. El chaleco era demasiado grande, las botas le acortaban la
pierna y el bolso (posiblemente de Guess) era de abuela. No la podemos aprobar
(pág. 108).
El reportaje de nuestra
Naty, con Sol Bohóruqez, Samantha Vallejo-Nágera, Rocío Peralta y Blanca
Domecq, sí recuerda a Navidad (y no las postales de Julio Iglesias). Rojos y
verdes con dorados, sensación de calidez y madres posando con sus hijos.
Destacable: el vestido de gasa rojo de Gucci que luce Blanca Domecq, combinado
con un mini cinturón negro y zapatos de pulsera también en negro (pág. 112).
Las bufandas blancas sólo
son aptas para outfits en colores camel o para total look blanco. Si te pones
una bufanda blanca sobre colores oscuros, pasa lo que le ha sucedido a Núria
González, que el efecto óptico es que parece que llevas collarín (pág. 115).
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