Tras verla en el primer reportaje de la revista ¡Hola! de esta semana, constato que, de mayor, quiero ser como Bo Derek. Aunque lo tengo difícil porque cualquiera de sus piernas mide más que yo... Tras esta constatación, aquí os dejo lo que hay que copiar y lo que no y una mención especial a los atuendos de las asistentes a la gala de Porcelanosa:
Foto del wakarumor (pág.14): Todos se fijaron en “el de cuadros” pero ¿es que nadie analizó a la maquilladora de Shakira? Pelo violeta, falda de cuero, medias de encaje, uñas fucsia y chaqueta negra forrada de leopardo. Argggg…
Nos declaramos rendidas al estilo de Eva Longoria que lleva ya varias semanas consecutivas con flechas verdes. El look americana gris de un solo botón, camiseta blanca, jeans pitillo a juego con el bolso, gafas aviador extra-grandes y peep-toes de plataforma (pág 23 y 28). Toda una lección trendy.
Otra embarazada metiendo la pata. Raquel Pereira, novia de Alejandro Sanz, no atina con lo que se pone (pág. 28). Feos son los peep toe de plataforma y floripondio blancos combinados con casaca mini de paillette, pero es peor aún la chaqueta blanca de esmoking con solapones negros tres tallas más grande que la que debería llevar y botines media caña con ¡cinco! hebillotas en cada uno. Un horror.
Bimba Bosé pasa de todo. La moda es ella (o eso cree ella y esa autoestima es digna de admirar). Salir a la calle con un pañuelo pirata azul en la cabeza, una camiseta de florecitas rosas y un plumas con capucha peluda color champán es ir completamente a tu bola (pág 41). Está claro, Genoveva Casanova aprendió algo de Naty Abascal la semana pasada, pero aún le queda camino por recorrer. El conjunto pitillos con bufanda y chaquetita amorosa era acertado (pág 48). Pero la camiseta de debajo, blanca, arrugada, larga y presumimos que rota, la tiene que tirar ya mismo.
¿Aracely Arámbula es de verdad? (pág 100-101). Alucinamos con lo artificial de su posado: los pelos de “El rey León”, las poses extrañas, el exceso de maquillaje y esas pedazo de uñas (de nuevo de “El rey León”) con manicura francesa de acabado ¡cuadrado! que ya no lleva nadie. Se hubiera agradecido un poquito más de naturalidad.
Reportaje estilo en la calle (pág. 110-111): nos gusta Kate Moss con leggings negros, gorro borsalino, torera de pelo gris, maxibolso y botines de leopardo. También nos gusta Elisabette Gregoraci con jersey cruzado con tira de hebilla de cuero camel, pitillos y botines peep toe de cuña de esparto, aunque le sobran los calcetines, como a Megan Fox.
Mención aparte en el reportaje estilo en la calle (pág. 111): nos horroriza Kate von D, no se puede ir más hortera: chanclas viejunas, pantalón de panilla granate, chaquetilla de cuero violeta, gafas de sol con cristales color sandía y enseñando michelín. Da entre pena y dolor…
Quisiera ser andaluza y poder tener vacaciones en la feria de abril sólo para ponerme un traje de flamenca de Vicky Martín Berrocal (pág. 112-116). Nadie daba un duro por esta chica como diseñadora y ha demostrado que vale mucho. ¡Enhorabuena!
Especial gala de Porcelanosa:
¡Pero qué disgusto! Isabel Preysler nos ha fallado (pág 58). No es que fuera mal vestida, eso, nunca. Pero el vestido nude carecía del glamour al que nos tiene acostumbradas. Ese volante gigante adosado al vestido a la altura de la rodilla la hacía parecer una pantalla de lámpara antigua. Era un pegote feo e innecesario. Un patinazo.
Muy correcta, en cambio, Margarita de Borbón, esposa de Luis Alfonso, con un vestido asimétrico con pedrería, bolso y zapatos nude con encaje negro a juego (pág.59). Lo único en lo que falló fue en el pelo. Con un recogido sencillo se hubiera ganado la flecha verde.
¡Por favor! Que las royalties rubias no pueden llevar unas raíces negras de cuatro dedos en la melena. Eugenia Martínez de Irujo no tuvo tiempo de ir a la pelu, eso queremos creer (pág.60). Aunque no la podemos aprobar porque su vestido cursilón no parecía de Caprile, con esos bordaditos dorados la mar de pobretones.
Tres espectaculares: Ana Bono, María Chávarri y Alejandra Rojas. Gracias por dejar bien alto el pabellón patrio ante el desacierto de Isabel Preysler. María (pág. 64-65), fue la mejor de todas las retratadas. Un look pastel, suave el maquillaje, natural el recogido y acertadísima la combinación del collar con el vestido. Ana (pág. 66) estupenda en azul noche, con tupé y unos sencillos pendientes. Además el vestido era de Pronovias, lo que implica que está al alcance de muchas. Alejandra (pág. 69), en nude y con una pedazo falda de plumas y encaje. Por ponerle un pero, le sobraba la pulsera verde y no convencía el peinado al que le faltaba volumen. Aún así, un diez para las tres.
Tres cursis desacertadas. La primera, Núria Fernández-Tapias, vestida de señorona, con vestido lila (color completamente demodé), un pompón sobrante en el escote y exceso de dorados en pulseras y bolso (pág. 67). La segunda, Tamara Falcó (pág.68), con un vestido que parecía de mercadillo y con exceso de cristalitos gracias a la suma de pulsera, anillo, clutch, tirante y zapatos. Todo muy brillantito y muy repollo. Y la tercera, Valeria Mazza (pág.68), a quien no se le distinguía dónde le acababa y dónde le empezaba el vestido porque era del mismo color que su piel. Le sobraba el collar y la gasa en los hombros que aumentaba lo soso del conjunto.
Atención al vestido geométrico de Cristina Macaya (pág. 71). Será tendencia ese tipo de estampados esta temporada que viene. Un acierto combinar los pendientes de aro con el estampado. Le sentaba muy bien.
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